La
Policía británica dijo el domingo que no hay pruebas de momento de una
intervención externa en la muerte del antiguo oligarca ruso Boris
Berezovsky, hallado muerto el sábado en su casa en las afueras de
Londres.
Agentes de Policía con formación nuclear y química dieron el visto
bueno a la lujosa residencia tras revisarla el domingo, al día siguiente
de que el ferviente crítico del presidente ruso Vladimir Putin muriera
en circunstancias poco claras.
"Sería equivocado especular sobre la causa de la muerte hasta que no
se haya practicado la autopsia", dijo la Policía en un comunicado. "No
tenemos pruebas a estas alturas de la implicación de terceros", agregó.
El empresario, de 67 años y conocido como "el padrino del Kremlin",
ayudó a Putin a llegar a lo más alto de la política rusa antes de caer
en desgracia y huir a Reino Unido en 2000. Su cuerpo fue hallado el
sábado en su casa de Ascot, a 40 kilómetros al oeste de Londres.
La Policía había dicho que no tenía explicaciones para su muerte y
envió a expertos en sustancias radioactivas, biológicas y químicas a
hacer pruebas en la casa.
Berezovsky había sobrevivido a intentos de asesinato -incluido uno
con bomba que decapitó a su conductor- y dijo temer por su vida después
de convertirse en uno de los detractores más feroces de Putin y pedir
repetidamente que fuera apartado del poder.
También era amigo de Alexander Litvinenko, un antiguo espía ruso que
fue envenenado con una sustancia radiactiva en Londres en 2006, un
asesinato que ha tensado las relaciones diplomáticas entre Reino Unido y
Rusia.
Sin embargo, amigos del hombre que personificó el mundo despiadado de
la política post-soviética dijeron que estaba deprimido, había perdido
su fortuna y podría haberse suicidado.
Otros sospechaban que podía haber sufrido un ataque al corazón
después de haber perdido un caso de 6.000 millones de dólares en un
tribunal ante su compatriota y propietario del Chelsea Football Club
Roman Abramovich. Medios británicos publicaron que su guardia de
seguridad halló el cadáver en la bañera.
La Policía acordonó su casa mientras se producía el registro en la
imponente mansión con piscina y lago situada a pocos kilómetros del
castillo real de Windsor.
"Los agentes de CBRN (químico, biológico, radiológico y nuclear) no
encontraron nada preocupante en la propiedad y ahora estamos progresando
en la investigación de un modo normal", dijo en un comunicado el
superintendente Simon Bowden, de la policía del valle del Támesis.
"PERDIDO EL SENTIDO"
En la que se cree habría sido su última entrevista, dada el viernes
en Londres, Berezovsky se mostró arrepentido de haber dejado Rusia para
vivir en un exilio autoimpuesto en Reino Unido y dijo que estaba
teniendo problemas para encontrarle "el sentido a la vida".
"No sé qué hacer. Tengo 67 años, Y no sé qué hacer ahora", dijo citado en la entrevista en la edición rusa de la revista Forbes.
El portavoz del Kremlin Dmitry Peskov dijo al canal estatal de
televisión Rossya-24 que Berezovsky -considerado por Moscú como un
delincuente que debería haber sido juzgado por fraude y evasión fiscal-
había escrito a Putin pidiéndole perdón, algo descartado por uno de los
amigos del oligarca.
"Hace un tiempo, quizás hace un par de meses, Berezovsky mandó una
carta a Vladimir Putin que escribió personalmente en la que admitió que
había cometido muchos errores, pedía el perdón de Putin por estos
errores y le pedía a Putin ayuda para volver a su tierra", citó el canal
a Peskov.
Un amigo de Berezovsky en Londres, Andrei Sidelnikov, dijo a Reuters
que la idea de que pudiera haber escrito a Putin era "una completa
tontería".
"Era una persona cuerda y entendía que nunca podría volver bajo el régimen de Putin, por razones políticas", afirmó.
El antiguo matemático se hizo millonario vendiendo coches de lujo en
Rusia y entró en el círculo más próximo del ex presidente Boris Yeltsin,
desde donde ayudó a forjar el ascenso de Putin.
Sin embargo, ambos se enfrentaron poco después de la victoria
electoral de Putin en 2000 y Berezovsky se fue a Reino Unido, donde
denunció a su antiguo aliado como un "bandido" corrupto rodeando de
antiguos espías de la KGB.
En 2012 se vio humillado cuando perdió una batalla legal contra su
antiguo socio Abramovich por las acciones en la cuarta mayor petrolera
rusa.
Algunos socios dijeron que el empresario tuvo problemas con los
costos de haber perdido el caso, calculado entonces en más de 100
millones de dólares. Desde entonces apenas había aparecido en público.
"No tenía dinero, lo había perdido todo. Estaba increíblemente
deprimido", dijo en The Sunday Times Tim Bell, un ejecutivo de
relaciones públicas que era uno de sus asesores británicos más cercanos.
"Es todo muy triste", agregó.
(Información adicional de Maria Golovnina y Guy Faulconbridge en
Londres y Thomas Grove, Maria Tsvetkova y Alexei Anishchuk en Moscú;
Traducido por Teresa Larraz)
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