CRONICAS… ARGOS: DICIEMBRE 08 DE
2010…
x Marcos Jesús Concepción Albala*
Desde muy niño me
gustaba todo lo que oliera a viejo, los carritos viejos, las monedas con
defectos, las revistas rotas, las fotos amarillas del álbum de mi abuela. Estas
cosas, las guardaba en alguna gaveta, cuya organización sólo yo entendía. Ya en
los años 80, me decidí finalmente a tener una colección, como es debido, o como
dicen los libros que deben ser las colecciones. Entonces ingresé en la ‘Asociación
de Numismáticos de Cuba’, donde me enseñaron a ser un buen coleccionista y
donde también mi intelecto se enriqueció porque cada moneda, cada billete que
coleccionaba, era un pedazo de historia de la República cubana.
Llegué a Miami en
1988 y me volví a entusiasmar con la idea de coleccionar monedas, billetes y
condecoraciones. Lo hacía únicamente para alimentar mi espíritu, como una
especie de terapia, por lo que no hice trámite alguno para registrarme en la
Asociación de Numismáticos.
Me congratulaba
cuando ingresaba una simple monedita en mi incipiente colección. ¡Ah!, y muy
importante, solo de Cuba me interesaba comprar o intercambiar las piezas. Aunque
no logré reunir una cantidad importante de piezas de este tipo, la colección que
tuve en la Isla no dejaba tener un gran significado para mí.
Un día visité el ‘Museo
Histórico de Miami’** buscando monedas y billetes cubanos y me llamaron la
atención los ejemplares de la Revista Bohemia publicados en la época
Republicana de Cuba, viejas revistas en una urna de cristal, amarillas, algunas
en buen estado, otras maltratadas, con sus páginas rotas.
Le pregunté a
Julián Valdés, dueño del Museo, el costo de esas reliquias y este hombre amable,
de carácter pueblerino, quien es hoy mi amigo personal y ya en una crónica
aparte escribiré sobre él, me respondió:
-
“Amigo,
estas que están aquí las vendo por $40.00 dólares/USD, porque no están en muy
buen estado, pero te propongo revises la colección de la ‘Edición de La
Libertad’**, impresas en La Habana en Enero de 1959… Estas ‘Ediciones de la
Libertad’ fueron tres ejemplares, y lograron imprimirse, en esa fecha, más de
un millón por edición, porque su demanda fue tremenda, o sea, se imprimieron 3
millones de revistas… Algo curioso es, que cuando tu hojees las revistas, verás
que sus páginas tienen varios colores, unas cuantas en verde, otras en negro y también
en sepia, porque fue tan brutal la tirada que en ese momento no había suficiente
tinta de un solo color para imprimir la astronómica cifra de tres millones de
ejemplares… Esta colección de tres ejemplares casi nueva, está valorada en unos
$500.00 Dólares/USD… Si te interesa, te la vendo”…
Quedé perplejo…
¿$500.00 Dólares/USD esos tres ejemplares?... ¿Qué guardaban sus páginas de
diferentes colores que se vendían a ese precio? Supuse en ese momento que sólo les
interesarían a los coleccionistas.
-
“si” –me respondió Julián. “Y te
aclaro, es difícil que las puedas encontrar en mejores condiciones que éstas”.
Mi visita al Museo
Histórico de Miami me dejó pensando. Tuve la oportunidad de revisar los tres
ejemplares de las ‘Ediciones de la Libertad’ por primera vez en mi vida, porque
en Cuba nunca supe que existían. Y me avergüenza tener que decir que las conocí
aquí en Miami.
La rápida
revisión de sus páginas me trasladó a los primeros días de la Revolución cubana,
en enero de 1959. Fotos del discurso de
Fidel desde el Ayuntamiento de Santiago de Cuba, entrada de Fidel a La Habana,
fotos de los Comandantes Che y Camilo Cienfuegos, manifestaciones masivas en
diferentes pueblos de la Isla, pidiendo paredón a los esbirros, y en apoyo al
triunfo de la Revolución triunfante. Además, juicios populares y fusilamientos
de los asesinos a sueldo del dictador Fulgencio Batista, fotos impactantes que
me llevaron a cuestionarme: ¿le convendría a la primera oleada de inmigrantes
cubanos de los años 60 hacia EEUU, compuesta por ladrones, políticos corruptos,
por asesinos del Ejército y de la policía, saqueadores del erario público
cubano, que se publiquen otra vez esas revistas, y en Miami?
Desde mi casa, y
en horas de la noche, me dediqué a llamar a algunos de mis viejos amigos para
averiguar sobre esas revistas, y por supuesto, teniendo en cuenta que en el círculo
de las amistades casi siempre existe un historiador. Entonces telefoneé a Nelson
González Batista para averiguar sobre esa Edición tan especial de Bohemia y que
había descubierto hacia solo horas.
¿Por qué no
reproducirlas en Miami, tal y como se editaron la primera vez? –le pregunté a
Nelson y Nelson me respondió a la cubana:
“Reeditar de nuevo esas
‘Ediciones de La Libertad’ en este Miami, es como atreverse a tirar una bomba
atómica en la Calle 8, porque ellas encierran la historia más negra y
comprometida de la oligarquía cubana. Esas Ediciones son una denuncia con
vigencia permanente”.
Mi amigo Nelson
me llenó la cabeza de guisasos y no tardé en dar los primeros pasos para
reproducirlas, exactas. Estaba dispuesto a incinerarme. No me importaba el
costo que tuviera que pagar, por tal de que se conociera, en muchos casos, y en
otros que se recordara lo que motivó hacer una verdadera Revolución en Cuba.
Luego de
asegurarme que estaba listo para producir esas Ediciones de Bohemia, tenía que
localizar a un socio económico, ya que revisando números, la cuenta no se
ajustaba a mi economía personal. Estaba dispuesto al sacrificio y con un
‘socio’ aseguraría la impresión de la cantidad que pensaba, 150 mil ejemplares,
50 mil por cada edición, para luego venderlas en Miami a un precio módico.
Para ello
contacté con Roberto Arroyo, poderoso constructor en Miami-Dade. Lo visité en
su hogar y le presenté el Proyecto ‘Bohemia’; él quedó fascinado, sin imaginar
sus consecuencias que más adelante comentaré.
Establecimos
legalmente la Incorporación con el nombre de ‘Bohemia, Inc.’ Así quedó
registrada en el Estado de Florida, Estados Unidos.
Roberto y yo nos
dimos a la tarea de contratar una Imprenta. Las primeras que visitamos se negaron
a hacerlo, así que contratamos una en el NW de Miami, puros gringos que, con
gusto, aceptaron reproducirla. Pero había una pequeña dificultad, teníamos que
conseguirle a la Editora tres números de la ‘Edición de la Libertad’, que
estuvieran en perfecto estado para hacerle la copia’ exacta. Las que me vendía
Julian estaban encuadernadas y no cumplían los requisitos de la Imprenta.
Viajé a La Habana
en busca de tres revistas que estuvieran en perfecto estado, casi nuevas, como las
pedían en la Imprenta. En la Isla
algunos compañeros me dijeron que estaba loco, otros que no se atrevían a hacer
ese tipo de gestión y los menos me decían que no era mala la idea, pero que muy
difícil de llevar a término porque quizás el dueño del nombre de Bohemia en EE.UU.
se negaría a permitirme su reproducción en Miami. La ignorancia sobre estos trámites
legales determinó muchas trabas en el logro de los objetivos del proyecto.
Logré resolver
las tres revistas con un artesano establecido al lado del Hotel Riviera, en el
Vedado. Cuando le comenté para qué las quería, las consiguió y me las regaló, con
el compromiso de que le llevara algunas copias para su colección de libros y
revistas. Ese es nuestro pueblo, así es nuestro pueblo, desinteresado, más cuando
la causa es noble y justa y esto, definitivamente, lo era... Cumplí con mi
amigo artesano…
Regresé a Miami
con mis tres revistas bajo el brazo. Las estregué a la imprenta y cuando nos
sentamos con los dueños me preguntaron: ¿De verdad que tú las quieres reproducir exactas a las originales? Sí
–les respondí. Las quiero igualitas,
exactas. Incluso, con sus diferentes colores de impresión, el mismo papel, las
mismas presillas. Todo igual. Que las copias se confundan con las originales.
Los dueños de la
Imprenta se quedaron con las revistas y me pidieron una semana de plazo para
una respuesta. Así fue, a la semana nos volvimos a sentar y se nos informó lo
siguiente:
-
El papel es difícil de conseguir, ya no se usa en
ningún tipo de publicación, este se llama ‘antique’ (Papel antiguo de mucho peso).
-
Esta revista no se puede presillar en automatico por el grueso del papel y la cantidad de hojas
que lleva cada revista, por lo que habrá que rentar una presilladora semiautomática
con ese tipo de presillas.
-
En cuanto a los colores de impresión, el verde,
el negro y el sepia, no es problema, pero si dificultaría el trabajo automatico
de la impresión, por lo que, en casi en todo el proceso de edición, hay que
imprimirla en semiautomática y tenemos que utilizar a varias personas en este
proceso.
-
Ustedes las quieren dentro de un sobre de ‘nylon’
(plástico transparente) para protegerlas.
-
Si se imprimen 50 mil por cada revista, serian
150 mil en total… el costo estaría en los $4.35 Dólares/USA con 35 centavos
cada revista. O sea, estaríamos hablando de $652,500.00 Dólares/USA.
-
Y para empezar, firmaríamos un Contrato de
elaboración y de entrega, la primera parte seria del 50%, o sea, nos deben
entregar en la firma, $312,750.00 Dólares/USA. Y el otro 50% impresa la última
revista.
Aceptamos. Entonces,
a correr. Y mi socio Roberto con
simpatía me decía que nunca pensó que de
constructor se fuera a convertir en editor.
No sé cómo, una
mañana en la oficina, recibí una llamada telefónica del Sr. Jorge Saralegui, no
sabía quién era ese señor, que se había enterado sobre el Proyecto Bohemia, y
me pedía lo recibiera para contarme algunos detalles, y me recomendaba que no
imprimiera las revistas hasta que no hablara con él. Todo fue muy rápido. Mi
socio Roberto y yo recibimos al Sr. Saralegui en la Oficina de Bohemia. La
conversación resultó la más interesante de todo lo que más tarde ocurrió en la
realización del Proyecto Bohemia en Miami. Jorge se convirtió, de cierta
manera, en nuestro asesor y socio honorario, porque hubo un momento en que le
ofrecimos Acciones de la Empresa, y se negó, sobre esto diré algo muy especial
al final de estas líneas, para descubrir a un cubano muy bien intencionado, a
quien, considero, le debemos un reconocimiento.
El Sr. Saralegui
nos informó y recomendó algunas ideas importantes para que lográramos cumplir
con el proyecto y no tuviéramos tropiezos legales.
-
‘Jorge se brindó para apoyarnos en el ‘Proyecto Bohemia’ hasta que se
vendiera el último ejemplar, sin ningún interés personal, sólo el deseo de que
se volviera a dar el merecido lugar a la Revista Bohemia en Miami’.
-
‘Que contratáramos, antes de imprimir la revista, un abogado, especialista
en reconocimiento de patentes en EE.UU., para que revisara el historial de la
Revista cubana Bohemia y que nuestra nueva Empresa pudiera asumir legalmente el
nombre BOHEMIA en territorio estadounidense.
-
‘Nos recomendó al Abogado Francis X. Santana, amigo suyo, con oficinas en
Corthouse Plaza, Suite 400, 28 West Flagler St., Miami.’
La conversación
con el Sr. Jorge Saralegui, representó, para mí, descubrir los vericuetos
legales y la lucha interna, a la que estuvo sometida la Revista Bohemia fuera
de Cuba. Sería demasiado extensa su explicación. Sólo apuntaré algunas
significativas notas que desmantelarán parte de lo que, supuestamente, archiva
la propia historia de Bohemia.
La revista
Bohemia no sólo estuvo reconocida en Puerto Rico, también en Venezuela, Panamá
y México, y por supuesto, en la mayoría de los reconocimientos aparecía Miguel Ángel
Quevedo como su dueño original, aunque su producción en estos países, fue una
mala versión de lo que fue en su época. La Editorial ‘América’ en EE.UU.,
propiedad de Jorge Saralegui, no sólo tenía registrado el nombre de Bohemia, sino
también las revistas Carteles y Vanidades, también originarias de Cuba.
Según el Abogado
Francis X. Santana, este tipo de publicaciones, conformada por Artículos firmados por diferentes autores, no
es posible registrarlas con exclusividad. Para estos casos, la Ley establece que
al registrar una publicación como ésta se permite un plazo prudencial para su producción,
y si esto no se llegara a cumplir, otro que la imprima, puede lograr
automáticamente el derecho de su nombre dentro del territorio norteamericano. Sin
pensarlo más, decidimos imprimirla.
Todo marchaba
bien, hasta que el Abogado nos preguntó: ¿Ustedes consultaron con los
anunciantes de la época si desean aparecer en estas reproducciones, ya que en
alguna de su publicidad está implícito el apoyo de esas Empresas a la Revolución
cubana, como es el caso de un Banco muy conocido en Cuba? No existía otra alternativa, había que negociar con las Empresas que se
anunciaron en esas ‘Ediciones de la Libertad’.
Dirigimos una
carta, con una carpeta que contenía copia del anuncio original, a la Oficina de
Publicidad de la Empresa que aparecía anunciándose en las revistas, por
ejemplo, la del Ron Bacardí, y le propusimos
dejar el mismo anuncio o autorizar otro. Esto, por supuesto, conllevaría un
costo que discutiríamos cuando nos recibieran. Esa carta le llegó a todos los
anunciantes y casi todos aceptaron nuestra propuesta, lo que consta en las
reproducciones que hicimos, donde aparecen casi todos los anunciantes
originales.
Otro evento que nos sorprendió fue cuando de forma
personal, casi en secreto, Jorge me llamó a su apartamento, para decirme que
una persona importante quería conversar conmigo. Intrigado acudí raudo y veloz.
Me esperaba el representante legal de la ‘Editorial De Armas’ en EE.UU., de
nacionalidad venezolana, interesado en negociar conmigo el nombre de Bohemia,
porque estaba convencido que por la vía legal no podía lograr el control del nombre
de Bohemia. Básicamente me propuso, a nombre de la Empresa que él representaba,
que ellos cubrirían los gastos en que habíamos incurrido mi socio Roberto y yo,
hasta ese día, más un 25% del total invertido que consideraríamos como
‘ganancias’, a cambio de firmarles un documento en el que renunciábamos a la
Empresa en general. Es decir, renunciar a ser los dueños del nombre de Bohemia.
Mi respuesta no se hizo esperar, y sin tomar en cuenta a
mi socio Roberto, le miré fijo a los ojos y respondí molesto: ‘Estimado Señor,
nuestra Empresa no está en venta’. Me despedí de Jorge y regresé a mi oficina.
En Estados
Unidos, cuando se publica una revista, la Ley te obliga a ponerte en manos de
una Distribuidora para su venta, si no lo haces, no la puedes distribuir en los
estanquillos controlados por dichas Empresas. Cuando ya teníamos las revistas
en la Distribuidora ‘Book and Bock’ de Miami, recibimos una llamada de su
Administrador anulando el permiso de distribución.
No tuvimos otra
alternativa que almacenarla en un contenedor, donde se echaron a perder tras el
paso de uno de los ciclones que afectó a Miami en esa época. Miles de revistas
quedaron encerradas para un triste final, por el simple hecho de que a cierto
sector conservador cubano, no le convenía que nuevas generaciones conocieran
sus crímenes.
Deseo terminar
con dos notas: una sobre el enorme agradecimiento a mi socio Roberto Arroyo,
por su generoso apoyo económico, y desinterés en función de que se lograra el
Proyecto Bohemia en Miami. Cada vez que lo visito, me dice, con sus espejuelos
apoyados en la punta de su nariz, asomándome por encima sus ojos grandes: ‘Bohemia,
si, Bohemia’. Y mi otra nota, está relacionada con algo muy
interesante que con el tiempo me confesó mi estimado amigo Jorge Saralegui
(EPD), el verdadero dueño de la Revista Bohemia hasta el año 1959, a una
pregunta que con más confianza le hice en su Apartamento de Kendall. Jorge, sé
sincero, ¿qué te motivó a apoyar el Proyecto Bohemia en Miami tan
desinteresadamente?
-
…‘Mi estimado amigo de la escuela de Frunce (así
me decía en jarana). Cuando descubrí que dos cubanos locos, porque hay que
estar loco para reproducir las ‘Ediciones de la Libertad’ en Miami, estaban
dispuestos a que saliera a la luz una vez más, pero en el centro de la
contrarrevolución cubana de esta Ciudad de Miami, me hice el propósito de
pedirte un favor a cambio de mi apoyo. Sé que generosamente tú y Roberto me
ofrecieron acciones de la Empresa Bohemia, Inc., y lo denegué, porque ya mi
obra terminaba con la conclusión de su hermoso Proyecto, soy un hombre enfermo,
con cierta edad que me permite este lujo
de intercambiar contigo, ahora, el favor que te pediré… Ya tienen bajo control
el nombre de Bohemia. No la menciones más a secas, porque debe decirse así, LA
REVISTA CUBANA BOHEMIA, LA DE TODOS LOS TIEMPOS. Te ayudé, sin que tú y Roberto
conocieran mis verdaderas intenciones, a cambio de que, antes que los rufianes
de Miami la puedan controlar, ustedes le puedan devolver el nombre a la Nación
cubana, el nombre que por excelencia lleva nuestra revista de nacionalidad
cubana. No comparto tu ideología, se cómo sientes, cómo piensas, pero más allá
de tus deseos y sentimientos, y de los míos, existe un país, un pueblo, una
nación, que dio posibilidades al nacimiento de una gran revista. El pueblo
cubano es un gran pueblo, y nosotros desde acá, injustamente, les hemos causado
mucho daño. Yo siempre estuve enamorado de esa excelente REVISTA CUBANA BOHEMIA.
Tengo la impresión que Fidel tuvo cierta razón. ¡Ah!, te cuento algo, quien decidió,
quien aprobó, la foto de Fidel en una de sus portadas, donde aparece como el
Cristo Redentor, fui yo, pero no lo digas. Por favor, cumple con lo acordado, entrégale
legalmente el nombre de BOHEMIA a Cuba, a su pueblo.”
Así fue. No lo vi
más, una enfermedad terminal se lo llevó y yo quedé responsabilizado con lo
acordado en una mañana gris que pude ver desde la ventana de una pequeña oficina
de su apartamento en Kendall.
Estimado amigo
Jorge, escúchame: me comprometo a cumplir con nuestro acuerdo. En mi próxima
visita a Cuba entregaré los derechos legales del nombre de la REVISTA CUBANA
BOHEMIA, DE TODOS LOS TIEMPOS, registrada en EEUU. Y solicitaré a las
autoridades que el Edificio de Bohemia, muy cerca de La Plaza de la Revolución,
lleve tu nombre…
**Museo Histórico de Miami… 3131 Coral Way, Miami, Fl.,
33145 – USA…
**‘Ediciones de la
Libertad’ circuló en Cuba con tres números extraordinarios, el primero con 208
páginas y un millón de ejemplares, cifra que marcó record en su época.
Reconocidas como ‘Ediciones de la Libertad’, en saludo al Triunfo de la
Revolución cubana de Enero de 1959.
hola buenas tardes! amigo acabo de leer tu historia, y la verdad me sorprendio, queria contarte que halgo parecido estamos viviendo en nuestra querida VENEZUELA, pero con algunas diferencia! queria comentarte que mi hermano viajo a la habana hace 10 ANOS, Y COMPRO esa misma edicion de alguien que la tenia guardada con mucho reselo y esta en perfectas condiciones, me gustaria venderlos, mi correo es posadasanpedro1@gmail.com si tienes algun interesado escribeme y te enviare unas fotos de los 3 ejemplares para que veas su condicion y poder darle su valor... gracias..
ResponderEliminarYo dispongo de muchos ejemplares entre los años 40 y 50. cesar.dot@gmail.com
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