viernes, 18 de octubre de 2013

Respuesta a Díaz Mons

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A debate: Las batallas de mi generación

Generación tras generación muchos cubanos han escrito nuestra historia con sangre y lágrimas, Ignacio Agramonte, José Martí y José Antonio Echevarria son algunos de los jóvenes que entregaron su vida por la prosperidad y el desarrollo democrático de este maravilloso país. De estos jóvenes aprendimos todo, sus errores y aciertos nos han servido de guía para que nosotros, las generaciones de hoy, estemos preparados al enfrentar nuestras batallas, solo que ya basta de sangre y lágrimas, ya basta de opresión y castigo, llegó el momento de conversar, de disentir sin ser señalado, de expresarnos y ser escuchados, es el momento de cambiar de rumbo de Cuba a uno más democrático y más participativo.

Vivimos en un país gobernado por las mismas personas hace ya más de medio siglo, personas que en un principio y con la aprobación de muchos tomaron las medidas que creyeron correctas para darle un nuevo cause a este país que hasta ese entonces era gobernado por un dictador, solo que sin darse cuenta sepultaban el futuro de la isla. Hoy vivimos en un caos total, luego de luchar toda una vida contra los monopolios extranjeros que tanto afectaban la economía nacional, nos convertimos en un monopolio gigante donde solo el gobierno tiene derecho a hacer y deshacer sin competencia alguna. En cuestión de derechos humanos, si leemos la prensa oficial, vivimos en el país perfecto, sobrecumplimientos opacan pequeñas notas sobre pequeños problemas que siempre son creados o no resueltos por el pueblo, pero si vamos a la realidad, a la que todos conocemos, nos damos cuenta que en cuestión de derechos humanos estamos desamparados. Tenemos una constitución que no permite pensar distinto al sistema actual, por tanto es ilegal constitucionalmente tener una idea diferente aunque tengamos la verdad en la mano.

  • Capítulo VII, Derechos, Deberes y Garantías fundamentales. Artículo 53: Se reconoce a los ciudadanos la libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista.
  • Capítulo VII, Derechos, Deberes y Garantías fundamentales. Artículo 62: Ninguna de las libertades establecidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo establecido en la constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es punible.
Muchos son los ejemplos con los que pudiera ejemplificar pero el objetivo de mis palabras no es recordarles a todos lo que ya sabemos, mi objetivo es hacer un llamado, un llamado a la conciencia de aquellos que prefieren bajar la vista ante la realidad, ¡esta es nuestra lucha!, la que nos tocó y que tenemos que ganar conversando y no con balas, exigiendo y no imponiendo, no quedándonos callados, ó como dijo el presidente Raúl Castro: «Es hora de meternos en problemas con nuestros jefes» Nosotros tenemos las armas más importantes, somos portadores de la juventud y la verdad, aquella que todos conocemos pero que hasta ahora le hemos dado de lado por miedo a que sucederá, sin pensar que es nuestro deber eliminar lo que creemos está mal, como fue el de ellos en su momento, y encausar el destino de nuestro país en el que creemos correcto. Si nos equivocamos ya la vida se encargará de hacernos pagar nuestro error, pero justo ahora ¡es nuestro momento para equivocarnos!.

Por Manuel Díaz Mons, especial para ¨La Chiringa de Cuba¨

Comentarios del administrador:

He leído este trabajo de Manuel Díaz Mons, sorprendentemente publicado en "La Chiringa de Cuba" y he subrayado, deliberadamente en color azul, aquellas matrices de opinión que trata de impostar el autor.

Solamente coincido con él sobre el papel heroico de las anteriores generaciones que, tras denodada lucha, nos permitieron alcanzar la verdadera independencia y la igualdad plena para todos los cubanos.

●  En primer lugar, proclama la necesidad de sustituir el actual sistema por otro más democrático. ¿Habrá pensado, acaso, en la absurda y exclusiva democracia norteamericana? Parece haberse olvidado que cerca del 97 % de los cubanos votaron esta Constitución que él cuestiona.


● En segundo lugar,  habla de opresión y castigo, de sangre y lágrimas. ¿A qué trata de referirse? Me imagino que no se referirá a alguna situación de la Cuba actual, pues el único luto y dolor a nuestro pueblo, lo han causado las agresiones criminales provenientes de EE UU, los ataques terroristas y el cruel bloqueo económico impuesto a nuestro pueblo.


●  Habla de inclusión y participación, cuestionando que nuestra propia Constitución avala esos derechos al ciudadano. Todos en Cuba tienen foros abiertos para ser escuchados. Esto se puso a prueba en la discusión del Proyecto de Lineamientos Económicos y Sociales en vada cuadra y en cada colectivo laboral, orientándose que las personas pudieran expresarse con total libertad. Lo mismo se hizo en las discusiones sobre nuestra nueva Constitución en el momento apropiado.
 
●  Yo, particularmente, disiento muchas veces con algunas de las medidas que se adoptan y las cuestiono públicamente, con honestidad y empleando los canales adecuados. He sido duro en mis críticas y los que me conocen pueden asegurarlo. Nunca he sido reprimido por ello. Apoyo todo cambio dentro de nuestro sistema, al que considero imperfecto, pero nunca abogo por cambiarlo e instaurar el exclusivo capitalismo y su nada representativa "democracia" a la que Díaz Mons partece aspirar. Los logros sociales de la Revolución nunca se los entregaremos a nadie.


●  Díaz Mons reclama el derecho generacional a conducir a la nación como si alguien se lo impidiera. La propia dirección del Partido y el Gobierno ha reconocido la necesidad de incorporar a los jóvenes a la gobernabilidad, pero ello debe hacerse sobre la base de la ejemplaridad, de la honestidad y de la valía de los mismos. Nadie puede gobernar por simple capricho y, de intentar hacerlo, existen las vías para lograrlo, como lo hizo la Generación del Centenario en su momento, poniendo el pellejo por medio. Si no se tiene el valor humano por imponer sus convicciones, debe dejarse a un lado el cuestionamiento subversivo y contrarrevolucionario.


●  Coincido con Díaz Mons de que en Cuba hay una dictadura, pero no de "los Castro". En Cuba, sépanlo bien todos de una vez por todas, hay una dictadura del pueblo, es la verdad. Y ese tipo de dictadura es la que genera la verdadera y única democracia posible.


●  Es cierto que Cuba ha sido gobernada durante décadas por las mismas personas, pero han sido elegidas en sus cargos por su ejemplaridad, no  por financiamientos de monopolios. Cada cubano tiene legítimo derecho a ascender a responsabilidades por su ejemplaridad únicamente. ¿Podría pensar mi familia exiliada y acogida por este heroico pueblo que una hermana mía, sencilla y revolucionaria llegara a ser Diputada a la Asamblea nacional del Poder Popular, elegida soberanamente por su propio vecindario? Duélale a Díaz Mons o no, Fidel y Raúl, así como otros compañeros, han sido elegidos por el pueblo. Si el pueblo no les viera honestidad y ejemplo, jamás se les hubiera elegido para sus cargos. No somos un pueblo de lacayos.


●  ¿A qué caos, se refiere Díaz Mons, vivimos los pobladores de la Isla? Es cierto que la situación actual es compleja, pero se van dando pasos paulatinos, sin apresuramiento, para solucionar los problemas sociales y económicos que afectan a nuestro pueblo. No necesitamos de una varita mágica para hacerlo, ni copiar otras experiencias y, tampoco, entregarle a los mercenarios USA y "disidentes" la conducción de nuestro país. Solo el pueblo y su dirección actual son los responsables de hacerlo. ¿No sería mejor que usted se sumara a este esfuerzo, si su preocupación fuese honesta, en lugar de usar las mismas armas de nuestros enemigos?


●  Su craso error es hacer llamados, en nombre de los derechos humanos -que en Cuba son tan respetados-, en nombre de una generación que, en su mayoría absoluta, aún sin haber vivido las gestas heroicas del Moncada, de Girón, de la crisis de Octubre y otros momentos de nuestras luchas, aún confían en la Revolución. Al hacerlo, no me cabe dudas, usted se alinea con el discurso contrarrevolucionario de los vividores mercenarios de la USAID y la mafia terrorista de Miami.


Mucho podría decir para refutar sus comentarios pero creo he tocado los aspectos cardinales que merecían ser respondidos. Yo, particularmente, confío en la juventud y en su fuerza, pero los cargos se ganan con trabajo, esfuerzo y ejemplaridad. Al parecer usted carece de estos atributos, a no ser que lo propongan para dirigir a uno de los escasos y reducidos grupúsculos contrarrevolucionarios dentro de Cuba.

Yo quiero tomar este tema para ratificar mi carácter disidente contra lo mal hecho, contra la necesidad urgente de acabar con la corrupción, con mandar a freir tuzas al que ocupa un puesto y no cumple con sus responsabilidades. Creo que el pueblo debe ser oído y darle respuesta a sus inquietudes con total transparencia. Creo que nuestra Constitución debe atemperarse a este momento histórico, ratificando el carácter socialista de nuestro sistema, a la par que crear una legislación más realista para combatir al delito y a las provocaciones de nuestros enemigos internos y externos, así como los cambios que se van produciendo en nuestra sociedad.

Yo soy uno de esos viejos combatientes revolucionarios que han entregado su vida completa a la Revolución.  Nunca he estado en cómodo cargo, ni he gozado de privilegios inmerecidos. Tengo la limpieza de alma para decirle que seguimos junto a los jóvenes apoyando a Fidel y a Raúl, a nuestro UNICO Partido, que no es democrático, ni liberal, ni conservador, ni republicano. Es comunista, y así lo deseamos. Esa es la premisa para cualquier debate posible con nuestro pueblo.

¿Vio cómo en Cuba hay libertad de expresión? Su artículo aparece íntegro en mi blog, pero tengo el derecho de debatirlo y hacer valer mis puntos de vista con total libertad. Al parecer así lo hizo "La Chiringa de Cuba". ¿De qué se queja? Usted no dormirá hoy en una celda como podría pasarle a un ciudadano norteamericano en correspondencia con la Ley USA Patriot o la Ley HR347. Usted, simplemente, parece vivir en Cuba o en otra ciudad del mundo. La vida, aunque usted no quiera integrarse a ella, sigue moviéndose.


Percy Francisco Alvarado Godoy

 
 

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