Con capacidad para cuatro lanzadores de
misiles y preparados para hacer blanco en objetivos tierra-mar y
mar-mar, su particularidad es que resultan casi indetectables por ir
instalados dentro contenedores, de 12 metros de largo, con la misma
apariencia que los usados en transporte marítimo, de ferrocarril e
incluso en camiones de gran tonelaje. Por ello, pueden pasar
inadvertidos a las imágenes y sistemas de detección de los satélites
espía, según publica la web rusa Politikus.
Por ello, expertos del Pentágono han mostrado su preocupación porque este tipo de sistemas, con un alcance de hasta 300 km y cuyo precio rondará los 15 millones de dólares, pudieran situarse cerca de las costas de EEUU a bordo de, por ejemplo, cargueros comerciales. A este riesgo se suman las buenas relaciones comerciales de la industria de Defensa rusa con países como Venezuela o Irán.
Tomado de http://www.ateneadigital.es
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