La organización le exige al Gobierno nipón una recompensa de 200 millones de dólares.
El grupo Estado Islámico (EI) amenazó este martes
con matar a dos rehenes japoneses, por los cuales exige un rescate de
200 millones de dólares al gobierno nipón, que se ha negado a ceder ante
el "terrorismo".
El primer ministro japonés
Shinto Abe pidió que sean liberados inmediatamente y afirmó que la
comunidad internacional no cederá ante el terrorismo.
En
el vídeo, cuya autenticidad está siendo verificada, el grupo amenaza
con "matar en un plazo de 72 horas a los dos rehenes" y exige al
gobierno japonés que pague "200 millones de dólares para salvarles la
vida".
Los rehenes han sido identificados como Haruna Yukawa y Kenji Goto Jogo.
En
el vídeo, se ve a un hombre vestido de negro con un cuchillo en la
mano, parado entre los dos rehenes vestidos de una vestimenta de color
anaranjado.
La difusión del vídeo coincide con la
visita del primer ministro japonés Shinzo Abe este martes a Israel y
los territorios palestinos, tras viajar a Egipto y Jordania.
"Exijo
firmemente que no hagan daño a los rehenes y los liberen
inmediatamente", dijo en una rueda de prensa, poco después de su llegada
a Jerusalén.
"Estoy indignado al más alto nivel por este acto", aseguró el dirigente.
En
inglés, el verdugo explica que el rescate se debe pagar en compensación
por la ayuda no militar que el gobierno japonés ha prometido entregar
en su actual gira a los países afectados por el avance del EI.
Abe acorta su viaje
"La
comunidad internacional no cederá al terrorismo y nosotros tenemos que
colaborar" contra esta amenaza, aseguró en la rueda de prensa, iniciada
una hora después de lo previsto por la toma de rehenes.
Abe
prometió el sábado en El Cairo durante el primer tramo de su gira 2.500
millones de dólares en ayuda humanitaria y al desarrollo para Oriente
Medio, y 200 millones más en asistencia para los países afectados por el
éxodo de refugiados ante el avance sangriento del Estado Islámico.
Pese
a la toma de rehenes, Abe afirmó que Japón no anularía esta ayuda no
militar. "Nuestra posición no cambiará en absoluto", insistió.
El
dirigente nipón acortará su viaje, entrevistándose en la ciudad de
Ramala con el líder palestino Mahmus Abas, para después regresar a Japón
para gestionar la crisis.
La implicación de
ciudadanos japoneses en conflictos bélicos extranjeros es limitado, pero
los medios de comunicación nipones cuentan con una buena representación
en los puntos calientes del planeta.
El primer
rehén, Kenji Goto, es un periodista y productor audiovisual
independiente que provee de imágenes para documentales de Oriente Medio y
otras regiones.
El segundo rehén, Haruna Yukawa,
apareció en imagenes difundidas anteriormente, mientras era interrogado
con dureza por su captores.
Una firma militar, PMC, lo identifica como jefe ejecutivo, y un vídeo de la compañía lo muestra probando una AK-47 en Siria.
Hasta
ahora, Japón ha estado relativamente a salvo de la violencia islamista
que ha golpeado a otros países occidentales, por su falta de implicación
en las intervenciones militares internacionales lideradas generalmente
por Estados Unidos.
A principios de 2013,
militantes islamistas atacaron una planta de gas en el desierto
argelino, en un suplicio de cuatro días que envolvió a centenares de
rehenes y concluyó con el asalto de las fuerzas argelinas.
Una decena de japoneses murieron, convirtiendo a Japón en el país con más pérdidas humanas en la intervención.
Los
asaltantes yihadistas aseguraron que habían respondido en venganza por
la intervención militar lanzada contra los islamistas en Malí.
En respuesta, Tokio prometió 120 millones de ayuda para estabilizar la región del Sahel, infestada de radicales.
Desde
agosto, el EI, que controla un vasto territorio en Irak y Siria, ha
ejecutado a cinco rehenes occidentales: tres estadounidenses y dos
británicos. El hombre que aparece en el vídeo habla con un acento inglés
muy similar al del verdugo de los anteriores rehenes.
AFP
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