miércoles, 30 de octubre de 2013

La manipulación del cuentapropismo en Cuba



 
En el día de ayer, el sitio contrarrevolucionario Cubanet intentó manipular, sobre la base de rumores difundidos por mercenarios USA en la Isla, una nueva provocación de impensadas consecuencias, siguiendo una matriz de opinión de que los cuentapropistas en Cuba se encuentran descontentos por medidas adoptadas por las autoridades contra aquellos que han violado la legislación vigente. 

Con el título “Seguridad del Estado intenta frenar posible manifestación masiva”, el sitio especula sobre una inventada marcha de cuentapropistas en la Capital del país, el próximo 1 de noviembre, Desde luego, no existen elementos serios sobre esta movilización y la misma se basa en rumores propalados por los mercenarios como la auto titulada bloguera Mirian Zelaya.

Según estos rumores, los organizadores de la marcha, azuzados por elementos contrarrevolucionarios marcharían hasta la Plaza de la Revolución, lugar donde mostrarían su descontento. La propia Cubanet cuestiona de dónde salió la orientación sobre la “supuesta marcha”, admitiendo que la misma puede haber sido convocada desde el exterior, es decir, las organizaciones provocadoras de Miami.

La manipulación de este fabricado hecho ha servido para argüir que ya las autoridades cubanas han visitado a varios cuentapropistas para alertarlos de no intervenir en este evento. Sin tapujos comenta la Zelaya: “Sobre la posibilidad real de que se produzca una manifestación autónoma en Cuba sin que sea sofocada incluso antes de que se inicie, existen sobrados motivos para la duda. De hecho, hay quienes afirman que ya los grupos de potenciales marchantes han sido penetrados por la policía política, algo que no constituye una novedad.”

Realmente no es la primera vez que contrarrevolucionarios cubanos azuzan o intentan incorporarse a actos de demanda de cuentapropistas, tal como ocurrió recientemente en Santa Clara. En este caso, Guillermo Fariñas intentó manipular las demandas de unos cocheros ante la sede del Poder Popular en esa ciudad. Otros elementos, como José Daniel Ferrer, han intentado desarrollar este tipo de labor subversiva en Santiago de Cuba. 

El cuentapropismo en Cuba no ha sido atacado por autoridad alguna. El enfrentamiento ha sido contra los que han violado las reglas establecidas en sus licencias, fundamentalmente aquellos que han adquirido licencias como costureras o sastres y han montado negocios de venta de ropa importada ilegalmente para ese fin. En otros casos, han violado la ley aquellos que se han dedicado a comprar elevadas cantidades de productos industriales, acaparándolos y dejando desabastecidas las tiendas – indudablemente con el apoyo de algunos empleados deshonestos-, para luego revenderlos a precios elevados. Particularmente, recuerdo que yo quería adquirir una ducha eléctrica y la misma estaba desaparecida de las tiendas, en las que se vendían a un precio de alrededor de 30 CUC. Apenas a unos metros de la tienda a la que acudí, unos “merolicos” las vendían a 62 CUC. Esta forma de abuso, basada en el egoísmo y la falta de solidaridad con sus conciudadanos, afecta directamente a toda la población cubana, haciéndola sufrir un falso desabastecimiento de productos como detergente, papel higiénico, bombillos de luz fría y otros.

Estas medidas en manera alguna representan una vuelta atrás del cuentapropismo en la isla, como tratan de hacer ver, reiteradamente los medios de comunicación vinculados a la guerra ideológica anticubana. 

En mi opinión particular considero justas las medidas adoptadas por las autoridades de cerrar aquellos negocios violadores de la ley establecida. Empero, surgen en mí algunas preguntas que caen por su propio peso: ¿Qué hacían los funcionarios e inspectores, conocedores de esas violaciones – lo cual era un hecho público-, para hacer cumplir lo establecido por la ley? ¿Por qué se actuó con tanta demora para detener un fenómeno delincuencial y especulativo, bendecido por funcionarios corruptos y benevolentes? ¿Por qué las administraciones de las tiendas no orientaron a sus empleados sobre lo nocivo de vender a un particular excesivas cantidades de productos de primera necesidad? ¿Por qué el control de las administraciones permitió el robo descarado de productos, los que luego vendían “merolicos” abusadores y violadores de la ley? ¿Por qué nuestra prensa no fue más agresiva para denunciar este fenómeno que se iba desarrollando impunemente, padecido y sufrido por todos los ciudadanos?

Lecciones, al respecto, hay que sacar. Si se hubiera actuado oportuna y esclarecedoramente con los cuentapropistas, si hubieran actuado con eficacia los burócratas e inspectores, si se hubieran ejercido controles rigurosos, esto no hubiera sucedido y no dejaríamos abierta una brecha para el descontento, la manipulación y el ataque mediático de nuestros enemigos.

Tampoco podemos permitir que el cuentapropismo se convierta en un difusor de los subvalores del capitalismo, del mensaje enemigo, mediante la venta de películas y actuaciones individuales que marcan hondas diferencias entre la calidad de vida de nuestros ciudadanos a partir del enriquecimiento ilícito y el veneno ideológico y amoral.

No habrá protesta alguna, señores mercenarios, porque realmente no ha habido injusticias. La dirección de nuestro país trabaja arduamente para propiciar el desarrollo de la pequeña iniciativa privada como forma para desarrollar el bienestar de nuestros ciudadanos, garantizar fuentes de empleo y un mayor empuje de las fuerzas productivas y de los servicios. Sin embargo, el estado tiene pleno derecho a que esto se logre mediante la transparencia y la legalidad.

Estas son mis reflexiones personales al respecto, como ciudadano y como comunista.

Percy Francisco Alvarado Godoy.

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