martes, 12 de febrero de 2013

Musulmanes marcharán hacia la Casa Blanca el próximo 11 de septiembre

Todo el mundo conoce que el AIPAC, Comité de Asuntos Públicos Estadounidense Israelí, es el lobby más poderoso en Washington.

Sin embargo, a partir del próximo 11 de septiembre, un nuevo grupo llamado AMPAC, Comité Estadounidense Musulmán de Acción Política, desafiará el dominio del AIPAC en la vida política norteamericana.

El AMPAC anunciará con fuerza su presencia, con una "marcha de un millón de musulmanes” hacia la Casa Blanca, el próximo 11 de septiembre de 2013. El objetivo, anunciado en rueda de prensa del AMPAC en Nueva York:

"Nosotros en el AMPAC (Comité Estadounidense Musulmán de Acción Política) estamos planeando un evento histórico para el 9/11/13. Un millón de musulmanes marcharán hacia Washington DC y exigirán que nuestros derechos civiles sean protegidos por nuestro Gobierno. Exigimos que se promulguen leyes para la protección de los derechos que nos concede la Primera Enmienda. Estamos pidiendo al presidente Obama que cumpla con la promesa de un Gobierno transparente lanzada en su primera campaña por la presidencia. Por último, pedimos la creación de una verdadera Comisión del 11S que revele la verdad al pueblo estadounidense."

MD Rabbi Alam, fundador de la AMPAC y un conocido organizador del Partido Demócrata de Missouri, señala que:

Los musulmanes estadounidenses, al igual que otros ciudadanos, fueron atacados el 11S. Más de 60 musulmanes fueron asesinados en las explosivas demoliciones de los tres rascacielos del World Trade Center el 11S, y una mezquita en la torre sur fue totalmente destruida. Alam señala que "los musulmanes y no musulmanes por igual quedaron traumatizados por estos atentados, pero a nosotros, como musulmanes, doce años después, nos siguen acosando al hacernos pasar por villanos."

Los tribunales norteamericanos tradicionalmente han sostenido que la Carta de Derechos garantiza que el Gobierno debe tratar por igual a todas las religiones. Alam cita a "la ‘guerra contra el terrorismo’ en países islámicos, las audiencias del Congreso sobre el Islam en Estados Unidos, y los cambios a la NDAA (Ley Nacional de Autorización de Defensa)" como una infracción del derecho a la libertad de religión establecido en la Primera Enmienda.
Coordinadores del AMPAC, también, argumentan que el Gobierno de EE.UU. y los medios de comunicación han mentido sobre el 11S y sus secuelas. De acuerdo con el comunicado de prensa del AMPAC: "Estas mentiras dichas a la población norteamericana han hecho imposible para nosotros cumplir con la verdadera Dawa (compromiso del Islam)."

El ataque a la libertad de expresión de los musulmanes estadounidenses, en realidad, parece haber comenzado unos días antes del 11S, cuando el FBI irrumpió en las principales organizaciones musulmanas y cerró sus servidores informáticos. Las preventivas redadas del FBI impidieron que los musulmanes expresaran libremente y difundieran su visión del 11S: que fue un trabajo interno, presuntamente orquestado por Israel y sus agentes norteamericanos.

Las encuestas muestran que más del 80% de los fieles al Islam a nivel mundial, y dos tercios de los musulmanes estadounidenses, creen que el 11S fue un trabajo interno, y, sin duda, estas pesquisas subestiman las cifras reales. Sin embargo, los grandes medios de comunicación, dominados por los judíos sionistas, se niegan a permitir que la perspectiva musulmana del 11S sea siquiera escuchada y mucho menos debatida. Hasta el día de hoy, la mayoría de los norteamericanos creen erróneamente que los musulmanes aceptan la historia oficial del 11S.

Los atentados del 11S fueron utilizados para silenciar los derechos a la libre expresión de los estadounidenses musulmanes, y no sólo sobre el 11S. Sami al-Arian, líder organizador político musulmán de Estados Unidos, fue hostigado y encarcelado después del 11S por el delito de declarar públicamente su fuerte oposición al estado de apartheid de Israel. En su juicio, los jurados estuvieron influenciados por las imágenes gráficas de israelíes mutilados por terroristas suicidas. El juicio implicaba que Al-Arian era responsable por estos actos de violencia, por el simple hecho de ser palestino, musulmán, y oponerse al apartheid israelí.

Otro líder musulmán estadounidense, el imán Luqman Ameen Abdullah de Detroit, Michigan, fue asesinado por el FBI en 2009 en represalia por sus declaraciones criticando el imperialismo de EE.UU. y la injusticia. Su cuerpo fue acribillado con 19 impactos de bala en una redada del FBI que recuerda los asesinatos de Fred Hampton y otras Panteras Negras en los años 1960 a manos de esta organización federal.

El Imam Abdullah no es el único musulmán estadounidense asesinado por las autoridades estadounidenses a causa de sus opiniones políticas. Entre los casos más conocidos está el del erudito Anwar al-Awlaki, quien, junto con su hijo y nieto, fue asesinado por los cobardes ataques con aviones no tripulados en Yemen. Al-Awlaki fue encarcelado, torturado, declarado erróneamente "terrorista", y finalmente asesinado por las autoridades estadounidenses debido a su abierta oposición a la guerra contra el Islam desencadenada por el 11S.

Otra influyente musulmana norteamericana, políticamente comprometida, la científica Dr. Aafia Siddiqui, fue secuestrada, violada y torturada por las autoridades estadounidenses que desaprobaban sus puntos de vista políticos. Al igual que muchos otros líderes musulmanes estadounidenses, fue juzgada por un tribunal popular por ridículas acusaciones falsas con el fin de silenciar su elocuente voz.

El FBI y otras agencias de la policía secreta, junto con extensiones del Mossad israelí como la ADL, han utilizado tanto a agentes federales como a delincuentes contratados para infiltrarse, vigilar, y aterrorizar las mezquitas desde el 11S, congelando los derechos de los musulmanes a la libertad de expresión y la libre asociación. Un objetivo clave del FBI ha sido involucrar a jóvenes musulmanes, ingenuos, en supuestas colaboraciones en "complots terroristas" inventados por el FBI. 

A partir de 2006, los EE.UU. ya había secuestrado y torturado a más de 80.000 musulmanes en todo el mundo, según el periódico británico The Guardian. Hoy, esa cifra ha crecido, sin duda, alcanzando cientos de miles de personas. Prácticamente, todos son inocentes de cualquier acto de violencia. Muchos han sido blanco de ataques, por ser los líderes más carismáticos y abiertos, o los mejores organizadores de la comunidad musulmana.

Ante la realidad de la situación que recuerda a los judíos en 1930 en la Alemania nazi, la mayoría de musulmanes norteamericanos han sido aterrorizados en el silencio. Pero, hoy en día, más de una década después del 11S, más y más personas están redescubriendo el coraje para hablar.

El año pasado, el fundador del AMPAC, MD Rabbi Alam, fue atacado por los medios de comunicación dominados por los sionistas, por plantear interrogantes sobre el papel de Israel en el 11S. Alam se negó a dejarse intimidar. En cambio, respondió con la fundación del AMPAC y el lanzamiento de los planes para la próxima marcha del 09/11/2013 de un millón musulmanes hacia la Casa Blanca.

¿Podrá el AMPAC, un día, desplazar al AIPAC de su trono? Sólo el tiempo lo dirá.

Mientras tanto, estén conectados a http://ampacus.webs.com/ para ver las actualizaciones sobre la marcha del millón de musulmanes de septiembre próximo. 


Por: Kevin Barret 

HispanTV

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