The Guardian sigue con las filtraciones de la NSA, y la última se refiere a Tor. Este software permite navegar de forma anónima
por Internet y acceder a servidores web ocultos, todo con tráfico
cifrado y enrutado de tal forma que es muy difícil detectar la
procedencia original.
Tor está basado en la técnica del enrutado cebolla o por capas. A
grandes rasgos, lo que hace el cliente es enviar un paquete a un nodo de
la red, este lo envía a un segundo nodo, el segundo a un tercero… y así
siguiendo una ruta más o menos aleatoria hasta que sale de la red Tor,
llega a Internet y la respuesta vuelve al cliente original. Todo ello
con cifrado a cada paso: tenéis una explicación más completa de cómo funciona Tor aquí mismo, en Genbeta.
La NSA y el GCHQ han utilizado ataques conocidos junto con su poder e influencia para atacar y “desanonimizar” a usuarios de Tor. Sin embargo, no lo han conseguido con el 100% de usuarios ni han logrado atacar a usuarios específicos: por el contrario, lo que hacen es “poner trampas” y ver quién cae. Tampoco han roto la seguridad y cifrado de Tor, los ataques se dirigen más bien a otros programas que use el objetivo para “colarse” en su ordenador.
La NSA y el GCHQ han utilizado ataques conocidos junto con su poder e influencia para atacar y “desanonimizar” a usuarios de Tor. Sin embargo, no lo han conseguido con el 100% de usuarios ni han logrado atacar a usuarios específicos: por el contrario, lo que hacen es “poner trampas” y ver quién cae. Tampoco han roto la seguridad y cifrado de Tor, los ataques se dirigen más bien a otros programas que use el objetivo para “colarse” en su ordenador.
Lo que la NSA ha hecho con Tor se puede dividir en dos partes: por una, análisis para detectar a los usuarios y por otra ataques para comprometer sus ordenadores y poder espiarles sin problemas de forma continuada.
Análisis: desde usuarios “tontos” hasta revelación cookies
La NSA quiere saber quién está haciendo qué
en Internet en todo momento, y Tor se lo pone difícil. Todas las
técnicas de análisis están enfocadas a saber quién está detrás de cada petición de Tor, para o bien añadir esos datos a sus registros o bien efectuar más ataques sobre el objetivo posteriormente.
La primera parte consiste en distinguir si una petición a una página web viene de la red Tor o de un usuario normal.
No es un paso difícil: Tor deja muchas huellas que hace que su
detección sea sencilla. Por ejemplo, TorButton no desvela el número de
compilación de Firefox que estás usando. Lo hace por motivos de
privacidad, y porque no pasa nada si se detecta una petición Tor: lo que
de verdad importa es que no se pueda distinguir entre varios usuarios
Tor.
Lo siguiente que hay que hacer es saber quién hay detrás, y la NSA ha desarrollado varias técnicas de análisis.
En las presentación filtrada por The Guardian, la que más me ha llamado la atención es Dumb users (EPICFAIL), o en castellano “Usuarios idiotas (fallo épico)”. La idea es sencilla: fijarnos en fallos de los usuarios que revelen su identidad. Por ejemplo, pongamos que un usuario, Bob, escribe normalmente en un foro bajo el seudónimo bob8819. Más tarde, empieza a usar Tor para visitar otras páginas. La NSA
no sabe quién es el que está haciendo esas visitas, hasta que de
repente Bob escribe en su foro habitual bajo su seudónimo de siempre
usando Tor. Con esa información, Bob ha desvelado su identidad y ha
permitido a la NSA vincular esas visitas desconocidas de Tor con otras visitas de las que ya conocía el origen.
En resumen, lo que hace la NSA es vincular
el tráfico de un usuario Tor a otro tráfico normal (que sabemos de dónde
viene) mirando qué partes comunes hay entre los dos. Aquí, las partes
comunes eran nombres de usuario y correos. El siguiente nivel es usar las cookies.
La idea es aprovechar cookies que “sobrevivan” a la
navegación con Tor, por ejemplo si se usa mal el navegador con Tor y no
se borran al pasar a la navegación normal (no anónima). Según la
presentación, las cookies de DoubleClick (red de anuncios) serían una buena forma para identificar usuarios Tor.
Por último, la NSA también podría estudiar la fecha, hora y lugar de conexión de un objetivo y después buscar conexiones a Tor con los mismos parámetros. Sin embargo, es difícil seleccionar los candidatos y los programas que están en marcha no son muy eficaces.
Estudiar la red Tor para descubrir a los usuarios originales
El otro tipo de técnicas de análisis se basan en estudiar la red Tor. La primera es sencilla de entender: la reconstrucción de circuitos.
Si la NSA controla todos los nodos de un
circuito, podría vigilar por dónde va el paquete, desde que lo envía el
usuario original hasta que sale a Internet. Sin embargo, controlan un
número muy bajo de nodos, de tal forma que la probabilidad de que un
paquete visite sólo los nodos de la NSA es ínfima, lo que hace la reconstrucción de circuitos casi imposible.
También existe el análisis de tiempos, que es
igualmente simple. Por ejemplo, pueden detectar que cuando un paquete
entra a la red Tor, sale otro a los 300 milisegundos en otra parte del
mundo hacia el ordenador de nuestro amigo Bob. Si se repite mucho ese
patrón de latencia, es muy posible que ese tráfico de Tor esté originado
por Bob.
Exploits, ataques directos contra usuarios: FoxAcid
Una vez que la NSA ha detectado quién está
detrás de un cierto tráfico Tor, pasa a atacarle para ganar acceso a su
ordenador y poder espiarle continuamente.
Los ataques se ejecutan de varias formas. Muchas veces, se atacan vulnerabilidades en Firefox
(el navegador usado por Tor Browser Bundle). Por ejemplo,
EgotisticalGiraffe aprovechaba un fallo en la gestión que Firefox hacía
de la librería EX4. También se cree que podrían haber explotado una vulnerabilidad en Javascript.
Tampoco era fácil de hacer, ya que muchas veces los usuarios de Tor
desactivan Flash y JavaScript y por lo tanto exponen menos
vulnerabilidades.
Los encargados de explotar estas vulnerabilidades (entre otras muchas) son los servidores FoxAcid. Estos servidores tienen un nombre de dominio normal, son públicos y no parecen tener relación con la NSA. Cuando los visitas no son más que otra página web más, normal y corriente.
Esos servidores responden sólo a URLs especiales, llamadas etiquetas FoxAcid. Cuando un navegador visita una URL especial, el servidor infecta el navegador y después el ordenador entero para poder controlarlo.
Esa URL, además de decir a FoxAcid que hay que atacar al visitante, también contiene una identificación
que permite al servidor saber a quién está atacando, qué relevancia
tiene, si es un objetivo prioritario… ¿De qué le sirve saberlo?
Como imaginaréis, no es una buena idea que el usuario pueda detectar que está siendo atacado.
Por eso, en función de su importancia, FoxAcid utiliza unas u otras
vulnerabilidades. Por ejemplo, para un objetivo muy importante explota
las vulnerabilidades más potentes y difíciles de detectar y menos
usadas, para garantizar que el ataque tendría éxito. Si, por el
contrario, el objetivo no es tan importante, usarían vulnerabilidades
más conocidas para evitar ser detectados y también para no desvelar su
“artillería pesada”.
La identificación también sirve al grupo TAO (Tailored Access Operations) a especificar los planes de ataque para cada objetivo.
Una vez infectado el objetivo, se ejecutan varios “programas” en su
ordenador. Entre ellos, los más básicos recogen información y
configuraciones del ordenador para transmitirlos a la NSA y permitir así a un analista infectar todavía más el ordenador y llevar a cabo otro tipo de tareas.
¿Cómo llevar al usuario a FoxAcid? Quantum
No hemos explicado cómo conseguía la NSA que los usuarios visitasen los servidores de FoxAcid. Usaban técnicas como el phishing,
o modificando páginas web visitadas por sus objetivos (por ejemplo, un
foro de venta de armas); incluso a pesar de que eso podría infectar a
cualquier usuario de Tor, entre los que hay informantes de EEUU o personal de su ejército. Sin embargo, lo más importante es el programa Quantum.
Los servidores Quantum llevaban a cabo ataques man-in-the-middle,
o de “hombre en el medio”. El método de ejecutarlos es bastante burdo.
Cuando un usuario hace una petición a un servidor, Quantum lo detecta y
responde al usuario antes de que le llegue la respuesta del servidor
legítimo. Tal y como están diseñados los protocolos de red, el ordenador
del usuario se quedará con la respuesta de Quantum y descarta la del
servidor legítimo por haber llegado más tarde.
Para que estos ataques tengan éxito, la NSA se aprovecha de su poder y acuerdos con las telecos. Los servidores Quantum están en puntos centrales de la red de Internet, de tal forma que serán mucho más rápidos que cualquier otro servidor.
Con Quantum, la NSA puede modificar la respuesta que recibe el usuario y hacer lo que quiera con ella.
Por ejemplo, puede decirle que la dirección de descarga de una imagen
de una web es la de un servidor de FoxAcid, lo que desencadenará un
ataque cuando el navegador trate de mostrar la imagen.
Exploits para que el usuario se descubra
Con FoxAcid la mayoría de ataques son dirigidos, pero también existe la posibilidad de llevar a cabo ataques más generales (por ejemplo, como comentábamos antes, modificando páginas web que suelan visitar los objetivos). En este caso, la NSA seguiría sin saber quién es el usuario real, así que han creado exploits que hagan que el ordenador descubra su identidad.
Por ejemplo, podrían marcar el tráfico saliente o el user-agent
(la cadena que identifica el navegador) para poder seguir los paquetes
cuando salgan de la red Tor. También podrían forzar a los usuarios a
usar circuitos que sólo pasen por nodos controlados por la NSA.
Tor sigue siendo seguro, pero usarlo quizás te ponga en peligro
La NSA todavía no ha conseguido romper Tor
ni su cifrado. No puede coger un paquete de tráfico Tor y decir
automáticamente de dónde viene y qué datos tiene. De hecho, las técnicas
que usan no son especialmente efectivas ahora mismo,
sobre todo si el usuario toma las precauciones necesarias. De hecho,
tanta técnica nos indica que no hay ninguna puerta trasera y que podemos
confiar en Tor a pesar de que lo financie el Departamento de Defensa de EEUU
.
Tampoco parece que quieran tumbar Tor. Ya no porque les resulte
difícil, sino porque muchos de sus objetivos lo usan y asustarlos podría
ser contraproductivo.
El problema ahora mismo es precisamente ese: usar Tor te pone en el punto de mira. Puedes ser víctima de un ataque de la NSA que infecte tu ordenador sin que te des cuenta. Como nos comentaban hace unos días, si la NSA quiere, puede entrar y no vas a poder detectarlo.
Más información | The Guardian – Bruce Schneier | Presentación “Tor apesta” | Presentación “EgotisticalGiraffe”
Por Guillermo Julián
Tomado de http://www.genbeta.com
Alguien sabe que va a pasar entonces con la red TOR, la mayoria de las direcciones esta caida, practicamente ya no existe TOR, volvera su explendor o de plano un ataque mas a la libre expresion y el fin de TOR.
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