Si hay algo que la oposición
venezolana no puede desconocer, así le retuerza hasta el alma, es el
talante democrático que siempre ha caracterizado al chavismo, liderado
por el Comandante Chávez.
Desde que llegó al poder en 1998, Hugo Chávez enfrentó a 30
aspirantes a la silla presidencial quienes disputaron, de manera
fallida, los votos del pueblo venezolano. Se preguntaran los que aún
teniendo ojos, no ven ¿por qué después de 14 años el pueblo sigue
apoyando el proyecto socialista y bolivariano?.
La respuesta la encontramos en cada una de las acciones que encabezó
el Comandante: la orientación de su gobierno hacia la población que más
lo necesita, la creación de las misiones sociales que incluyen a quienes
habían sido olvidados y relegados en Venezuela; salud y educación
gratuita y de calidad para todos y todas; pensiones para las personas
con discapacidad, adultos mayores, amas de casa, etc; la oportunidad de
brindarle una vivienda digna y con visión de hábitat a quienes de otra
forma y con otros gobiernos jamás vieron esa esperanza; el acceso a la
tecnología y a los servicios básicos que se habían convertido en un lujo
en nuestro país; la revolución en el campo de la producción, que sin
duda ha cambiado la concepción de ser un país dependiente de la
exportación de petróleo, con miras a ser una potencia regional. En fin,
son incalculables las obras y los avances que hemos alcanzado como
patria, de la mano de nuestro máximo líder.
Pero así como hay quienes se preguntan lo que fácil a la vista está,
hay quienes no comprendemos cómo es que un ser tan bajo como el
candidato de la derecha, se mantiene representando la disidencia en
Venezuela.
La respuesta no está a la vista pero sólo hace falta analizar las
acciones de los pseudos líderes de la oposición, para corroborar que la
candidatura de Capriles es la estocada final para terminar de deshacerse
del majunche y sepultarlo políticamente. Radonski es una piedra de
tranca para partidos como Acción Democrática y COPEI, porque aún cuando
comparten los mismos intereses neoliberales y apátridas, el personaje no
les conviene ya que ellos (AD y COPEI) quieren el pastel y no un pedazo
de la torta.
La oposición sabe que no tiene manera de ganar las próximas
elecciones presidenciales del 14-A y que se enfrenta a otra derrota más.
Por eso lanzan al ruedo, una vez más, al ya derrotado candidato
(Capriles), para terminar de sacarlo en el juego que tienen perdido. Y
es que así de sucia, es la política que hace la ultra derecha
venezolana.
Eso no quiere decir que el majunche sea la pobre víctima del cuento,
él al igual que los dirigentes de los partidos de la MUD, son caimanes
del mismo pozo; sólo que esta vez le tocó ser la carnada y no le quedó
otra opción que aceptar, luego que los zorros viejos de la derecha le
ofrecieran la candidatura públicamente.
Con el pueblo organizado, movilizado y consciente, de la tarea de
continuar con la obra de nuestro Comandante para seguir construyendo la
Patria Socialista, ratificaremos el 14-A la voluntad de la mayoría que
decidió el pasado 7-O. Nuestros votos y el esfuerzo de nuestro líder, no
serán en vano.
¡Los que queremos Patria, seguimos con Chávez y Maduro!
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