viernes, 31 de enero de 2014

¿Para qué sirven las listas de organizaciones terroristas?

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La definición de terrorista es muy amplia y vaga, incluye la provocación, la utilización de internet para propagar el odio o la yihad, el uso de la violencia, el entrenamiento y el reclutamiento, etc. La lista de la UE (Unión Europea) se basa en la Resolución 1373, adoptada en 2001 después del 11 septiembre, en ella demanda a todos los miembros a tener un mecanismo, que permita tener una lista de las organizaciones ligadas a acciones terroristas.

La lista es elaborada con base en las informaciones de los servicios de seguridad y no con base en las informaciones o decisiones de las autoridades judiciales competentes. El objetivo de la lista es el de hacer presión política sobre las organizaciones, para llevarlas a que pongan fin a sus actividades.

La organización OMPI (Organización de Muyahidines del Pueblo Iraní) fue retirada de la lista, decisión política que demuestra la provisionalidad y politización de este instrumento.

‘Decisión administrativa, provisional y política’

En un coloquio organizado por la ONG alemana ECCHR (European Center for Constitutional and Human Rights), Gilles de Kerckhove el coordinador de la política antiterrorista de la UE afirmaba, que las listas son una "decisión administrativa, provisoria y de carácter político", que tenía como propósito facilitar el trabajo de los servicios de policía y de justicia en la lucha contra el terrorismo.

Según Kerckhove "se trata de una medida administrativa y el objetivo es evidentemente impedir que alguien pueda desarrollar actividades terroristas. No se trata de una sanción criminal, es puramente un proceso administrativo y es provisoria. La decisión tiene como consecuencia congelar los bienes de la persona, impedirle viajar y vender armas”.

La información sobre las personas o las organizaciones viene de los servicios de inteligencia, son informaciones clasificadas y frecuentemente confidenciales. Considera que son un instrumento de presión que en el caso europeo sirve para las negociaciones con esos grupos.

Según Gilles de Kerckhove en la práctica son muy pocos los bienes que se han podido congelar con esta ley. Sin embargo la razón para continuar utilizándolas es de carácter político. Al designarla como terrorista se dice que no se trata de una organización política, que lucha por derechos políticos. Con ello se les impiden sus derechos políticos y se les trata como criminales. Ejemplos de esta criminalización son las FARC y al ELN de Colombia, el PKK Kurdo, los tamiles Esrilanqués LTTE [movimiento des Tigres de liberación de l’Îlam Tamoul] y el LET [Lashkar-e-Taiba] en Pakistán.

La criminalización de la oposición

Mark Muller de la ONG Bar Human Rights Committee del Reino Unido, ha destacado los efectos negativos de estas listas. Dice que tiene como propósito criminalizar a los movimientos sociales, que luchan contra regímenes de sistemas opresivos. Señala 3 constataciones irónicas y paradójicas:

1. El objetivo de la lista sería el de parar las acciones terroristas y particularmente la circulación de fondos con los que actúan, sin embargo son muy pocos los fondos detectados y congelados.

2. Otro objetivo es calificar a las organizaciones de liberación nacional de organizaciones criminales y terroristas, sin tener en cuenta las protecciones existentes, que podrían estar en la jurisdicción criminal. Es una herramienta que busca deslegitimar cierto tipo de luchas alrededor del mundo.

3. Sin pasar por las protecciones existentes en las jurisdicciones criminales, se trata de una herramienta que busca deslegitimar un cierto número de luchas a través del mundo.

Un propósito reaccionario

La inclusión en estas listas tiene un impacto negativo y devastador sobre las minorías, que luchan ante regímenes opresivos y tiene consecuencias muy graves sobre sus posibilidades de expresión. Tiene también un impacto negativo contra organizaciones que tienen propósitos humanitarios o de ayuda, y no sirve ni a la resolución de los conflictos ni a la búsqueda de la paz.

Para Muller, las listas tienen un impacto negativo sobre el trabajo de las organizaciones humanitarias y consecuencias profundas sobre la resolución de conflictos y la búsqueda de la paz. Reflexiones muy importantes que deben ser tenidas en cuenta por la comunidad internacional.

La construcción de esos sistemas de fichaje ha afectado la capacidad de la comunidad internacional para definir una noción de terrorismo aceptable, que sea capaz de reconciliar las nociones de terrorismo, autodeterminación, derecho a luchar por la democracia y el derecho al uso de la fuerza contra un estado represivo o racista. Criminaliza también a las poblaciones minoritarias ligadas a los grupos que luchan contra los regímenes opresivos, incluidos aquellos que recurren a la no violencia.

Busca impedir a los grupos de organizarse, reunirse o comunicar sus ideas y propuestas. No es cierto que sean solo acciones administrativas. Ellas criminalizan las luchas. El objetivo de las listas es el de colocar en el ostracismo, censurar y mantener en el silencio política y socialmente a todos los grupos que allí figuran.

No hay distinción entre terroristas yihadistas y organizaciones de liberación nacional que tienen un anclaje social como los kurdos.

Hacia una solución real

Oliver Wils, director de la ONG Berghof Peace Support destaca la importancia que tiene el dialogo con todos los actores del conflicto, incluidos los no estatales. Dice que un estudio muestra, que de los 648 movimientos terroristas existentes desde 1968, 267 han dejado de existir. Unas veces como resultado de la implantación de soluciones políticas al conflicto armado (43 %), otras por medidas policiales o de información (40 %), algunas por victorias militares (10%) o por el uso de la fuerza militar contra esos movimientos (7 %).

Un análisis profundo muestra según Wils, que en el caso de los grandes grupos terroristas (más de 10.000 miembros), las medidas policiales y de información han contribuido muy poco (10 %), al fin de esos movimientos, el uso de la fuerza militar ha influido un poco más (15 %), una cuarta parte de esos grupos han ganado su combate (25 %) y la solución política parece como la principal razón para poner fin a su lucha (45 %). Todo eso prueba que la solución política es el mejor camino para poner fin a los conflictos y el más efectivo.

Según este autor la salida de considerarlos como terroristas y decirles que no podrán tener contacto con nadie no es una buena alternativa. Debe decirse de manera clara que se espera de esa organización, para que no sea considerada como terrorista. Se deben abrir caminos para facilitar la conversión en organizaciones que luchan por las vías políticas.

Por Philipe Ch.

Fuente: Voces del ELN

Tomado de http://www.tercerainformacion.es

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