viernes, 3 de agosto de 2012

Conteo regresivo para Irán e Israel.

Ephraim Halevy, quien estuvo a cargo del  Mossad de Israel, especuló ante The New York Tumes sobre un  posible y nada sorpresivo ataque contra instalaciones nucleares iraníes en apenas tres meses,  aprovechando las condiciones invernales favorables para afectar la visibilidad aérea y el desplazamiento de fueras helitransportadas y tanques.Ducho en estos menesteres, declaró al rotativo:“Los tres meses próximos serán cruciales para Irán en lo referente a su programa nuclear y sus relaciones con Siria”.
Halevy, que no es un ignorante, supo desentrañar las señales hechas por Bibi   Netanyahu y su ministro de Defensa, Ehud Barak, en intervenciones públicas.  De hecho, Israel se arrogó el derecho de actuar por su cuenta, sabiendo que, a la larga, las monarquías árabes, la OTAN y EE UU, correrán en su auxilio, lo que siembra algunas dudas en los anteriores jefes del ejército y de la inteligencia israelí, ya jubilados.

El actual ímpetu de Israel no es compartido ni por sectores militares, ni sus aliados y, mucho menos, por la población hebrea. Todos saben que Irán es una caja de interrogantes y su capacidad de respuesta puede superar a una acción iniciada torpemente por Israel.
Halevy declaró, empero, a Radio Israel: “Si yo fuera iraní, me preocuparía mucho si Israel habla de un posible ataque, ya que las amenazas de Israel me suenan serias y creíbles”.

Irán, mientras tanto, permanece atenta y empleando permanentemente una política disuasiva, tanto en el campo diplomático como en el mediático. No resulta extraño que a diario muestre una de sus nuevas y sofisticadas armas, diciéndole tácitamente a los caprichosos sionistas: ¡No se lancen a una aventura contra nosotros!
Halevy, como los viejos zorros del Mossad y el Tzahal, sabe que Irán tiene pleno conocimiento de cada variante de ataque diseñado por Israel a corto plazo y cuenta con respuestas específicas para cada caso. Puedo asegurar que Irán tiene plenamente penetrado al Mossad y a las altas esferas militares de Israel, a la par que cuenta con la ayuda de muchos ex militares que se oponen a la guerra y le ayudan en sus acciones disuasivas.
Estados Unidos estaría prácticamente con las manos amarradas para salir en ayuda de su díscolo amigo sionista, no solo por factores internos como los son las elecciones venideras y una economía sumamente frágil, sino porque el contexto internacional no es favorable para tal tipo de acción. Tanto Panetta como Romney pidieron tiempo a Nethanyahu, aunque éste se muestra cada vez más impaciente. Romney, sin embargo, estuvo más comprometido a ayudar a su aliado en un claro manejo electoral.
No obstante, Israel ha logrado comprometer a algunas naciones europeas en su aventura, aunque las mismas no participen directamente sino ayudando militarmente a los países árabes que se sumen al ataque sionista.
Yo, por mi parte, aconsejaría a los sionistas a no lanzarse a una loca aventura. Los hebreos conocen en su memoria histórica las huellas imborrables del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Los neonazis que los gobiernan pueden lanzarlos a un nuevo holocausto que no duraría varios años, sino simplemente unas pocas horas o días. Conozco a algunos iraníes y sé, de sobra, que ellos conocen que su destino está en la rapidez de la respuesta ante una agresión y tienen plena conciencia de ello. ¡No se dejarán sorprender!

Percy Francisco Alvarado Godoy.


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