ESTOCOLMO (Reuters) - El
Gobierno sueco se ha visto avergonzado por la revelación de que la
agencia sueca de espionaje celebró una fastuosa fiesta temática de James
Bond, tras una serie de escándalos de gasto público que han empañado la
reputación del país como modelo de rectitud.
La fiesta, en la que hubo 1.000 invitados, mesas de casino,
famosos y una banda vestida de esmoquin tocando canciones de las
películas de Bond, costó 5,3 millones coronas (635.000 euros) y se
celebró en junio de 2011, durante una campaña de austeridad del
Gobierno.
El asunto está dominando las portadas de los periódicos y las
tertulias en televisión, además de ser el tema de conversación en las
cenas y la munición de los políticos de oposición.
El periódico Dagens Nyheter fue el primero en hablar de la fiesta de Bond el lunes, y ha ido añadiendo detalles jugosos.
El diario señaló que Sapo, la agencia sueca de espionaje podría
no haber convocado un concurso sobre la organización de la fiesta,
además de reclamar la devolución de impuestos de más, precisamente
cuando se enfrenta a posibles recortes de presupuesto. La oposición
política ha pedido una investigación.
El jefe del organismo, Anders Thornberg, dijo que la agencia ha
estado "bajo presión" tras una profunda reorganización, y después de un
atentado suicida en Estocolmo por un miliciano islamista en diciembre de
2010.
"Creímos que necesitábamos una reunión especial para todo el
equipo de policía de seguridad", dijo Thornberg, citado por el Dagens.
El escándalo de la fiesta de James Bond ha producido una gran
introspección en Suecia sobre si el país escandinavo está abandonando
valores como la justicia y la eficiencia que le valieron el respeto
internacional y ayudaron a asegurar la popularidad de su alto régimen
fiscal.
Éste es un país donde una ministra dimitió en 1995 después de que
se descubriera que había comprado algunos objetos personales,
incluyendo una chocolatina Toblerone, con la tarjeta de crédito del
Gobierno. Se lo conoce como el "escándalo Toblerone".
Se trata del último de una serie de escándalos que han avergonzado al
Gobierno de centroderecha del primer ministro Frederik Reindeldt,
acuciado por una caída de popularidad en las encuestas y una oposición
reforzada mientras intenta recortar impuestos y gastos de bienestar.
El Dagens Nyheter dijo que la agencia de inteligencia podría tener que reducir su plantilla en un 10 por ciento en los tres próximos años para cumplir los objetivos de presupuesto, dejando los millones de coronas gastados en una fiesta bajo una luz aún más desfavorable.
Para los detractores, el suceso es un indicio de que las reformas del mercado del año pasado han llevado a los antes austeros organismos gubernamentales a realizar gastos considerables que algunos suecos ven más acordes con grandes corporaciones.
El Dagens Nyheter dijo que la agencia de inteligencia podría tener que reducir su plantilla en un 10 por ciento en los tres próximos años para cumplir los objetivos de presupuesto, dejando los millones de coronas gastados en una fiesta bajo una luz aún más desfavorable.
Para los detractores, el suceso es un indicio de que las reformas del mercado del año pasado han llevado a los antes austeros organismos gubernamentales a realizar gastos considerables que algunos suecos ven más acordes con grandes corporaciones.
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