El presidente de la Brigada 2506, Felix Rodríguez (c), habla durante la conmemoración en Miami, Florida (EEUU), del 50 aniversario de la aplastante derrota sufrida por la misma |
La vapuleada Brigada 2506, derrotada en menos de 72
horas por el pueblo cubano en las arenas de Playa Girón, tiene un nuevo
presidente elegido, sustituyendo a Máximo L. Cruz González, en el cargo. Nada menos que el ex agente CIA y connotado terrorista Félix
Rodríguez Mendigutía –implicado en el asesinato del Che-, así como en decenas
de acciones criminales contra Cuba.
Usando hipócritamente e el lema de “paz, justicia y
libertad”, el connotado criminal fue juramentado por la fiscal Katherine
Fernández Rundle, quien tiene una dudosa mancha en su expediente, al habérsele
involucrado en un escándalo electoral de grandes proporciones, relacionado con
falsificación de boletas ausentes. Uno de sus cabilderos políticos de Hialeah
estaba relacionado con dicho escándalo. Otro de sus cuestionados juicios se relaciona
con sus estrechos vínculos con personajes y organizaciones de ultraderecha de
la mafia cubano americana.
No pudieron faltar en el nombramiento del nuevo
liderzuelo una muestra de la fauna política floridana, entre los que se
encontraban los alcaldes de Miami y Hialeah, Tomás Regalado y Carlos Hernández,
respectivamente, así como la jueza Ivón Cuesta.
Fue esa misma Brigada de criminales la que emitió una exhortación a la ciudadanía de Miami, el 27
marzo de 2013, a darle la
bienvenida en Miami a la bloguera mercenaria Yoani Sánchez como una “luchadora por la
democracia y los derechos humanos” en la isla. Con este gesto se confirmó la alianza ideológica de los mercenarios viajeros y la ultraderecha anticubana radicada en EE UU.
Casi al mismo tiempo, en el Coral Gables Country
Club, fue celebrado el pasado 27, un homenaje a otro ultraderechista redomado: Lincoln
Díaz Balart, quien recibió el premio “Dr. Ramiro Collazo”, de manos de los
integrantes del Miami Cuban Lions Club, constituido por la por y nata de la
extrema derecha de Miami.
Emocionado visiblemente, sabiéndose de por sí
merecedor de este estímulo de quienes amamantan sus sueños presidencialistas en
una imaginaria Cuba pos Castro, Lincoln, declaró: “Me siento orgulloso y agradecido por este premio, más aún, ya que me
fue otorgado por mi labor por el exilio y la lucha que siempre he mantenido
contra la dictadura que gobierna a Cuba por más de 50 años”.
Un día antes, en el local de la Junta Patriótica
Cubana, se celebró un homenaje a otro destacado terrorista, Orlando Bosch
Ávila, en el tercer aniversario de su fallecimiento.
Presentes en la “emotiva ceremonia” se encontraban
malandrines y criminales como Héctor Fabián, viejo compañero de correrías del
terrorista desde 1965.
Todo el Salón de Actos de la Junta Patriótica Cubana,
ubicada en el 4600 NW 7 St., en Miami, no pudo evitar recordar que hace dos
años, precisamente cuando se cumplía el primer año de su deceso, sus socios
atentaron contra la agencia Airline Brokers, sin que hasta el momento hayan
sido inculpados por el FBI. Para nadie es un secreto que los comisores del
delito fueron Ángel D´Fana y el propio Héctor Fabián.
Digno homenaje brindado a quien cometió más de 72
atentados con bomba en territorio norteamericano.
Fue precisamente el otro homenajeado, Lincoln Díaz
Balart, quien junto a Ileana Ros Lethinen, desarrollaron un siniestro y
descarado lobby para lograr que Orlando Bosch fuera indultado en 1991.
Prácticamente libre, se dedicó desde ese momento a
continuar sus planes terroristas contra Cuba.
Nunca le faltó la ayuda sistemática de la FNCA y del
Consejo para la Libertad de Cuba, a través de su amigo Roberto Martín Pérez,
otro connotado terrorista de igual calaña. También recibió, hasta el día de su
muerte, la ayuda “generosa” de Alberto Hernández, uno de los líderes de la FNCA
y, luego, del CLC.
Así es Miami, amigos míos, lugar en donde ser criminales
es una honra y la deshonra es amar la paz y a la cubanía.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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