Una vez más, las masas
privilegiadas e ilustradas de Europa se quedan en la epidermis de la
realidad, y con ellas buena parte del mundo moderno, todos manipulados
por los medios dominantes de la comunicación global. El deleznable e
irracional acto que ha dejado sin vida a los caricaturistas franceses ha
sido masivamente repudiado. Sin embargo, esos actos se han quedado
anclados en el derecho a la libertad de expresión, sin preguntarse cómo,
cuándo y de dónde surge el terrorismo que busca suprimirlo. Se ha
soslayado que el terrorismo musulmán, que crece poderoso e inexorable,
es tolerado, aupado, consentido e incluso alimentado y promovido por
Occidente y especialmente por Estados Unidos. Veamos.
Las noticias que proceden de esa teocracia islámica, son de doble
índole: o informan de los nuevos excesos, glamorosos, extravagantes y
obscenos de las élites siempre masculinas que nadan en petróleo, oprimen
a sus mujeres y adoran a Alá, o dan fe de las largas cadenas de
atropellos a los derechos ciudadanos. Cada semana las organizaciones
Human Rigths Watch y Amnistía Internacional revelan nuevos casos.
Durante 2014, fueron decapitadas 83 personas por homicidio, violación,
tráfico de drogas o brujería. Allá la homosexualidad se paga con la
muerte, y la movilidad de las mujeres depende de maridos, padres o
hermanos. Destaca el caso del bloguero Raif Badawi, azotado públicamente
cada viernes (hasta llegar a mil azotes) y sentenciado a 10 años de
prisión y una multa de 250 mil dólares por exigir en las redes sociales
su derecho a la libre expresión (ver denuncia del Alto Comisionado de la
ONU para los Derechos Humanos). Sobresalen también: la mujer detenida
por asistir disfrazada de hombre a un partido de futbol, el joven
expulsado del país por ser demasiado bello y el encarcelamiento de dos
jóvenes mujeres por manejar un auto. La sharia, o ley
religiosa, prohíbe que las mujeres conduzcan autos, exhiban sus cuerpos o
lancen miradas sensuales. La opresión sexual alcanza en el país más
rico del mundo su mayor tiranía.
Es desde esta sociedad enferma, ideológicamente congelada en el
tiempo, pero rica y poderosa en términos económicos, tecnológicos y
militares desde donde se procrean redes de terror contra todas las
naciones con valores diferentes a ella. Este mundo aberrante y
demencial, levanta ya una muralla alrededor de sus fronteras, un muro de
3 mil kilómetros con torres de vigilancia, cámaras de radar y visión
nocturna… para evitar el terrorismo. Arabia Saudita es, finalmente, el
principal aliado de Europa, Japón, Canadá y Estados Unidos, la nación
consentida adonde viajan el rey de España con empresarios en busca de
negocios, con quien Angela Merkel arma proyectos, y el segundo
consumidor de la industria militar canadiense. Es el país que las
gigantescas corporaciones de Occidente equipan en todo. El cinismo de
Occidente ante esta dictadura petrolera es directamente proporcional a
los miles de millones de dólares que obtienen sus corporaciones haciendo
negocios.
¿Veremos a los caricaturistas de Charlie Hebdo publicando
algún cartón sobre el rey y el régimen saudí y sus aliados de Occidente?
¿Habrá manifestaciones europeas exigiendo a sus gobiernos la aplicación
estricta de los derechos humanos en Arabia Saudita? Como ha señalado De
Sousa Santos, la
libertad de expresióntiene diferentes interpretaciones, y cada una decide qué decir y qué callar. Mientras, el nuevo número de Charlie Hebdo, elaborado a la velocidad de la luz, ha pasado de 45 mil a más de 3 millones de copias, sin incluir sus traducciones a varios idiomas. Mientras, cuando busco ese nombre en la web, aparecen decenas de ofertas comerciales, y pronto habrá camisetas, plumas, vasos, banderas, calendarios, ropa interior, campañas, agendas, fotos y servicios sexuales en nombre de Charlie Hebdo. Todo a precios accesibles y en apoyo a la revista. Mientras tanto.
Víctor M. Toledo/La Jornada en línea
No hay comentarios:
Publicar un comentario