La reciente entrevista al terrorista Luis Posada
Carriles fue urdida tras bambalinas por la alta dirección de la Fundación
Nacional Cubano Americana (FNCA) y el canal 41 América TeVé, según me comunican
fuentes confiables desde Miami. Para desarrollarla, seleccionaron el programa
El Espejo y optaron por Juan Manuel Cao como entrevistador. Sin embargo, nunca
esperaron un completo desastre como el que ocurrió.
La pregunta de marras es la siguiente: ¿Por qué la
FNCA estaba interesada en montar este show, cuando aparentemente goza del beneplácito
del señor Obama? La respuesta hay que encontrarla en el anquilosado hábito de
jugar a las dos caras, en el ya añejo desdoblamiento usado por estos señores
para jugar a la política. Mientras tratan de usar a un Posada Carriles –ya viejo,
pero peligroso-, intentando desmarcarse de actos de violencia pasados e
involucrado en otros nuevos, con la finalidad de amortiguar las presiones y
chantajes del mismo contra ellos, venden a la publicidad un falso aire de apoyo
a la transición pacífica en Cuba, usando peones como Guillermo Fariñas y Berta
Soler. Sin embargo, en realidad, no están convencidos de que la Revolución
caiga por sí sola y maquinan el reverdecimiento de la violencia.
Usando personajillos de incierto y dudoso pasado, a
los que tildan de ex oficiales de la seguridad cubana, así como desconocidos “expertos”,
el discurso subliminal está implícito: no se descarta aún el terrorismo –entiéndase
la vía violenta-, para acabar con la Revolución Cubana, Para ello, como es
lógico, era necesario sobredimensionar a la figura de Posada Carriles, pero sin
involucrarse públicamente. Y eso fue lo que hicieron.
Todo, empero, les salió como tiro por la culata. La
controvertida figura de Posada Carriles genera más desprecio que admiración. A
la vez, Juan Manuel Cao no se lució como esperaban y los subtítulos no
acompañaron adecuadamente al guion, moviendo más a la risa que al interés. Tampoco
sus expertos aportaron algo nuevo a la sarta de falacias a la que tienen
acostumbrados a un ya cambiante público floridano.
Las tantas meteduras de pata de Posada Carriles no
pudieron ser limpiadas y quedó la sensación, incluso, para los acérrimos
enemigos de Cuba de que esta farsa fue poco sensacionalista y nada provechosa
para sus objetivos.
Razón tenía la FNCA para no involucrarse
abiertamente en este show pues sabía que andaba en una cuerda floja. Ahora se
ha dado cuenta que sigue bajo el escrutinio público y que un lobo, por más que
use piel de cordero, podrá comer hierba y hacerse un animalito inocente.
Percy Francisco Alvarado Godoy.
Guillermo Fariñas, Berta Soler y sus secuaces merecen ser condendados a cadena perpetua por simpatizantes del embargo a Cuba y la beligerancia activa alrededor del planeta Tierra porque son hipocritas y mentirosos por decir falsedades públicamente.
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