El Pentágono anunció inversiones para modernizar los campamentos
militares en la ilegal base naval de Guantánamo, en el este de Cuba, sin
incluir mejoras en las condiciones de los prisioneros que allí radican.
Desde 2002 Estados Unidos mantiene un centro de internamiento en esa
instalación ubicada en territorio de Cuba contra la voluntad del pueblo y
el Gobierno de esa isla.
El abogado David Remes, uno de los representantes de los detenidos, dijo que la Casa Blanca no escatima gastos para mantener allí a estas personas privadas de libertad, en lugar de llevarlas a territorio estadounidense.
Remes añadió que los planes de reparación y ampliación de la infraestructura de los militares en Guantánamo siguen adelante, a pesar de los recortes que sufre el presupuesto del Pentágono por más de 46 mil millones de dólares.
El Departamento de Defensa prevé asignar cerca de 150 millones de dólares para dicha instalación, incluida la construcción de un comedor y dormitorios para los 848 guardias estacionados allí, señala hoy la televisora NBC.
La propuesta incluye solo pequeñas inversiones relacionadas con la prisión, como el acondicionamiento de locales para la filmación y registro de los interrogatorios de los detenidos.
Guantánamo se considera la cárcel más cara de Estados Unidos, con un presupuesto operacional este año cercano a los 177 millones de dólares, lo que significa el gasto de casi un millón de dólares para la vigilancia y protección de cada uno de los 166 prisioneros, agregó la NBC.
Funcionarios militares confirmaron este miércoles que el número de huelguistas de hambre en la instalación se triplicó en las últimas dos semanas, de siete a 25, y a ocho de ellos los alimentan a la fuerza.
En una carta al Congreso estadounidense, abogados defensores de los reos señalaron que temen un desenlace fatal de la protesta de sus clientes, de los cuales al menos dos docenas están inconscientes.
El jefe del Comando Sur de las fuerzas armadas de Estados Unidos, general John Allen, aclaró la víspera en una audiencia del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes que las inversiones en la base no están dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los detenidos.
El militar dijo que los reclusos declararon la huelga de hambre porque quedaron devastados cuando el presidente Barack Obama retrocedió en la decisión de cerrar la cárcel de Guantánamo.
Los detenidos fueron capturados en el extranjero y casi todos llevan 11 años encarcelados sin enfrentar cargos concretos.
Seis de ellos iniciaron la huelga de hambre el 6 de febrero pasado en rechazo a la aplicación de severas medidas disciplinarias como el confinamiento por tiempo indefinido, los continuos registros a sus pertenencias y confiscación de copias del Corán, el libro sagrado de los musulmanes.
El abogado David Remes, uno de los representantes de los detenidos, dijo que la Casa Blanca no escatima gastos para mantener allí a estas personas privadas de libertad, en lugar de llevarlas a territorio estadounidense.
Remes añadió que los planes de reparación y ampliación de la infraestructura de los militares en Guantánamo siguen adelante, a pesar de los recortes que sufre el presupuesto del Pentágono por más de 46 mil millones de dólares.
El Departamento de Defensa prevé asignar cerca de 150 millones de dólares para dicha instalación, incluida la construcción de un comedor y dormitorios para los 848 guardias estacionados allí, señala hoy la televisora NBC.
La propuesta incluye solo pequeñas inversiones relacionadas con la prisión, como el acondicionamiento de locales para la filmación y registro de los interrogatorios de los detenidos.
Guantánamo se considera la cárcel más cara de Estados Unidos, con un presupuesto operacional este año cercano a los 177 millones de dólares, lo que significa el gasto de casi un millón de dólares para la vigilancia y protección de cada uno de los 166 prisioneros, agregó la NBC.
Funcionarios militares confirmaron este miércoles que el número de huelguistas de hambre en la instalación se triplicó en las últimas dos semanas, de siete a 25, y a ocho de ellos los alimentan a la fuerza.
En una carta al Congreso estadounidense, abogados defensores de los reos señalaron que temen un desenlace fatal de la protesta de sus clientes, de los cuales al menos dos docenas están inconscientes.
El jefe del Comando Sur de las fuerzas armadas de Estados Unidos, general John Allen, aclaró la víspera en una audiencia del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes que las inversiones en la base no están dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los detenidos.
El militar dijo que los reclusos declararon la huelga de hambre porque quedaron devastados cuando el presidente Barack Obama retrocedió en la decisión de cerrar la cárcel de Guantánamo.
Los detenidos fueron capturados en el extranjero y casi todos llevan 11 años encarcelados sin enfrentar cargos concretos.
Seis de ellos iniciaron la huelga de hambre el 6 de febrero pasado en rechazo a la aplicación de severas medidas disciplinarias como el confinamiento por tiempo indefinido, los continuos registros a sus pertenencias y confiscación de copias del Corán, el libro sagrado de los musulmanes.
Washington, 21 mar (PL)
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