Hija de uno de los grandes propagandistas del nazismo (Hans Ertl, por mucho tiempo se lo conoció como “el fotógrafo de Hitler”), Monika terminó en Bolivia cuando el Tercer Reich se derrumbó y los jerarcas huyeron a los refugios más lejanos del planeta. Se
crió en un círculo tan cerrado como racista, en el que brillaban su
padre y otro siniestro personaje al que ella llamaba “tío”: Klaus Barbie, “el Carnicero de Lyon”.
Pero la joven y bella alemana creció y todo cambió en el final de los años sesenta. Y la muerte de Ernesto Guevara en la selva boliviana significó el empujón final:
rompió con sus raíces y en un giro copernicano terminó militando en las
filas del Ejército de Liberación Nacional, el grupo guerrillero creado
por el mismísimo Che.
En 1971, cruza el Atlántico, vuelve a su Alemania natal, y en Hamburgo ajusticia personalmente al cónsul boliviano en esa ciudad. ¿Quién era? Nada menos que el coronel Roberto Quintanilla, el responsable del ultraje final a Guevara: la amputación de sus manos. Allí comenzó una cacería que atravesó países y mares, y que sólo encontró su fin cuando Monika cayó muerta.
Por Jürgen Schreiber
Tomado de: Marxismo Crítico
Más sobre la mujer que vengó al Ché
Por el interés mostrado por el post, les muestro estas fotos de Monika. Incluyo información extra que completa lo presentado en el artículo anterior sobre ella.
Roberto Quintanilla, cónsul boliviano,
excoronel de los cuerpos represivos, el responsable del ultraje final a
Guevara: La amputación de sus manos, luego de su fusilamiento en La Higuera,
es el mismo coronel que gusta fotografiarse junto a los cuerpos de los
guerrileros muertos, así aparece en decenas de fotos de la época.
Ahora, vestido elegantemente de traje aparece en la oficina y saluda
impactado por la belleza a esa mujer que dice ser australiana y que días
antes le ha pedido una entrevista. La mujer lo mira fijamente a los ojos y sin mediar palabras extrae un revolver y dispara tres veces.
Allí comenzaría una cacería que atravesó
países y mares y que solo encontró su fin con la muerte de Monika
en 1973, en una emboscada que según algunas fuentes le tendió su “tio” ,
Klaus Barbie. Antes de ser asesinada fue salvajemente torturada.
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