No es el único: todos los mares del mundo están contaminados. Y el
problema es tan grave que incluso puede observarse en las imágenes
satelitales de la búsqueda del vuelo MH370.
Esas imágenes difusas
han mostrado cientos de objetos que, vistos de cerca por las
embarcaciones, han resultado ser desde restos de barcos, desechos de
contenedores, piezas de equipos de pesca, hasta bolsas de plástico y
otros objetos flotantes que en medio del océano forman los que los
expertos llaman "manchas" o "islas de basura marina".
Es la
versión oceánica de un vertedero terrestre. Pero en lugar de permanecer
en un sitio, como en tierra firme, acumulan restos girando de manera
contínua con consecuencias catastróficas para la vida marina.
Giros oceánicos
"Todos
los mares tienen corrientes que se mueven en giros, como los tornados.
Son los giros oceánicos que se forman en distintos puntos del planeta y a
medida que avanzan van vertiendo hacia centro todas las partículas y
desechos que encuentran en el camino", le explica a BBC Mundo Silvia
García, científica marina de la organización ecologista Oceana.
"De
manera que todas esas partículas, al final, quedan concentradas en
zonas concretas y localizables formando las llamadas islas o manchas de
basura marina".
En cada una de las cuencas océanicas del mundo hay
una isla de basura y el problema es cada vez más grave e inmanejable,
dice la científica.
Los océanos Pacífico y Atlántico tienen dos
islas de basura cada uno, en el norte y el sur. Y la isla del Océano
Índico está centrada entre Australia y África.
"En los mares la
basura flotante no se concentra con esa envergadura porque las
corrientes son menores, pero también están muy contaminados
principalmente por las sustancias químicas que se hunden desde la
superficie. Como el Mediterráneo que es uno de los mares con más
contaminación química en el mundo", dice la científica de Oceana.
El
problema es tan grave que los investigadores les han puesto nombre a
estas islas. La más grande -y la más famosa- es la llamada "Gran mancha
de basura del Pacífico" que fue descubierta hace cuatro años en el
Pacífico norte.
Restos de tsunami
Está
ubicada entre Hawái y California, al occidente de Estados Unidos, y se
calcula que tiene una extensión de 1,4 millones de km2.
Algunos
informes indican que muchos desechos de madera, como vigas, postes
telefónicos y otros restos de construcciones que se desprendieron
durante el terremoto y tsunami de Japón en 2011, migraron hacia esta
mancha de basura.
Nikolai Maximenko, oceanógrafo del Centro de
Investigación Internacional del Pacífico de la Universidad de Hawái, ha
estado estudiando la migración de los desechos del tsunami japonés y
calcula que hay entre 100.000 y un millón de objetos grandes de madera,
incluidas vigas de casas derribadas flotando en la isla de basura del
Pacífico norte.
El Atlántico Norte también tiene su isla de
basura, pero fue el descubrimiento de la del Pacifico Norte la que hizo
sonar la alarma de los ecologistas, indica Silvia García, de Oceana.
"El
problema es que cualquier vertido que flote puede eventualmente llegar a
estas islas. No sólo son los desechos que vierten las industrias y las
embarcaciones, sino también los que vierte el público y el turismo en
las costas de las playas. Todo tiene un impacto porque los desechos se
canalizan por los ríos y las ramblas y eventualmente contribuyen a la
formación de las islas de basura", agrega.
Vida marina
Además
de los informes de colisiones o de embarcaciones dañadas por los
desperdicios que se encuentran en el mar, el mayor impacto es en la vida
marina.
Marcus Eriksen, científico marino de la Universidad de
California del Sur, se ha dedicado a investigar el impacto de la
contaminación del plástico en los océanos.
Tal como explica en la revista National Geographic "cerca de 90% de los desechos de las cinco manchas de basura del mundo son plástico".
"Estamos
viendo una abundante acumulación de microplásticos de todos los
desechos que utilizamos una sola vez como bolsas, botellas, tapas y
utensilios de plástico. He extraido colillas de cigarros de cientos de
esqueletos de aves".
Las aves, tortugas, cetáceos, mamíferos y
otras especies marinas son consumidores no intencionados de plástico,
explica Silvia García, de Oceana.
"En efecto tenemos datos de
miles de especies que en la superficie del mar mueren o sufren sin
llegar a morir al quedar atrapadas en redes, o cetáceos y focas heridas
debido a los desperdicios plásticos".
La mancha de basura del
Océano Índico, que ahora está acaparando titulares, es la más
desconocida y se cree que puede ser enorme.
Algunos informes dicen
que puede tener una extensión de hasta 5.000 km2 y debido a las fuertes
corrientes de ese océano está migrando constantemente de un lado a
otro, de África hacia Australia.
"El problema al que nos
enfrentamos es que hoy en día la tecnología no es suficiente para
limpiar una mancha como éstas", explica Silvia García.
"Surgen
intentos contínuamente, pero económica y técnicamente es inviable. Lo
único que podemos hacer es combatir el origen, es decir, dejar de verter
en los mares".
"Hay normas y convenios internacionales y naciones
que prohíben el vertido en los mares, pero está claro que no están
funcionando. Lo hemos visto en nuestras expediciones: hemos llegado a
zonas plagadas de sedales, redes y cañas donde ni siquiera es posible
investigar debido a la cobertura de basura".
"Y no sólo es lo que
vemos flotando en la superficie sino también la contaminación química
que se hunde y la sólida que acaba en el fondo del mar".
"Es
necesaria más concientización pública, no sólo para la industria sino
también para el público. Y son necesarios más controles para poder
combatir este problema y las consecuencias catastróficas que están
teniendo estas manchas que ya se convirtieron en los mayores vertederos
del planeta", afirma la científica.
BBC
Tomado de http://www.el-nacional.com
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