Desde su inicio, la
revista Charlie (espía) Hebdo, ha colaborado con la inteligencia y
servicios secretos del mundo occidental, sobre todo con Mossad y la
OTAN, en favor del control de los medios de comunicación y la opinión
pública, al igual que se hizo durante más de 40 años en Italia con la
operación Gladio.
Charli Hebdo recibe financiación desde Yemen por un
clérigo de Al-Quaeda que tiene contactos con Anwar al-Awlaki (número 3
de Al-Quaeda). Anwar al-Awlaki está involucrado en los atentados de las
torres gemelas y tiene contactos con generales del pentágono, habiéndose
reunido allí con ellos varias veces, siendo uno de los más buscados del
mundo. Uno de los hermanos Charif y Said Kouachi tenía relación con Abu
Musab al Zarqaui, número uno de Al-Quaeda en Irak, quien lógicamente
guarda estrecha relación con al-Awlaki. Esto demuestra la relación entre
los hermanos Kouachi y los servicios de inteligencia americanos.
El tráfico de Paris a las 11 de la
mañana no es como el que se muestra en las imágenes. Todos los que han
viajado a la ciudad del amor saben que también es la ciudad de los
atascos, haciendo imposible que en pleno horario laboral las calles
queden desiertas. La tranquilidad de los supuestos terroristas es
abrumadora, no tienen absolutamente ninguna prisa; no hacen movimientos
bruscos, ni hacen derrapar las ruedas de su auto al acelerar, la
conducción es totalmente tranquila y serena, como si supieran que no les
va a pasar nada.
El equipo de los asaltantes y su forma de disparar coincide más con servicios de fuerzas especiales militares antes que con radicales islámicos.
Los disparos fueron colocados y certeros, sin hacer ráfagas como lo
haría un suicida asustado.
Aunque los que les voy a decir suene chocante
es verídico: las grabaciones han sido editadas antes de hacerlas
públicas al igual que en el 11-S. Se pueden apreciar los cortes en el
video en ciertos momentos exactos en los que se iniciaban los disparos.
Además, uno de los supuestos periodistas apostados en la azotea
estratégicamente escogida, para poder grabar todo lo necesario en la
distancia, llevaba como atuendo un maravilloso chaleco antibalas, que
hace dudar de toda la escena. Ya que nunca se había visto que parisinos
lleven blindaje en sus salidas por la capital ya que no es una zona de
guerra. Pero lo más aterrador, son las pruebas más irrefutables, las que
se aprecian en el asalto al mercado judío, donde la persiana de cierre
se recoge sola sin saber quién la activa. Pero lo más impresionante y desconcertante
es el supuesto sospechoso Amedi Caulibaly que sale corriendo hacia la
puerta siendo acribillado y rematado en el suelo por una lluvia de
balas, pero si os fijáis bien en el video sin censurar, se ve claramente
que esta esposado.
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