viernes, 28 de diciembre de 2012

Las Malvinas: materiales secretos

Durante la guerra por las Islas Malvinas en 1982 el presidente de EEUU Ronald Reagan trató de convencer a la primera ministra de Gran Bretaña Margaret Thatcher de que hiciera las paces con Argentina y aceptara la entrada de tropas internacionales en el territorio en disputa.

De ello informa la agencia ITAR-TASS, remitiéndose a materiales de archivos británicos. Estos fueron publicados hoy tras haber expirado el plazo de secretabilidad de treinta años.
Según los documentos, el secretario de Estado de EEUU Alexander Hage se proponía advertir al gobierno argentino del desembarco de tropas británicas en las islas. Sin embargo, el embajador de Gran Bretaña en EEUU Nicholas Henderson persuadió a Hage que no diera tal paso. El embajador declaró que los argentinos, al recibir tal información, podrían enviar submarinos contra los buques ingleses.
El 31 de mayo de 1982 el presidente de EEUU Ronald Reagan telefoneó a la premier británica Margaret Thatcher y pidió que ella aceptara la entrada en las islas de un contingente de paz de tropas de EEUU y de Brasil. El presidente de EEUU solicitó a la premier que no “humillara” a la junta militar argentina y no asestara una derrota a ella. Las posibilidades más altas para conseguir la paz existen antes de que Argentina resulte definitivamente humillada”, dijo Reagan a Thatcher, según el descifrado de la conversación que se guarda en los archivos británicos.
Tras la derrota en la guerra por las Malvinas el régimen militar pro-norteamericano perdió definitivamente el apoyo de la población y fue derrocado. Como resultado, en el país llegó al poder un gobierno democráticamente elegido.
Thatcher denegó sin vacilación la solicitud de Reagan que quería ser mediador entre el Reino Unido y Argentina. “Como Gran Bretaña entró sola en la guerra por las islas, sin ayuda de nadie, ella no puede que el agresor obtuviera ventaja de la agresión”, dice la conversación descifrada.
Los documentos de archivos evidencian que en la administración de EEUU había divergencias en cuanto a qué línea debía practicar respecto al conflicto británico-argentino.
Las Islas Falkland o Malvinas, como se las llama en los países latinoamericanos, situados a casi 1500 kilómetros del litoral de América del Sur, es objeto de un largo conflicto territorial entre Londres y Buenos Aires. El archipiélago por nadie poblado fue descubierto por navegantes ingleses en 1690. Más tarde presentaron sus derechos sobre el mismo: Francia, España y, después de conquistar su independencia, Argentina. Durante todo este tiempo la dirección argentina no ha dejado de exigir la salida de Gran Bretaña de las Malvinas.
La actual presidenta de Argentina Cristina Kirchner ha declarado reiteradamente:
—Tras el conflicto armado de 1982, los políticos recibieron lo merecido: el jefe de la junta castrense, el general Leopoldo Galtieri fue derrocado, lo que permitió a la nación tornar a la democracia. Margaret Thatcher, por su parte, después de la victoria, se garantizó un segundo mandato.
Antes de esta Navidad Gran Bretaña nombró a un nuevo gobernador a las Malvinas: Colin Roberts. Este responderá por la organización del referendo que se prevé realizar en las islas en el año que viene. Los habitantes locales abogan por su autonomía, pero bajo el pabellón británico.

Autor: Viacheslav Ósipov

La Voz de Rusia

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