"La
Iglesia puede jugar un papel clave en la paz"
‘Antonio
García’, miembro del comando central del Eln, dice que esa guerrilla esta
dispuesta a dialogar para encontrar una salida política al conflicto armado,
pero acusa al Gobierno de “falta de voluntad política”.
Hace
rato que se habla de un proceso de paz con el Eln. ¿Qué ha impedido
concretarlo?
El
Eln tiene la decisión de construir, con el conjunto de la sociedad, unos
caminos que lleven a la democratización política, económica, social y cultural
del país, esencia de una solución política del conflicto social y armado en
Colombia. Desde el inicio del gobierno Santos, el Eln manifestó su disposición
para establecer conversaciones. Hemos adelantado apenas algunos pasos
introductorios, pero este gobierno no ha mostrado una real voluntad de paz.
Hemos visto, sí, una actitud guerrerista y condicionadora.
¿Está
su guerrilla lista para un eventual diálogo?
Desde
hace muchos años, más de dos décadas, el Eln ha mantenido disposición para
buscar una salida política del conflicto. Hemos establecido conversaciones con
cinco gobiernos consecutivos y continuamos firmes en esta decisión. La
delegación para el diálogo exploratorio está lista desde hace un año. Pero el
Gobierno no ha tomado la decisión.
Uruguay
suena como sede para los posibles diálogos. ¿Por qué esta nación es buena para
una mesa de paz entre el Gobierno y el Eln?
En
la solución de un conflicto tan complejo como el de Colombia, la participación
de la comunidad internacional es muy importante. En la medida en que transcurra
la fase exploratoria, que no ha arrancado, y en que el proceso se estabilice y
madure, el concurso de varios países, entre los que podría estar Uruguay, es
necesario. En anteriores procesos la comunidad internacional participó en
diferentes niveles.
¿Les
gusta una mesa separada de las Farc, como lo plantea el Gobierno, o hubieran
preferido una mesa única de diálogos?
Al
Eln sí le hubiese gustado una mesa única, porque la paz es una sola y en su
construcción deben participar la insurgencia y la sociedad colombiana toda.
En
algunos comunicados ustedes han criticado el esquema que se aplica en la
negociación con las Farc. ¿Qué es lo que no les gusta?
Al
igual que las Farc y otros sectores de la sociedad, hemos expresado que la
agenda es muy limitada. No permite una discusión más amplia, que tenga en
cuenta el conjunto de problemas estructurales del país que necesitan ser
abordados. Un Estado que no se mueve, que es tacaño con la sociedad, jamás
podrá pretender que se le crea cuando habla de democracia.
¿Cuál
es la propuesta de negociación del Eln?
El
Eln ha planteado un proceso de diálogo transparente, de cara al país, de amplia
participación nacional con acompañamiento internacional, donde la sociedad
colombiana sea protagonista en la construcción de un proceso democratizador, en
lo económico, político y cultural, que atienda las necesidades del pueblo y que
permita la transformación de las causas estructurales que generaron el
conflicto.
¿En
qué coinciden y en qué difieren frente a la agenda con las Farc?
El
proceso nuestro no ha arrancado. Como decíamos antes, hemos dado apenas unos
pasos introductorios. La agenda es un acuerdo entre partes, y en este momento
no lo hay. Cuando lleguemos ahí, se podrán mirar coincidencias y diferencias.
Se
dice que el Eln tiene un interés particular en que el papa Francisco sea
protagonista...
La
Iglesia católica ha estado presente en la mayoría de las iniciativas por
construir una solución política en las que el Eln ha participado. En esta
oportunidad, hemos mantenido un intercambio epistolar con la Conferencia
Episcopal en torno a los acuciantes y complejos problemas del país, hemos
presentado reflexiones e iniciativas. La vocación pastoral de la Iglesia puede
jugar un destacado papel en una estrategia de pedagogía para la paz, sin la
cual será imposible llegar a ella. Ha sido muy gratificante escuchar al papa
Francisco hablar sobre la paz en Colombia. Sus mensajes en contra de la
avaricia, de la guerra, de la pobreza, por la justicia social y contra el
capitalismo voraz, dan un nuevo sentido a la vida de las grandes mayorías
marginadas y explotadas del mundo. Desde nuestro ideario camilista, recibimos
las palabras del Papa Francisco como un aliciente.
¿Está
el Eln convencido de que llegó la hora de hacer política sin armas?
Hasta
hoy no vemos los cambios en la situación del país que nos permitan hacer
política sin armas. El intento actual es para crear las condiciones donde los
colombianos podamos hacer política sin que las armas del Estado interfieran con
su violencia en el ejercicio libre de ella. El proceso de solución política es
para construir caminos democratizadores donde el pueblo colombiano ejerza en
libertad su voluntad, en paz. El gobierno de Santos envía un mensaje
contradictorio al expresar que a la paz se llega por las buenas o por las
malas.
¿A
qué le llaman ustedes un diálogo sin condiciones?
Es
un diálogo sin exigencias previas, ya que ellas tienen el propósito de sacar
ventajas a la contraparte. Estamos por un diálogo con respeto como partes de un
conflicto. Las exigencias son para cuando hay un vencedor. Lo único que se
puede exigir al contrario es que cumpla con lo que se acuerde
Marisol Gómez Giraldo
El Tiempo
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