El jefe local de la CIA en Tel Aviv abrió la caja bajo
llave que estaba entre un equipo delicado que utilizaba en casa para
comunicarse con la central de la oficina del espionaje estadunidense, en
Virginia, pero se topó con que alguien había intentado abrirla. Informó
a sus superiores sobre la irrupción.
El episodio, descrito por
tres ex espías estadunidenses, pudo ser descartado como otro incidente
clandestino en el mundo del espionaje internacional, excepto que lo
mismo le sucedió al anterior jefe de la oficina de Israel.
No fue un recordatorio sutil, incluso en un país amigo de Estados Unidos, de que la misma CIA está siendo vigilada.
En
un episodio separado, de acuerdo con otros dos ex espías
estadunidenses, un agente de la CIA en Israel llegó a su casa y encontró
que la comida en el refrigerador estaba acomodada de otra forma. En
todos los casos, el gobierno estadunidense cree que los servicios de
seguridad de Israel fueron responsables.
Una intromisión así pone
en evidencia un tema que es ampliamente conocido pero raramente
discutido fuera de los círculos de inteligencia: a pesar de los
indiscutibles lazos entre Estados Unidos y su aliado más cercano en
Medio Oriente y a pesar de las aseveraciones de políticos estadunidenses
elogiando amistad, autoridades estadunidenses de seguridad nacional
consideran que algunas veces Israel es un aliado frustrante y una
genuina amenaza de contrainteligencia.
Además de lo que las
autoridades estadunidenses describen como intrusiones en viviendas en la
década pasada, Israel ha estado implicado en casos de espionaje
criminal y en procesos disciplinarios contra oficiales de la CIA y ha
sido culpado de la presunta muerte de un importante espía de la CIA en
Siria durante el gobierno del presidente George W. Bush. El agente,
ahora desaparecido, era el único elemento de la CIA dentro del programa
de armas químicas y nucleares.
La CIA considera a Israel su
amenaza de contrainteligencia número uno en la División del Cercano
Oriente de la agencia, el grupo que supervisa el espionaje en todo Medio
Oriente, de acuerdo con oficiales actuales y antiguos. Esto significa
que la CIA cree que los secretos nacionales de Estados Unidos están más
seguros en otros gobiernos de Medio Oriente que con Israel.
Israel
utiliza sofisticados servicios profesionales de inteligencia que
rivalizan con las agencia estadunidenses en capacidad técnica y el
reclutamiento de colaboradores. A diferencia de Irán o Siria, por
ejemplo, Israel, como resuelto aliado de Estados Unidos, disfruta de
acceso a los más altos niveles del gobierno estadunidense en los
círculos militares y de inteligencia.
Los oficiales hablaron con
la condición del anonimato porque no estaban autorizados a abordar
delicados temas diplomáticos y de inteligencia entre los dos países.
Las
preocupaciones de contrainteligencia continúan a pesar de la relación
cercana entre ambos países mientras Israel tiene cercana operación en
programas que se dice incluyen al virus informático Stuxnet que atacó
computadoras en las principales instalaciones de enriquecimiento de
uranio de Irán. Aunque la alianza es primordial para la estrategia de
Estados Unidos en Medio Oriente, hay espacio para intensos desacuerdos,
en especial en la agitación diplomática por las ambiciones nucleares de
Teherán.
"Es una relación complicada", dijo Joseph Wippl, ex
agente secreto de la CIA y jefe de la oficina de la agencia para asuntos
legislativos. "Ellos tienen sus intereses. Nosotros los nuestros. Para
Estados Unidos es un acto de equilibrio".
La forma en que
Washington retrata su relación con Israel ayuda a determinar la visión
que tiene el resto del mundo de los Estados Unidos, en particular los
países musulmanes.
La Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus
siglas en inglés) siempre ha vigilado a Israel. Estados Unidos, por
ejemplo, no quiere tener la guardia baja si Israel lanza un sorpresivo
ataque que pudiera lanzar a la región a la guerra, comprometer el
suministro de petróleo y poner en riesgo a soldados estadunidenses.
Matthew
Aid, autor de "The Secret Sentry" (El centinela secreto) que trata
sobre la NSA, dijo que Estados Unidos comenzó a espiar a Israel incluso
antes de que se creara el Estado en 1948. dijo que Estados Unidos tuvo
una base en Chipre dedicada a espiar a Israel hasta 1974. Hoy, equipos
de lingüistas hebreos está en el Fuerte Meade, Maryland, en la NSA,
escuchando comunicaciones israelíes, asegura.
La CIA por lo
general prohíbe a sus oficiales en Tel Aviv informarse de fuentes del
gobierno israelí, según oficiales. Para hacerlo se requeriría la
aprobación de altos funcionarios de la CIA, agregaron dos ex
funcionarios. Durante el gobierno de Bush, la aprobación tenía que venir
de desde la Casa Blanca.
Israel no es el aliado más cercano de
Estados Unidos, al menos cuando se trata de que Washington confíe la
información de seguridad nacional más delicada. Esa distinción pertenece
a un grupo de naciones conocidas antes como los "Cinco Ojos". Bajo esta
bandera, Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Canadá y Nueva
Zelanda acordaron compartir inteligencia y no espiarse unos a otros. Es
frecuente que oficiales de inteligencia estadunidenses trabajen
directamente junto con elementos de esos países para manejar información
altamente clasificada no compartida con nadie más.
Israel es
parte de una relación de segunda clase, pero el servicio de inteligencia
exterior de Israel, la Mossad y su equivalente al FBI, el Shin Bet, son
considerados de los mejores del mundo y han sido sospechosos de
reclutar a oficiales estadunidenses y tratar de hurtar los secretos de
Estados Unidos.
Alrededor de 2004 o 2005, la CIA despidió a dos
mujeres por no reportar contactos con israelíes. Una de ellas reconoció
durante un examen de polígrafo que tuvo una relación con un israelí con
el que trabajó en el Ministerio del Exterior, dijo un oficial
estadunidense. La CIA se enteró de que esa persona trabajaba para el
Shin Bet.
Jonathan Pollard, que trabajó para la Armada
estadunidense como analista de inteligencia civil, fue sentenciado a
cadena perpetua por espiar para Israel en 1987. Los israelíes por años
han tratado de obtener su liberación. En enero de 2011, el primer
ministro israelí Benjamin Netanyahu pidió al presidente Barack Obama
liberar a Pollard y reconoció que las acciones de Israel en el caso
"fueron equivocadas y completamente inaceptables".
Ronald Olive,
ex supervisor del Servicio de Investigación Criminal de la Armada y que
investigó a Pollard, dijo que tras su arresto, Estados Unidos formó una
fuerza de tarea para determinar qué documentos del gobierno había tomado
Pollard. Olive dijo que Israel devolvió tan pocos, que representaban
una "mancha en la arena".
Después de Pollard, los israelíes prometieron que sus espías no operarían en territorio estadunidense.
En
2008, Ben-Ami Kadish, un ex ingeniero mecánico de la Armada, se declaró
culpable de pasar secretos clasificados a los israelíes la década de
1980. Su contacto era el mismo de Pollard. Kadish permitió que los
israelíes fotografiaran documentos sobre armas nucleares, una versión
modificada de un avión de combate F-15 y el sistema de defensa aéreo
contra misiles U.S. Patriot. Kadish, que fue arrestado cuando tenía 85
años, evitó la cárcel y tuvo que pagar una multa de 50 mil dólares.
En
2006, un ex analista del Departamento de Estado fue sentenciado a más
de 12 años en prisión por dar información clasificada un diplomático
israelí y dos cabildeadores pro-isarelíes.
Pese al caso Pollard y
otros, Olive opina que los dos países necesitan mantener lazos cercanos
"pero ¿tenemos que ser vigilantes? Absolutamente. Los israelíes son
buenos en lo que hagan".
AP/ Tomado de http://www.vanguardia.com.mx
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