El huracán que acompañó al congreso del Partido Republicano de EEUU,
junto con los anuncios de un complot de los oficiales que preparaban el
atentado contra el presidente Barack Obama, hizo a los estadounidenses
pensar al estilo de China antigua, viendo en dichos acontecimientos un
mal augurio, la “voluntad y la ira de los cielos”.
Desastres naturales tienen consecuencias políticas
Aunque habitualmente los norteamericanos no son tan supersticiosos,
ahora casi todos los vecinos de la ciudad de Nueva Orleans (estado de
Luisiana) ven conexión entre las calamidades naturales y la política. En
esta misma ciudad a finales de agosto de 2005 al huracán Katrina le
siguió una inundación devastadora que dio lugar a leyendas de que luego
cocodrilos flotaban por sus calles devorando a los supervivientes.
Algunos, al estilo oriental, se echaron a hablar sobre la ira de los
cielos, pero otros recordaron los planes de la administración de George
W. Bush de fortalecer los diques y otra ingeniería civil en torno a esta
ciudad única y hermosa, unas precauciones que nunca llegaron a
plasmarse porque el dinero fue gastado en la guerra en Irak. Pero es
posible que no fuera más que una leyenda semejante a la de los
cocodrilos. Sin embargo, lo cierto es que los republicanos perdieron
entonces la Casa Blanca, y con su partido (e ideología) empezaron a
ocurrir cosas increíbles.
A diferencia de su predecesor, Barack Obama no le resta atención al
huracán. Mientras el martes pasado sus rivales republicanos estaban
inaugurando su congreso, en el curso del cual Mitt Romney fue declarado candidato a la presidencia de EEUU,
Obama estaba haciendo un discurso en el estado de Iowa afirmando que
las autoridades estaban preparadas para el huracán unas semanas antes de
que llegara.
Hay informaciones que dicen que Obama puede abandonar su campaña
electoral por ir a las zonas dañadas por la calamidad. Es posible que
entre ellas esté también Nueva Orleans, porque a la ciudad reconstruida
le amenaza de nuevo la inundación: el huracán Isaac casi repite la
trayectoria del Katrina, trasladándose del Golfo de México hacia el
Norte.
Los riesgos políticos son enormes para las dos partes. En el caso de
Obama, la amenaza es que, pese a su “preparación anticipada”, las
autoridades resulten incapaces de hacer frente a la calamidad. En el
caso de los republicanos, si la Administración actual tiene éxito, los
electores no se olvidarán de que mientras Obama estaba luchando contra
la tormenta, Romney estaba en su convención para declararse candidato
para las elecciones.
Tensiones y discrepancias
La cita del Partido Republicano en Tampa, Florida, se discute en todo
el país y fuera muy activamente. El asunto meteorológico también está
muy presente en los comentarios, aunque Tampa no se encuentra en el
epicentro: las lluvias paralizaron una gran parte del país. En un
periódico fue publicado un artículo donde se discutía casi en serio si
el huracán puede ser el castigo de Dios para los republicanos.
Los comentaristas afirman que la ideología de los republicanos de hoy
merece un castigo. Así el Washington Post escribe que “Mitt Romney
sigue inhumano”, y el New York Times habla de su propaganda como de una
“media verdad”…
Es cierto que los dos periódicos son partidarios de los demócratas y
no representan a EEUU en totalidad. Si a base de sus publicaciones
hacemos la evaluación de lo que ocurre, se puede sacar la conclusión de
que el electorado de los demócratas, que son la clase media, vecinos de
ciudades grandes, se preocupa en serio por lo que oyen de los demás, es
decir de los republicanos. Por eso la actual lucha electoral se
caracteriza por tensiones, intransigencia y discrepancias mayores.
Y precisamente en este momento aparece la extraña noticia sobre el presunto complot para asesinar al inquilino de la Casa Blanca.
Se trata de cuatro oficiales del ejército estadounidenses, soldados
anarquistas, que adquirieron pistolas, rifles de asalto, explosivos, con
tal de hacer estallar varios puntos estratégicos y matar luego al
presidente.
Se considera que tales historias producen compasión hacia la víctima
potencial del atentado y por eso pueden resultar un truco electoral. Sin
embargo, esta noticia no llegó a ser el principal acontecimiento
nacional, sea debido al huracán y al congreso republicano o porque queda
feo cuando al comandante en jefe le intentan matar sus propios
soldados.
Por concluir, diremos que no es la primera vez que la sociedad
estadounidense experimenta tanta intolerancia e intransigencia, dividida
en dos partes por un abismo apenas superable. Así fue cuando mataron a
John y luego a Robert Kennedy. Aquella época se caracterizó por una
colisión entre valores de varias generaciones, por manifestaciones
masivas, etc. Fue un periodo muy duro para la nación, pero al fin y al
cabo EEUU lo superó.
Dmitri Kósirev, RIA Novosti
No hay comentarios:
Publicar un comentario