Las tensiones y enfrentamientos armas no
cesa en Egipto. Después de la violenta jornada que se vivió en todo el
país este domingo, hombres armados mataron este lunes a cinco soldados
egipcios en un ataque contra una patrulla del ejército cerca de la
ciudad Ismailiya, en el Canal de Suez, dijeron fuentes de seguridad.
Los cinco soldados perecieron en un zona
donde insurgentes islamistas han atacado en varias ocasiones a las
fuerzas de seguridad desde que Mursi fuera depuesto y detenido, a
principios de julio pasado.
Desde entonces más de 100 miembros de
las fuerzas de seguridad egipcias murieron en ataques o en
enfrentamientos en todo el país.
El hecho ocurrió un día después del
violento choque entre islamistas y la policía egipcia, que dejó un saldo
de más de 50 muertos y 200 heridos. Estos enfrentamientos se dieron en
el marco de la celebración por el 40ª aniversario de la guerra de 1973
contra Israel.
A su vez, por este mismo hecho, unas 423 personas fueron detenidas.
En tanto, otro atentado fue perpetrado
este lunes, en el Sinaí, donde la explosión de un coche bomba golpeó la
sede de los servicios de seguridad, dejando dos muertos y otros 48
heridos. Sin embargo, se espera que esa cifra pueda aumentar, mientras
los socorristas y vecinos buscan más víctimas debajo de los escombros.
Asimismo, una gigantesca antena
parabólica de comunicación en El Cairo fue averiada, luego de haber sido
interceptada por dos cohetes.
No obstante, aún se desconoce si los
motivos de estos dos atentados están vinculados a los sangrientos
enfrentamientos que se sucedieron este domingo.
De esta manera, la situación en Egipto
es cada vez más preocupante y lejos de acercarse a una solución, los
enfrentamientos entre los Hermanos Musulamanes y el gobierno día a día
se recrudecen.
Incluso el presidente interino, Adly
Mansour, el pasado sábado, en un discruso televisado, aseguró que sus
fuerzas vencerán al terrorismo y terminarán con la violencia con las
reglas de la ley, que protejerá la libertad de los ciudadanos y de los
recursos.
Otra jornada signada por la violencia
Pese a la represión de los últimos
meses, los Hermanos Musulmanes y demás partidarios del depuesto
presidente Mohamed Mursi trataron este domingo, durante las
celebraciones por el el 40º aniversario de la guerra de 1973 contra
Israel, recobrar su pulso.
Su desafío a las estrictas medidas de
seguridad acabó sin embargo en un baño de sangre, el más grave desde la
ola de violencia que siguió al desalojo de las acampadas de los
islamistas en El Cairo el 14 de agosto pasado.
Miles de sus seguidores se organizaron
en pequeñas marchas al término del rezo musulmán del mediodía para
demostrar que siguen teniendo peso en las calles. Su objetivo era llegar
a la plaza de Tahrir, en el corazón de El Cairo y epicentro de las
manifestaciones anti Mursi, pero los militares blindaron sus accesos con
tanques y carros de combate.
Las fuerzas de seguridad dispersaron a
los islamistas con gases lacrimógenos, pelotas de goma y fuego real en
los barrios de Dokki y Mohandisin, en la orilla oeste del Nilo, y en
zonas del centro de la capital como la plaza Ramsés.
Según el Ministerio egipcio de Sanidad,
más de 40 personas murieron este domingo en El Cairo, tres en la ciudad
de Beni Suef y una en la localidad de Delga, en la provincia de Minia,
una cifra global similar a la ofrecida por los Hermanos Musulmanes.
Una fuente de seguridad informó a EFE de
que en la zona cairota de Ramsés los manifestantes incendiaron
neumáticos y cortaron la avenida principal y que en Dokki la policía
respondió con fuego real a los disparos efectuados primero por
islamistas.
La versión de la cofradía apunta, sin
embargo, a que la policía abrió fuego contra manifestantes pacíficos,
por lo que atribuyó "la responsabilidad total de los crímenes y
matanzas" a los dirigentes del golpe militar.
El Ministerio del Interior había
advertido de que "enfrentaría cualquier acción fuera de la ley y a las
personas que instigan al caos".
Un total de 423 personas fueron
detenidas en El Cairo por llevar a cabo "actos de sabotaje" y usar armas
de fuego, según Interior.
Para asfixiar las protestas, tras los
disturbios del pasado viernes, el Ejército y la policía se desplegaron
en las principales arterias de la ciudad y en los puentes sobre el Nilo.
En el barrio de Mohandisin, de clase
media y con una importante zona comercial, el manifestante islamista
Atef Rayan dijo que ya es hora de decir "basta" a las autoridades
surgidas tras el derrocamiento de Mursi.
Rayan, de 19 años y con una bandera
egipcia en la mano, afirmó que "los egipcios estaban desconcertados ante
tanta sangre, pero harán escuchar su voz a los golpistas".
En contraste con estas imágenes de
violencia, miles de partidarios del Ejército se concentraron en la plaza
Tahrir y en los alrededores de palacio presidencial de Itihadiya en un
ambiente festivo.
Fuegos artificiales y haces de luces
inundaron estas zonas, que fueron sobrevoladas con helicópteros
militares que portaban la bandera de Egipto.
Al caer la noche, el estadio de la
Defensa Aérea en El Cairo fue escenario de las celebraciones oficiales
con motivo del aniversario de la guerra de 1973, donde no faltó la
música y el teatro.
La guerra de 1973 (conocida como Guerra
del Yom Kippur o del Ramadán) fue la cuarta que enfrentó a Israel con
países árabes, en este caso Egipto y Siria.
Tomado de http://arroyodiario.com.ar
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