Foto: diariodecaracas.com
El jefe del Comando Sur aseguró que América
Latina ni quiere ni necesita la presencia militar permanente de EEUU en
sus territorios, aunque sí el apoyo militar y logístico para hacer
frente a las principales amenazas que enfrenta la región.
Kelly
insistió en que la colaboración del Departamento de Defensa
estadounidense con casi todos los países latinoamericanos es continua,
sobre todo en materia de lucha contra el narcotráfico y el crimen
organizado, a través de ayuda en inteligencia, entrenamiento y
equipamiento.
"La cooperación en defensa no significa
militarización. De hecho es todo lo contrario", argumentó en una
conferencia en el centro de estudios CSIS.
"Las buenas
noticias son que ni nos quieren ahí permanentemente ni nos necesitan. No
tenemos que hacer mucho más de lo que estamos haciendo porque ellos
mismos lo están haciendo por su cuenta", insistió el general, que además
aseguró que la región "va por el buen camino", aunque aún queda mucho
por hacer.
Sin embargo, el general advirtió de los
grandes retos que enfrenta Latinoamérica, en especial respecto a la
producción y distribución de drogas, "no solo cocaína, también
marihuana, heroína o metanfetamina", que está sacudiendo Centroamérica.
"Centroamérica
está llevando a cabo una lucha devastadora contra el narcotráfico",
afirmó, pero advirtió también que "llevará décadas" acabar con el
entramado criminal que lo rodea.
Kelly quiso remarcar
que Estados Unidos es parte del problema ya que aún es el principal
consumidor mundial de cocaína pese a que las cifras están disminuyendo,
por lo que, dijo, asume su responsabilidad.
"No somos inmunes (al narcotráfico)", insistió.
"No
es un problema de Colombia ni un problema de Centroamérica. El
narcotráfico es un problema de las Américas" que afecta a todo el mundo,
manifestó el general, que también aplaudió las recientes colaboraciones
en materia antidrogas entre Rusia y Nicaragua.
El jefe
del Comando Sur estadounidense, que abarca desde la frontera sur de
México hasta Argentina, excluyendo los territorios caribeños de Estados
Unidos, también aludió a las relaciones entre Irán y Venezuela, como un
factor de riesgo para la estabilidad regional.
Kelly
opinó que el deceso del presidente venezolano Hugo Chávez no afectará a
las relaciones bilaterales entre ambos países, y advirtió del riesgo de
que cédulas de grupos radicales se hayan establecido en Latinoamérica y
se estén alimentando del narcotráfico para ejecutar actos terroristas.
"Además,
cada vez hay más embajadas y centros culturales iraníes en
Latinoamérica. Por supuesto tienen el derecho de hacerlo, pero
advertimos a nuestros socios del hemisferio que los iraníes son muy
buenos en lo que hacen y que les sigan vigilando", añadió.
El
general mostró su optimismo en el devenir de América Latina en materia
de seguridad y enfatizó que de la estabilidad de sus democracias también
depende la estabilidad económica de la región.
A
propósito, hace poco el jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, John
Kelly, denunciaba ante el Senado norteamericano que las FARC de
Colombia tenían en su poder misiles SA-7. Al respecto, esta semana el
Gobierno de Juan Manuel Santos envió al Congreso del país un informe en
el que reconoce que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC) tenían planeado comprar desde hace diez años armamento con
capacidad de derribar aeronaves, algo que concretaron con la adquisición
de misiles SA-7 a través de traficantes internacionales.
Pese
a ello, la guerrilla mantiene un diálogo de paz con el Gobierno en La
Habana, con el objetivo de dar fin al conflicto armado que afecta desde
hace medio siglo al país.
sm
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