© REUTERS Enrique De La Osa
Los especialistas del gobierno de EE.UU. que estaban
detrás del 'Twitter cubano' estudiaban las preferencias políticas de los
isleños, sus posiciones respecto a la revolución y su disposición a una
nueva revuelta.
La red social, llamada ZunZuneo y financiada por la Agencia
Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas
en inglés), buscaba socavar al gobierno cubano mediante mensajes de
texto transmitidos por teléfono, y burlar así las restricciones al uso
de Internet que existen en la isla, según una investigación realizada
por Associated Press.
La idea de esta plataforma era crear una base de suscriptores a través de mensajes inofensivos y cuando ya tuviera una buena cantidad de usuarios, incluir mensajes con contenido político que los empujara a la disidencia con el fin de "renegociar el equilibrio de poder entre el Estado y la sociedad", conforme a los documentos obtenidos por AP.
Según el informe de la agencia de noticias, el trabajo de Paula Carbonero, una de las responsables de ZunZuneo, consistía en tantear el ambiente político antes de lanzar el programa. El contratista le pidió que firmase un protocolo de seguridad que exigía que las comunicaciones con otros empleados fuesen cifradas y que los correos electrónicos fuesen enviados desde un dominio "que no está ligado públicamente" al contratista.
Le advirtió que manejaría "una buena cantidad de información delicada que debe ser resguardada para proteger operaciones críticas del proyecto".
La USAID y sus contratistas se esforzaron por ocultar el papel del gobierno norteamericano en ZunZuneo, lo que los llevó a crear una empresa en las Islas Caimán para dificultar el rastreo del dinero.
Carbonero tenía considerables responsabilidades: la creación de un banco de datos sobre usuarios de teléfonos móviles cubanos, incluyendo género, edad, "receptividad" y "tendencias políticas", información que según la USAID podía ayudar a impulsar sus programas en Cuba.
Los cubanos que respondían a los mensajes de texto no sabían que el gobierno estadounidense estaba recabando información sobre ellos.
EE.UU. creó programas similares al 'Twitter cubano' en Irán, Afganistán, Pakistán y decenas de países más como una herramienta para ayudar a la desestabilización de sus gobiernos.
La idea de esta plataforma era crear una base de suscriptores a través de mensajes inofensivos y cuando ya tuviera una buena cantidad de usuarios, incluir mensajes con contenido político que los empujara a la disidencia con el fin de "renegociar el equilibrio de poder entre el Estado y la sociedad", conforme a los documentos obtenidos por AP.
Según el informe de la agencia de noticias, el trabajo de Paula Carbonero, una de las responsables de ZunZuneo, consistía en tantear el ambiente político antes de lanzar el programa. El contratista le pidió que firmase un protocolo de seguridad que exigía que las comunicaciones con otros empleados fuesen cifradas y que los correos electrónicos fuesen enviados desde un dominio "que no está ligado públicamente" al contratista.
Le advirtió que manejaría "una buena cantidad de información delicada que debe ser resguardada para proteger operaciones críticas del proyecto".
La USAID y sus contratistas se esforzaron por ocultar el papel del gobierno norteamericano en ZunZuneo, lo que los llevó a crear una empresa en las Islas Caimán para dificultar el rastreo del dinero.
Carbonero tenía considerables responsabilidades: la creación de un banco de datos sobre usuarios de teléfonos móviles cubanos, incluyendo género, edad, "receptividad" y "tendencias políticas", información que según la USAID podía ayudar a impulsar sus programas en Cuba.
Los cubanos que respondían a los mensajes de texto no sabían que el gobierno estadounidense estaba recabando información sobre ellos.
EE.UU. creó programas similares al 'Twitter cubano' en Irán, Afganistán, Pakistán y decenas de países más como una herramienta para ayudar a la desestabilización de sus gobiernos.
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