Varios asaltantes parapetados en un conocido hotel de Trípoli se
hicieron estallar este martes tras varias horas de asedio de las fuerzas
de seguridad libias, en un ataque reivindicado por la rama libia del
grupo Estado Islámico (EI).
“Perseguidos y rodeados por las
fuerzas de seguridad en el piso 21 del hotel, los asaltantes han hecho
detonar el cinturón de explosivos que portaban”, indicó el portavoz de
las operaciones de seguridad en Trípoli, Issm al Nas. Otra fuente de
seguridad confirmó la información, aunque no confirmó el número de bajas
en esta segunda explosión.
Al menos cinco personas resultaron
heridas en el ataque, según las mismas fuentes, entre ellas, dos
empleadas filipinas que se vieron afectadas por la explosión.
Varias
ambulancias estaban apostadas en las inmediaciones del hotel. Por el
momento no está claro si hay huéspedes en el interior de este
establecimiento, frecuentado por el cuerpo diplomático y por miembros
del gobierno.
En un breve comunicado en Twitter, la rama del EI
en Trípoli reivindicó el asalto al hotel, indicó el observatorio SITE
Intelligence.
“Se trata de una situación en evolución, lo que
sabemos es lo que están diciendo en las noticias”, aseguró por teléfono
Matthew Dixon, portavoz de esta cadena hotelera con sede en Malta.
“Nuestros pensamientos están con el personal y los huéspedes”, añadió, si bien “no tenemos más información”.
La
jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, expresó su
preocupación por el ataque, condenándolo y expresando su solidaridad con
las víctimas y sus familias“.
”No se debería permitir que estos
ataques minen el proceso político“, aseguró en un comunicado, en
referencia a la nueva ronda de negociaciones auspiciadas por la ONU
entre facciones rivales libias que comenzaron este lunes con vistas a
implementar una hoja de ruta para crear un gobierno de unidad.
El
lujoso hotel Corinthia, centro de reunión de oficiales gubernamentales,
empresarios extranjeros y diplomáticos, era considerado un lugar seguro y
un oasis en medio del caos instaurado en la ciudad desde la caída del
coronel Muamar Gadafi.
Allí se reunieron el primer ministro
británico David Cameron y posteriormente el entonces presidente francés
Nicolas Sarkozy con altos oficiales tras el cambio de régimen.
Pero
la seguridad ha decaído desde octubre de 2013, cuando el primer
ministro Ali Zeida fue secuestrado allí por hombres armados, que lo
liberaron horas después.
Las milicias que derrocaron al dictador
Gadafi se disputan el territorio y las riquezas petroleras de Libia y
controlan las dos ciudades más importantes del país, Trípoli y Bengasi
(este). La situación se ha agravado en los últimos meses, con la
aparición de dos gobiernos y dos parlamentos paralelos.AFP
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