La exdirectora del servicio de inteligencia británico revela en una
entrevista con Judi Dench, que interpretó a M, secretos sobre los espías
británicos que se alejan del guion de la saga
Daniel Craig, con Judi Dench, en una escena de 'Skyfall'.
Durante 17 años Judi Dench ha puesto cara a la implacable M,
la jefa del servicio de inteligencia en las películas de James Bond. Un
largo período de tiempo que solo le procuró dos encuentros con espías
en la vida real. En una ocasión la actriz británica fue invitada a comer
por David Spedding, director del MI6, la agencia de inteligencia
exterior del Reino Unido. Con esta reunión Dench comprobó de primera
mano que los servicios secretos también meten la pata, cuando el chófer
que la fue a recoger se perdió por el camino y le hizo llegar 45 minutos
tarde al almuerzo.
La intérprete, de 79 años, reveló esta
historia durante una entrevista radiofónica con Eliza Manningham-Buller,
el segundo de sus encuentros con agentes profesionales.
Manningham-Buller, que dirigió la agencia interna MI5 entre 2002 y 2007
sirvió de inspiración para el personaje de M. En un programa de radio de
la BBC emitido el 27 de diciembre ambas compartieron apuntes sobre lo
que implica ser espía en la realidad y la ficción. “Los oyentes se
sorprenderían de lo mucho que se basaba mi personaje en el de Eliza y en
otra directora Stella Rimington” declaró Dench, que con su actuación en Skyfall se ha convertido en el único M que muere en pantalla durante una de las entregas de Bond.
Por
su parte la exdirectora general del MI5 reveló detalles sobre la vida
cotidiana de los espías británicos. Para empezar los agentes no conducen
un Aston Martin, esquivan explosiones o cenan en restaurantes de lujo.
“Con suerte” se mueven en bicicleta o en un anodino Ford Escort. También
relató cómo uno de sus primeros ejercicios estuvo a punto de fracasar
porque la tomaron por una prostituta. La misión consistía en elegir a
uno de los parroquianos de un pub y extraer la suficiente información
para saber su nombre completo, fecha de nacimiento y ocupación. El
camarero pensó que buscaba clientes y la intentó echar del
establecimiento. “Me estaba desesperando pensando que no iba a superar
la prueba. Me senté en una esquina, de mal humor y pedí una copa”, dijo
en el programa de Manningham-Buller. La solución vino con un
estadounidense que vendía láseres a Rusia y que se sentía tan solo que
le contó su vida voluntariamente a la espía. Fue tan fácil que la agente
creyó que era un topo. Finalmente resultó que no lo era y la entonces
joven espía superó la prueba brillantemente y sin esfuerzo.
Durante
su intervención como locutora invitada la antigua directora de los
servicios de espionaje buscó tiempo para criticar al diario The Guardian
por publicar las filtraciones de Edward Snowden, alegando que sólo los
servicios de inteligencia pueden calibrar la magnitud del daño hecho a
las operaciones de lucha contra el terrorismo. Manningham-Buller
trabajaba como maestra hasta que fue reclutada. Durante sus años de
servicio se especializó en operaciones antiterroristas. Estuvo implicada
en operaciones contra el IRA y en el curso de una investigación sobre
la intervención en Irak declaró que no había suficientes pruebas para
declarar la guerra, lo que había radicalizado a “toda una generación” de
jóvenes británicos.
A Manningham Buller su inclinación por el
servicio en la sombra le viene por herencia familiar. Su madre organizó
una flota de palomas mensajeras desde su casa en un pueblecito del
condado de Oxfordshire y recabó información sobre el lugar donde
Alemania fabricaba algunos de sus proyectiles, lo que desencadenó un
consiguiente ataque de la RAF.
Fuente: elpais.com
Tomado de http://eju.tv/2014/01/el-mundo-de-007-realidad-y-ficcion/
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