El primer eclipse
total de luna se espera el 15 de abril. Este eclipse tendrá una
duración de 78 minutos y podrá ser presenciado totalmente en América del
Sur y América del Norte, y parcialmente en Europa y África, según un
comunicado de la NASA divulgado en su sitio web.
Mientras que unos días más tarde, específicamente el 29
de abril, habrá un eclipse anular de Sol previsto que se podrá observar
durante 6 minutos desde Australia y algunos países cuyas costas sean
bañadas por el océano Índico.
El 8 de octubre se visualizará el segundo eclipse total
de luna del año que durante 59 minutos y podrá ser admirado, con mayor
visibilidad, desde la región del Pacífico; pero la exhibición de su fase
completa la disfrutarán los habitantes de América del Sur, América del
Norte, Nueva Zelanda, Australia, Japón y Asia Oriental.
Mientras el último fenómeno natural de este tipo para el
próximo año será un eclipse parcial de sol que podrá ser contemplado el
23 de octure en Estados Unidos, Canadá y en la península rusa de
Kamchatka, en el este de Siberia.
Pero, ¿cómo se pueden predecir los eclipses?
Gracias al desarrollo de la informática se puede
calcular con gran precisión posiciones exactas de las órbitas de la
Tierra y de la Luna y de sus sombras. De esta manera, se pueden
registrar los momentos en que las sombras se proyectan sobre el otro
astro.
La segunda forma de saberlo es recurriendo a la técnica
que se utiliza desde la época de los asirios y babilónicos hasta
nuestros días, consiste en anotar las repeticiones cíclicas de estos
fenómenos. El ciclo más notable con que se repiten es, sin lugar a
dudas, el llamado ciclo saros.
Un saros contiene 6 585,3 días (18 años, 10 u 11 días y
unas 8 horas), y tras este período se repiten circunstancias orbitales
casi idénticas, por lo que se produce un eclipse muy similar; aunque
desplazado unos 120° al oeste.
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