miércoles, 22 de enero de 2014

Obama, mariguana y enfoque cauteloso

obama marihuana
 foto aparecida en http://www.eljueves.es
Pasó desapercibo el más que importante pronunciamiento del presidente de Estados Unidos sobre varios aspectos del consumo de narcóticos en el país que posee el mayor el número de adictos a las drogas ilícitas en la aldea global, en términos relativos y absolutos.
 
Acaso la brevedad de los juicios de Barack Obama a la revista The New Yorker influyó para el desentendimiento de los medios mexicanos, amén de su propensión a ser más oficialistas que el presidente, pero la concisión es una virtud y más si ésta no está inscrita en la línea del prohibicionismo y persecución guerrerista impuesta el 17 de junio de 1971 por Richard M. Nixon no sólo al país que presidió sino a la Organización de las Naciones Unidas hace mas de cuatro décadas, bajo la perspectiva geopolítica y geoestratégica de mantener como hegemónico al imperio de las barras y las estrellas, hegemonía que ingresó a un ciclo de crisis.
 
Uno de los juicios que no tiene desperdicio es el relativo a su experiencia personal: “Como ya se ha documentado bien, yo fumé mariguana cuando era menor de edad y lo considero un mal hábito y un vicio, pero no es muy diferente de los cigarros que fumé desde que fui un joven hasta gran parte de mi vida adulta. No creo que sea más peligrosa que el alcohol”.
 
Hábito, vicio o placer, eso depende de cada consumidor, Obama es el segundo de un total de 44 presidentes de la Unión Americana que reconoce abiertamente que fumó la cada vez más cotizada yerba, legal para efectos recreativos en Colorado y Washington, muy pronto también lo será en el decisivo estado de California, y por motivos curativos está despenalizada en 25 estados más.
 
Barack Hussein es el primer titular del Ejecutivo que reconoce, sin el ejercicio de la dominante hipocresía estadunidense, que la mariguana no es más dañina que el tabaco y el alcohol, diagnóstico ampliamente respaldado por especialistas y estudiosos de las adicciones a los narcóticos lícitos e ilícitos. Consumo de tabaco que Hussein, el gringo, aún realiza pero “a escondidas”, dice Jorge Castañeda, porque Michelle, la esposa, se molesta.
 
Más aún, el presidente estadunidense que según la agencia AP “ha permitido” a gobiernos estatales que “experimenten con la regulación” de la mariguana, declaró que “para evitar una situación en la que sólo algunos fueran castigados” porque le preocupa lo que es del dominio público en Estados Unidos y México, “el número desproporcionadamente alto” de detenciones y encarcelamientos de “minorías (raciales) por consumo de mariguana”.
 
Sin embargo, Obama instó a que “la sociedad tenga un enfoque cauteloso” hacia la evolución de las leyes sobre la mariguana, al afirmar que la gente que cree que la legalización resolverá problemas sociales “probablemente exagera el caso”.
 
Llamado a la cautela que es comprensible para el gobernante de un país saturado como ninguno de drogas legales e ilegales, así como de sus correspondientes consumidores, en una sociedad sellada por la doble moral y un imperio que hace décadas integró a su arsenal geopolítico a los narcóticos, como lo evidenció muy temprano Ronald Reagan con el caso Irán-Contra (nicaragüense).
 
Pero lo principal es la sólida tendencia del gobierno de Estados Unidos de poner en juego políticas más flexibles y de mayor tolerancia hacia los narcóticos ilícitos, destacadamente la mariguana, mientras los gobernantes de México sellan la frontera norte para hacerle el trabajo sucio, criminal, a la Casa Blanca y el Pentágono, a costa de un imperdonable baño de sangre y muerte que lleva más de siete años continuos, mientras su arquitecto Felipe Calderón amenaza a los agraviados con volver al país.
 
Eduardo Ibarra Aguirre
 
 
 
http://www.alainet.org/active/70647&lang=es

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