En los primeros pasos de Internet, los sitios web solían tener poco contenido, datos básicos sobre una compañía o un producto.
Conforme
los sitios crecían en contenido, se hizo más difícil encontrar la
información adecuada de manera rápida. Los usuarios se sentían
frustrados y perdidos.
Pero llegaron las tecnologías
de búsqueda, una ayuda que te ofrecía el contenido que querías de manera
ágil. Google se convirtió en el maestro de estos ayudantes.
Esta
habilidad para buscar contenido en cualquier rincón de la red y tenerla
servida en bandeja, con numerosas opciones de enlaces y vínculos, abrió
la puerta a un nuevo negocio web.
Las compañías no
sólo podían darte información basada en tu búsqueda, desarrollaron
formas de ayudarte a hacer comparaciones entre productos y contenidos.
El
siguiente paso, obviamente, era hacer que los compraras y que te
llegaran directamente a tu escritorio, teléfono o casa.
BBC Mundo
Tomado de la Voz de Rusia
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