lunes, 28 de octubre de 2013

Una grave enfermedad llamada terrorismo

Una grave enfermedad llamada terrorismo La semana pasada volvieron a aparecer los terroristas. El 21 de octubre en un autobús que cubría una ruta urbana en la ciudad de Volgogrado, situada en la parte suroriental de Rusia, ocurrió una explosión.

La bomba de fabricación casera fue detonada por Naida Asiálova, suicida de treinta años de edad oriunda de Daguestán. Seis personas murieron y casi cincuenta fueron heridas, entre ellas niño de un año. Actualmente los investigadores averiguan los nexos de la terrorista con las bandas clandestinas, y los legisladores están desarrollando nuevas normas orientadas a contrarrestar el terrorismo.

Los investigadores establecieron rápidamente la identidad de la terrorista, determinaron el itinerario que siguió Asiálova desde la ciudad de Majachkalá, capital de Daguestán, hasta Volgogrado, y después, por la ciudad. Iba sola, ella misma escogió el lugar del atentado: donde había más gente. Según se supo, aún en la primavera la mujer llamó la atención de los órganos judiciales. Los servicios secretos notaron su interés por el wahabismo y empezaron a vigilarla, tratando de descubrir así a los jefes del grupo terrorista. Pero, no se ha descubierto ninguna otra cosa sospechosa; es muy difícil desenmascarar un crimen en preparación solo por métodos externos de vigilancias, opina Pável Evdokímov, redactor en jefe del periódico Fuerzas Especiales de Rusia.

–Para obtener información de advertencia, se necesita que la persona que está en el interior del grupo terrorista proporcione a los organismos judiciales información sobre el ataque terrorista que se está preparando. Para ello se necesita un informante. Para lograrlo, en todo el país debe existir una extensa red de agentes. Es muy difícil tener agentes entre las células de combate.

Puede ayudar parcialmente a resolver el problema un acceso más amplio de los servicios secretos a la información personal de la gente. Esta semana en la prensa apareció la información de que el Ministerio de Comunicaciones y Medios Informativos de Rusia ha preparado un proyecto de la disposición que obligará a todos los operadores de telefonía móvil y proveedores de Internet a conservar toda la información sobre los usuarios. Los colaboradores del Servicio Federal de Seguridad obtendrán acceso directo a dicha información. Varias empresas y figuras públicas vieron en ello una violación del derecho a la vida privada, garantizado por la Constitución, y hasta establecieron una comparación con las acciones de los servicios de inteligencia estadounidenses que habían provocado escándalo mundial. Otros aseveran que están dispuestos a ceder cierta parte de su espacio íntimo para garantizar la seguridad. A continuación, el senador Ruslán Gattárov, presidente de la Comisión Provisional para el Desarrollo de la Sociedad Informativa, del Consejo de la Federación (Cámara alta del Parlamento ruso), explica a los oyentes de La Voz de Rusia la esencia de dicha medida:

–La situación es absolutamente diferente de aquella a la que se refería Edward Snowden. En primer lugar, esa disposición es de acceso público. En segundo, los norteamericanos filtran el tráfico, abren todos los paquetes, revisan el correo. Vigilan a todos: a sus ciudadanos y a todo el mundo. Aquí se trata de un asunto absolutamente diferente. Se requiere que el operador de telefonía conserve durante doce horas el tráfico para que en un momento dado, en caso de ser necesario, se saquen datos personales o los mensajes del sospechoso de haber cometido un crimen. Eso se hace de manera puntual, por decisión de un tribunal, en el marco de pesquisas operativas.

El proyecto de la disposición del Ministerio de Comunicaciones y Medios Informativos deberá pasar por todos los procedimientos de aprobación y puede entrar en vigor a mediados del próximo año. Con la finalidad de contrarrestar el terrorismo, los diputados adoptaron en esta semana la ley que establece que los parientes de los extremistas compensarán los daños producidos por ataques terroristas. Además, se aplicarán penas más severas por preparación de futuros combatientes en campamentos de entrenamiento y por creación de organizaciones terroristas, precisó Irina Iarovaia, presidenta del Comité de Seguridad y Lucha contra la Corrupción de la Duma Estatal (la Cámara baja del Parlamento Ruso).

–En gran medida esta ley está dirigida a los jóvenes. Para que sepan que en el momento en el que terceras personas traten de involucrarlos en actividades terroristas, de reclutarlos en campos de entrenamientos especiales, sociedades y organizaciones respectivas, ya están cometiendo un delito.

Es importante que la lucha antiterrorista sea global. Hoy los servicios especiales de Rusia colaboran estrechamente con la mayoría de organismos similares de todo el mundo, realizan ejercicios conjuntos, intercambian información.

Natalia Kovalenko
 
La Voz de Rusia

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