El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, anunció
este jueves en un artículo publicado en el portal del rotativo
estadounidense The Washington Post que su país está dispuesto a asumir
el papel de mediador en las probables negociaciones entre las
autoridades y la oposición de Siria.
“Expreso nuestra disposición a contribuir al desarrollo de las
negociaciones entre el Gobierno sirio y la oposición y a acogerlas en
nuestro territorio”, escribió.
Al señalar que Irán jugó un papel estabilizador en Irak y Afganistán
en los últimos decenios, Salehi instó a los países que respaldan el plan
de paz elaborado por Kofi Annan para Siria a contribuir al logro de los
tres objetivos más importantes: el cese inmediato del fuego y del
derramamiento de sangre, el suministro de la ayuda humanitaria al pueblo
sirio y la preparación del terreno para entablar diálogo que permita
solucionar la crisis.
Según el jefe de la diplomacia iraní, “la sociedad siria representa
en sí un hermoso mosaico de etnias, confesiones y culturas, y quedaría
despedazada de verse derrocado repentinamente el presidente Bashar
Asad”.
La cancillería de Irán informó esta semana que unos países de la
región realizarán consultas en Teherán el 9 de agosto sobre el problema
sirio con el fin de contribuir al restablecimiento de la estabilidad y
la paz en el país.
El secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Said
Jalili, al visitar Siria el martes pasado, declaró que Teherán seguirá
cooperando con Damasco en la lucha contra el terrorismo y no permitirá
la destrucción de Siria.
El presidente Asad a su vez confirmó la disposición de las
autoridades de Siria a hacer frente a los separatistas que actúan en el
país.
Los enfrentamientos en Siria entre la oposición armada y las fuerzas
leales al presidente Asad causaron más de 17.000 víctimas desde marzo de
2011, según declaró el 19 de julio el presidente de turno del Consejo
de Seguridad de la ONU, Néstor Osorio, embajador de Colombia ante
Naciones Unidas.
Los países occidentales insisten en la dimisión de Asad, sosteniendo
que eso llevará al cese de la violencia. Pero Rusia y China temen que
tal desarrollo de la situación provoque una guerra civil y hasta un
conflicto regional.
Ria Novosti
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