A las 17:30 horas del día 19 de abril de 1961, cubanos defensores de la
soberanía de su país derrotaban, en menos de 72 horas tras violentos
enfrentamientos armados, a la Brigada invasora 2506. La integraban
mercenarios financiados y entrenados por la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) yanqui, cuyo propósito era derrocar a la Revolución
cubana.
Los combates que se produjeron en Playa Larga y Playa Girón,
zonas de la franja costera escogida para el desembarco y la invasión, en
Bahía de Cochinos, al sur de la Península de Zapata, representan
verdaderos episodios de coraje en la historia de la entonces joven
Revolución en el poder, y encarnan en sus defensores, el arrojo por
preservarla. Lo que sería, según pensaban ellos, una invasión segura y
exitosa para los objetivos contrarrevolucionarios de establecer en el
área un enclave que justificara la intervención directa de los Estados
Unidos y facilitara el derrocamiento del Gobierno Revolucionario,
resultó el gran fiasco de la política norteamericana.
El fracaso que
significó no poder apoderarse de un pedazo del territorio nacional al
invadirlo por Bahía de Cochinos se convirtió de hecho, en el primer
descalabro del Imperialismo en América Latína. La victoria robusteció
la confianza de los cubanos en sus propias fuerzas y vigorizó el
prestigio de su Revolución ante los ojos de la humanidad progresista.
Mostraron sus sentimientos de solidaridad y se pusieron a favor de los
defensores de una pequeña isla caribeña, latinoamericanos de Buenos
Aires, Bogotá, Ciudad México Caracas, Montevideo y Santiago de Chile, no
obstante las campañas de desinformación promovidas por la CIA. En
otros lugares del mundo también hubo manifestaciones de simpatías y
acciones de respaldo. Las repetidas denuncias de los representantes
cubanos ante la Organización de Naciones Unidas haciendo alusión al
riesgo que la agresión entrañaba para la paz a escala planetaria y la
seguridad internacional, sumó conciencias.
En Cuba, la batalla fue de
todos. Los primeros que enfrentaron las fuerzas mercenarias fueron los
milicianos del Batallón 339 de Playa Larga, el lugar por donde se
produjo el primer desembarco. Conminados a la rendición, los pocos
milicianos que en esos momentos allí se encontraban respondieron con
descargas cerradas de sus metralletas y el grito de Patria o Muerte.
Artilleros jóvenes , entre los 15 y 17 años, que nunca habían sido
atacados por aviones enemigos y vivido la experiencia de una guerra por
ser la primera vez que activaban sus armas antiaéreas en acción
combativa, tuvieron en Playa Girón, su bautismo de fuego. Pilotos de
las FAR, sin apenas recursos,, con aviones viejos, sin piezas de
repuestos y sin medios de comunicación, se incorporaron a la batalla
escribiendo páginas de heroísmo extremo. Según el líder histórico de
la Revolución Cubana Jefe Fidel Castro, estratega de las acciones en
Playa Girón, al amanecer del día 17 de abril, nueve aviones eran los
aptos para la defensa, y siete pilotos decididos a todo, pusieron en
fuga o hundieron, a los barcos de la flota que había transportado desde
Puerto Cabezas, Nicaragua, a los mercenarios.
Fue una invasión
contrarrestada, además, por el pueblo uniformado y organizado, desde las
ciudades, que mantuvo a raya a cualquier elemento disidente y
conspirador. Ofensiva necesaria para defender de atentados y sabotajes,
los bienes de todos, que las campañas de hostigamiento
contrarrevolucionario exacerbando los ánimos, provocaban.
Hasta los
muchachos alfabetizadores, que libraban su batalla contra la ignorancia y
el atraso educacional quisieron dar su apoyo. Muchos ayudaron a cargar y
trasportar las armar que empuñaron los milicianos y los combatientes
del Ejército Revolucionario. La arremetida final contra las tropas
asaltantes, entonces reducidas a focos de resistencia atrapados entre la
franja de tierra y el mar en Playa Larga, fue una operación ejecutada
por los tanques de guerra, que a toda velocidad traspasaron las filas
enemigas hasta emplazarse frente a sus barcos anclados a pocos
kilómetros de la costa.
Después siguió el juicio revolucionario a los
invasores, y como advirtiera Fidel recapitulando la gran victoria en
Playa Girón, la proeza se volvió cotidiana; porque cuando los pueblos
viven un proceso de Revolución a lo largo de la historia, convierten la
hazaña en la cosa más natural, en el plan de todos los días.
Escrito por
AIN
Tomado de CubaSí
No hay comentarios:
Publicar un comentario