Las fuerzas políticas y los órganos judiciales tratan de esclarecer si son justas las acusaciones que se presentan contra el presidente del gobierno Mariano Rajoy
El sensacional desenmascaramiento por el periódico madrileño El País de posibles maquinaciones presupuestarias del gobernante Partido Popular, no ha dejado indiferente a ninguno de los españoles. No en vano en señal de protesta contra la reducción de los egresos en educación incluso los alumnos secundarios han declarado una huelga de tres días por todo el país. Sus padres afectados por la crisis comparan la situación de su país con las sospechosas combinaciones de los gobiernos de Grecia, Portugal e Italia.
En Madrid todo comenzó con que el ex tesorero del PP Luis Bárcenas fue sorprendido en la malversación del dinero del partido que se guardaba en una cuenta en un banco helvético. Los millones de euros fueron distribuidos, dizque, entre la cúpula del partido gobernante, incluido el presidente del gobierno Mariano Rajoy. En un país donde cae rápidamente el nivel de vida y el 26 % de la población activa son parados, tal noticia suscitó una indignación masiva. Bárcenas, culpable del escándalo, comenzó a hacer declaraciones confusas, en su afán de justificarse a sí mismo a y los dirigentes del partido gobernante.
El propio jefe del gabinete, a quien la nueva le sorprendió la víspera de su visita a Berlín, declaró que en el PP nunca se han practicado pagos ilegales, tanto menos ocultos del fisco. Y enseguida prometió publicar declaraciones sobre sus ingresos. Según él, el partido que encabeza nunca ha tenido ni tiene cuentas bancarias en el extranjero. Y los que declaran lo contrario, lo hacen únicamente por motivos políticos.
No todos los compatriotas, ni mucho menos, dieron crédito a las palabras del jefe del gabinete, en especial porque el secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, al aprovechar el momento, exigió de inmediato la dimisión de Mariano Rajoy y su sustitución por otra persona. La exigencia de la portavoz del PSOE Soraya Rodríguez en el Congreso fue más modesta. Ella procura centrar la atención en el desenmascaramiento del ex tesorero, íntimamente ligado al presidente del gobierno.
En el ardor de los debates, en los que la lucha gira por el poder en el país, por alguna razón no se dice nada del origen de los veintidós millones de euros que se guardaban en la cuenta extranjera del ex tesorero. Y justamente este dinero se ocultaba cuidadosamente de los órganos fiscales nacionales. Quién sabe, puede que fueran parte de las donaciones que el partido gobernante recibía de firmas y simpatizantes particulares que lo apoyan.
Huelga decir que se trata de una burda violación de la ley. Ni siquiera se habla de la personalidad del propio Bárcena, porque detrás de él se encuentran personajes mucho más influyentes. Son ellos los que lo empujaban a recibir medios de importantes negociantes con los que las autoridades en ciertos casos saldaban generosamente las cuentas. Las acciones del ex tesorero podían despertar sospechas en sus jefes y estos se apresuraron a darle la cuenta.
En una palabra, sobre España que se empeña en superar la crisis, reducir el paro y mejorar el nivel de vida de la población, se acumulan nubes… A juzgar por todo, este escándalo político será disecado por políticos, la policía y el juzgado. Incluso si todas las infracciones de las leyes se ponen al descubierto y los culpables resultan castigados, los acontecimientos de hoy significarán para el país atenazado por una grave crisis, un pesado fardo.

La Voz de Rusia