La Fundación
Konrad Adenauer acaba de realizar otro informe parcializado sobre el Índice de
Desarrollo Democrático de América Latina, ignorando a Cuba pues, según ella, la
situación es “tan deplorable” en materia de DDHH, que no valía la pena
incluirla. ¿Será cierto esto o no tendrán realmente algo de qué acusarnos?
¿Habrán perdido confianza en los falsos informes de los mercenarios de la
USAID, a los que ellos mismos también subvencionan?
Junto
con la argentina POLITAT, éste es el XII informe, cargado de mentiras y manipulaciones.
Me pregunto al conocer tal noticia, ¿en qué indicadores pueden basarse para
llegar a tan dudosas conclusiones? ¿Qué entienden ellos por avances o
retrocesos, si su concepto de democracia está parcializado? Como era de
suponer, ninguno de los países del ALBA fueron contemplados entre los de mayor
avance democrático, destacando a Uruguay, Costa Rica y Chile. Como era de
suponer, la ignorada Cuba y Venezuela saldrían mal paradas en este informe
berlinés con sabor a cerveza y embutidos, sobre todo para el detractor y
manipulador subversivo Olaf Jacob, quien
a nombre de esta fundación contrarrevolucionaria habló como cotorrón para los
micrófonos de Radio Martí.
-¿Es
conmensurable la democracia?-, le preguntaron sus interlocutores, y el alemán
sabe a ciencia cierta que no existe un modo para medirla, a no ser por medio de
los resultados de participación inclusiva del pueblo en la gobernabilidad, así
como en otros indicadores de desarrollo político, económico y social. Pero Jacob,
por supuesto, no conoce un rábano de la constitucionalidad cubana, de la
legislación existente y de los cambios que se van experimentando dentro de la
sociedad cubana actual. Por ello, él y sus secuaces de la Fundación acudieron a
un engendro denominado “Latinobarómetro”, empleado en Chile, país donde se
reprimen estudiantes y los indios mapuches, así como la mayoría del pueblo es
excluido de la posibilidad de acceder a la gobernabilidad.
Este
engendro elaborado por oligarcas y sus profesionales corruptos, se basa en
encuestas a la población, aunque ellos dicen haber recurrido a datos
estadísticos. ¿De dónde los habrán sacado en el caso de Cuba y Venezuela –me pregunto-,
a no ser de datos falsos inventados por sus mercenarios internos?
Jacob
ataca a Venezuela pues la misma ocupa el último lugar del índice, en
correspondencia con sus nada fiables informaciones. Su propio alineamiento
político anti bolivariano le hace cuestionar la gobernabilidad actual, usando
las mismas matrices de opinión que emplea la derecha desestabilizadora. Para él,
simplemente, en Venezuela no hay democracia. ¿No habrá tenido conocimiento de
las tantas elecciones y referendos promovidos por Chávez? Y, por supuesto, su
alegato contra Maduro no pudo faltar. Así que, con descaro dijo: “En primer lugar consideramos que gran parte
de la institucionalidad democrática venezolana
ha sido mutilada. En su lugar, en Venezuela se ha establecido el
mesianismo político. El país es gobernado por una autoridad, que paulatinamente
va desactivando todos los mecanismos de control democrático. Este proceso
comenzó con el fallecido presidente, Hugo Chávez, y prosigue con el actual
mandatario, Nicolás Maduro. En Venezuela todavía se celebran elecciones y por
eso fue incluida en el índice. Pero el deterioro de las instituciones
democráticas ha provocado una caída con respecto al resto de los países de la
región y en cuanto al nivel que había en Venezuela hace diez años.”
Por
supuesto, Nicaragua tampoco escapa a las difamaciones del tendencioso informe, en
el que -como ya señalamos-, Cuba fue excluida por el siguiente argumento
fabricado por Jacob: “Cuba no aparece en
el índice por no cumplir con los requisitos elementales de cualquier país
democrático. En Cuba no existen elecciones libres, los cubanos no pueden
articularse libremente, entre otros aspectos. Por ese motivo la Isla quedó
excluida del Índice de Desarrollo Democrático.”
La
nada prestigiosa Fundación alemana, ligada a los partidos que desarrollan una desenfrenada
guerra ideológica anticubana, hace otra vez el ridículo. Bien le vale el
refrán: “Es difícil creer que existen
mentiras verdaderas... porque la mentira es siempre mentira.”
Percy
Francisco Alvarado Godoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario