jueves, 22 de enero de 2015

Comienza inquisión anticubana en Congreso USA



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Tony Blinken

Mientras el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, manifestó optimista que podría viajar a Cuba “cuando sea apropiado", con vistas a abrir formalmente una embajada estadounidense en La Habana, en dependencia del avance de la normalización de relaciones entre ambas naciones, y cuando se inicia en encuentro entre Roberta Jacobson y Josefina Vidal para desbrozar ese complicado camino, los senadores ultraderechistas comienzan a hacer de las suyas para cuestionar y entorpecer este proceso.

Una de las primeras acciones fue cuestionar al subsecretario de Estado, Tony Blinken, anteriormente sub-asesor de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, por no haber consultado a miembros del Congreso sobre las negociaciones para normalizar relaciones con Cuba. El corrillo inquisidor, realizado en forma de audiencia pública, estaba integrado por varios reaccionarios anticubanos como Marco Rubio y Bob Menéndez.

Blinken, comprometido con los planes de Obama, descartó hacer público el secreto proceso de conversaciones que condujeron al 17D y solo pudo disculparse ante Rubio, declarando: "Senador, lamento no haber cumplido el estándar que establecí durante esa audiencia".  

No obstante, Blinken reconoció que varios legisladores sí tuvieron conocimiento de estas conversaciones secretas, aunque se rehusó a identificarlos. Obviamente, se refería a aquellos que no estarían abiertamente opuestos a cualquier diálogo con Cuba.

Lo cierto es que la derecha norteamericana trata a toda costa de poner escollos a la normalización de las relaciones entre ambas naciones, tratando de mantener a toda costa la arcaica e inútil política de aislamiento contra la Isla.

Muchas nuevas acciones pueden esperarse de este sector reaccionario para vulnerar cualquier paso de avance en este proceso de acercamiento, aún más cuando cuenta con mayoría en el Congreso. Una de ellas sería presionar a Obama para que trate de imponer en las conversaciones aquellas demandas que vulnerarían la soberanía de Cuba y que la parte cubana se negaría a aceptar. Una lógica forma de colocar a este proceso en un callejón sin salida.

No obstante, tanto la administración Obama como el gobierno cubano tienen pleno conocimiento de estas posturas y trabajan con tacto, mesura e inteligencia para lograr pasos de avance en un proceso que, por lógica, ha de ser lento, transparente y complejo.


Percy Francisco Alvarado Godoy

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