El discurso antirruso que el aspirante presidencial estadounidense,
el republicano Mitt Romney, pronunció el pasado 31 de julio de 2012 en
la Biblioteca de la Universidad de Varsovia, pasó desapercibido fuera de
Polonia.
Ocurrió a causa de que justo después el jefe de prensa de Romney,
Rich Gorka, montó un escándalo que centró la atención en EEUU, a donde
el candidato volvió el miércoles.
Los escándalos siempre atraen la atención. Aunque la gira de Romney
puso de manifiesto aspectos mucho más interesantes que tienen que ver
con los cambios en el escenario político mundial.
Ganando votos estadounidenses
Tras una ofrenda floral a la tumba del soldado desconocido, varios
representantes de los medios presentes trataron de acercarse al
candidato para preguntarle por su serie de deslices anteriores, a lo que
el portavoz de prensa reaccionó insultando a los periodistas.
Según medios estadounidenses, Gorka se encaró a los periodistas y les
espetó: "¡Bésame el culo!" Después de esto, ya no se llegó a hablar del
discurso de Romney en la Universidad.
En este discurso, según el diario londinense The Guardian, el
candidato republicano quiso avivar el espíritu de la guerra fría. Otra
cuestión es que lo hizo de manera muy sosa: enumeró los países de mundo
que tienen problemas con la libertad, entre los cuales mencionó Rusia.
Luego acusó al presidente actual Barack Obama de hacer concesiones a
Rusia en materia de defensa antimisiles tras dar la espalda a aliados
como Polonia y la República Checa que ofrecieron su territorio para
desplegar el escudo (información desmentida en seguida por la Casa
Blanca). Luego el candidato republicano elogió los éxitos económicos en
Polonia y nada más.
Lo sorprendente es otra cosa: durante los seis días que duró su gira
internacional, Romney se mostró incompetente en el ámbito de la política
exterior en numerosas ocasiones.
No se debe olvidar que el objetivo principal de su viaje fuera del
país era captar electores dentro del mismo. Hoy sus posibilidades de
ganar las elecciones presidenciales de EEUU, que se celebrarán el 6 de
noviembre, parecen bastante elevadas. Por lo tanto no puede desperdiciar
ningún voto.
Así que el plan de su gira resulta muy lógico. Primero Londres, para
recordar a los estadounidenses lo bien que Romney había organizado en
2002 los Juegos Olímpicos en Salt Lake City (fue presidente del comité
organizador). La segunda etapa fue Israel, con clara intención de
ganarse los votos del electorado pro judío. Y el último destino fue
Polonia, para conquistar a la diáspora polaca en EEUU.
¿Conseguirá Romney su objetivo? Es muy probable, ya que las
comunidades de inmigrantes suelen tener las ideas algo anticuadas y
estar en oposición a los gobiernos de los países de procedencia.
No importa que en los países que visitó Romney sus discursos se
conviertan en objeto de burlas. Especialmente en Gran Bretaña. The
Guardian, por ejemplo, publicó una editorial titulada 'Un mal viaje'.
Malo porque el candidato, que pretendía ganar perfil en el ámbito
internacional con esta gira, provocó malestar en Londres al poner en
duda la seguridad de los Juegos Olímpicos, e indignación entre los
palestinos al convertir Jerusalén en la capital de Israel.
En Israel Romney organizó un banquete en el hotel Rey David para
recaudar fondos sin tener en cuenta que en este hotel, otrora sede de la
Comandancia Militar del Mandato Británico de Palestina, ocurrió en 1946
un atentado perpetrado por terroristas israelíes causando decenas de
muertes entre los agentes británicos. Londres no lo olvidó y se sintió
indignado.
En EEUU tampoco confían demasiado en la competencia del republicano
en la política exterior. Pero ya es un hecho constatado que esta campaña
electoral es algo extraña: los dos candidatos en lugar de defender un
programa positivo intentan eliminar a su rival. ¿Qué tiene que hacer
ante esta situación el resto del mundo? ¿Fingir que no se da cuenta de
estas extrañezas?
¿El Occidente dejó de existir?
Si no el mundo entero, al menos los europeos tienen una idea muy
clara y unívoca con respecto a los republicanos. No olvidemos que la
anterior administración de EEUU (de George W. Bush) llevó las relaciones
entre los estadounidenses y los europeos a una crisis sin precedentes.
Europa no aprobó la agresividad y las guerras de Bush, sobre todo porque
nadie pedía una opinión al respecto: solo mandaban soldados a Irak y
Afganistán.
En cambio, Barack Obama les cae muy bien a los europeos. Según los
sondeos del pasado junio del Pew Research, un instituto especializado
en el estudio sociológico, los ciudadanos de diferentes países de Europa
prefieren a Obama entre los dos candidatos, variándose el porcentaje
según el país del 92% en Francia hasta el 67% en la República Checa.
¿Para qué Romney intenta avivar lo peor de las tendencias de la
política exterior de Estados Unidos? ¿Qué espera conseguir con discursos
como el de la Universidad de Varsovia? Después de tales declaraciones
los europeos ven en él la segunda edición de Bush y por eso lo
ridiculizan.
Pero en vísperas de la gira de Mitt Romney por Europa la revista
Foreign Policy publicó un artículo que recuerda que si Bush menoscabó
los intereses europeos, Barack Obama simplemente no llega a comprender
para qué le sirve Europa a EEUU. Su política consiste en abandonar el
problemático Oriente Próximo y expandirse hacia el Oriente Lejano.
¿Para qué sirve Europa con su crisis financiera y otros problemas que
merman las posibilidades de Obama para ser reelegido? Al mismo tiempo,
según el artículo, “los europeos nunca se habían mostrado tan
indiferentes a lo que piensen en EEUU”.
La conclusión es evidente: 'El final del romance' (así se titula el
artículo de Foreign Policy). El autor afirma que con la presidencia de
Obama Occidente deja de existir como comunidad política.
Parece imposible que un político “del pasado” como Romney sea capaz
de volver a consolidar esta comunidad. Pero de momento tiene otro
objetivo: ganarse a los electores estadounidenses.
Dmitri Kósirev, RIA Novosti
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