Eduardo Frei |
El partido chileno que recibió
más platas de la CIA para instigar el golpe de Estado de 1973 fue el
Partido Demócrata Cristiano. Sólo en 1964 la CIA gastó más de 2 millones
600 mil dólares en apoyar la candidatura de Eduardo Frei Montalva.
Incluso el financiamiento del PDC llegó hasta 1974. En 1965 la CIA hasta
hizo un focus groups para elegir a los candidatos al parlamento. Todo
esto lo dice el Informe Church del senado norteamericano, emitido un año
después, documento que junto a otros informes de agencias
norteamericanas son reseñados en el libro La secreta obscenidad de la historia de Chile contemporáneo,
del historiador Luis Corvalán Márquez. Una trama del más alto escándalo
político y que, como muchas otras cosas, han pasado piola en Chile.
A fines de 1975 el senado norteamericano
a instancias del senador, Frank Church, hizo públicas las
investigaciones realizadas por dicha institución sobre las actividades
clandestinas del gobierno de EEUU en Chile durante 10 años. Titulado
Acciones encubiertas en Chile, 1963-1973, el informe, pese a la magnitud
de los datos aportados, es aún desconocido en Chile. En 1999 otros
cerca de 3 mil documentos secretos de varias agencias norteamericanas
fueron desclasificados.
Sobre estos documentos construye su investigación el historiador Luis Corvalán Márquez, en su libro La secreta obscenidad de la historia de Chile contemporáneo, publicado por Ceibo Editores y que con la conmemoración este año de los 40 años del golpe militar vuelve a poner el tema en la agenda pública.
La oscura trama envuelve a personajes
como el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, quien poco después
cayera por el escándalo Watergate; su secretario de Estado, Henry
Kissinger; el ex director de la CIA, Richard Helms o personajes más
cercanos como Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin o Andrés Zaldívar.
Luis Corvalán Márquez es Doctor en
Estudios Americanos con mención en Pensamiento y Cultura y ejerce la
docencia en las universidades de Valparaíso y de Santiago. Experto en
la historia de Chile de la segunda mitad del siglo XX, ha publicado Los
partidos políticos y el golpe del 11 de septiembre; Del anticapitalismo
al neoliberalismo en Chile. Izquierda, centro y derecha en la lucha por
los proyectos globales. 1950-2000; Nacionalismo y autoritarismo durante
el siglo XX en Chile, entre varios otros.
NIXON KISSINGER Y LAS “FUERZAS INTERNAS”
La investigación de Corvalán se inicia
una década antes de la asunción del presidente Allende al gobierno. Ya
desde 1962 que la CIA venía monitoreando lo que pasaba en la política
chilena tras un siglo de avance de los movimientos populares. Para
Kissinger, Allende y su gobierno de la Unidad Popular (UP) representaban
“un peligro muy grande para los EE.UU. en la medida en que encarnaba un
proyecto que armonizaba socialismo con democracia política. Este modelo
podía concitar procesos análogos en otras partes del mundo,
particularmente en Italia. A juicio de Kissinger, había que terminar con
este potencial embrujo. De allí la necesidad de derrocar a través de
las ‘fuerzas internas’ al gobierno del presidente Allende y de
desprestigiarlo mediante campañas que lo acusaran de representar un
intento ‘totalitario’”- cuenta el historiador.
La presión hacia Chile, una vez asumido
el gobierno de la UP no se dejó esperar. El informe Church da cuenta que
el gobierno de EE.UU. diseñó una política hacia Chile que se articulaba
en presiones económicas externas, acciones encubiertas y una “cara fría
pero correcta”. Corvalán destaca que “entre las principales ‘acciones
encubiertas’ figuraba el financiamiento a las ‘fuerzas internas’. Es
decir, a todas aquellas organizaciones gremiales, políticas y económicas
que debían generar la ingobernabilidad en el país, por ejemplo, a
través de los paros gremiales, deslegitimando al gobierno, creando las
condiciones para que interviniera el factor militar, que también era
considerado una ‘fuerza interna’. Según explican los documentos
norteamericanos, las presiones externas, como el bloqueo financiero,
debían traducirse en un caos económico del cual sería acusado el
gobierno, lo que haría más efectiva y convincente la acción de las
mencionadas ‘fuerzas internas’ haciendo así posible el golpe. Los
estrategos norteamericanos consideraban que solo las presiones externas
crearían las condiciones para que las ‘fuerzas internas’ tuvieran éxito
en su tarea de derrocar a Allende. Los documentos norteamericanos
desclasificados son muy explícitos sobre el punto”.
EL MITO DE LA DICTADURA COMUNISTA
La estrategia desarrollada se apoyaba en
una lubricada campaña comunicacional destinada fundamentalmente a las
clases medias para provocar la sensación de que Allende apuntaba a
instalar una ‘dictadura comunista’ en Chile. Dicha idea, según Corvalán,
“es una construcción ideológica norteamericana de carácter
antidemocrático. En América Latina se la utilizó invariablemente en
contra de todo proceso democrático, nacional y antiimperialista.
Siempre al servicio de golpes militares y asesinatos masivos, como en
Chile. En 1954 fue el argumento principal que EE.UU. utilizó para
impulsar el derrocamiento del gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala;
después de 1959 sirvió como pretexto para invadir Cuba y luego intentar
derribar por distintos medios su gobierno; más adelante el mismo
argumento fue utilizado para darle en 1964 el golpe a Joao Goulart en
Brasil. Antes, en 1963, se lo utilizó para derrocar a Juan Boch en
República Dominicana; y más adelante, en 1965, para invadir este país
por los marines. En cada uno de estos procesos democráticos la temática
sobre la ‘dictadura comunista’”.
El historiador hace ver que informes
evacuados por otras agencias de EEUU en el periodo, como las
Estimaciones Nacionales de Inteligencia (ENI), “elaboradas cada año por
la comunidad de inteligencia norteamericana y correspondientes a los
años 1972 y 1973, recogidas por el Informe Church, destacaron con
sorpresa la vitalidad de la democracia chilena bajo Salvador Allende”.
LAS PLATAS A LA DEMOCRACIA CRISTIANA Y EL FOCUS GROUPS DE LA CIA
“El registro más antiguo que hace el
Informe Church de entrega de platas de la CIA al PDC data de 1962. De
allí en adelante las entregas se hicieron cada vez mayores, sobre todo,
pero no exclusivamente, en periodos electorales”- cuenta Corvalán, quien
reseña el Informe Church cuando sostiene que el partido chileno más
beneficiado por las platas de la CIA fue el PDC, seguido del Partido
Nacional”.
Ese año, 1962, según el Informe Church,
“el Grupo Especial aprobó 50.000 dólares para fortalecer al PDC”. En
agosto del mismo año se presupuestaron 180 mil dólares para el partido
de la flecha roja y para la elección presidencial de 1964, según el
mismo Informe citado por Corvalán, la CIA gastó más de 2 millones 600
mil dólares en apoyar al candidato de la DC, Eduardo Frei Montalva.
De apoyar candidaturas, la CIA pasó a
escoger ella misma los candidatos. En febrero de 1965 fueron aprobados
175 mil dólares “para un proyecto de acción política de corto plazo,
orientado a brindar apoyo clandestino a candidatos preseleccionados que
participarían en las elecciones parlamentarias chilenas de marzo de
1965”- según reseña Corvalán.
Según los propios informes de los
norteamericanos, para dichas elecciones fueron seleccionados 22
candidatos por la oficina local y el embajador en lo que hoy se llamaría
focus groups para asesorarlos en publicidad e imagen. De los 22, nueve
serían elegidos.
Pasaron
los años y una nueva elección presidencial. Pese a los recursos
invertidos y los políticos comprados, la CIA no pudo evitar que el
candidato de la UP llegara a la Moneda. Y pese a que el candidato de la
DC, Radomiro Tomic, y un sector mayoritario de dicho parido tuviesen un
programa de gobierno muy similar al de Allende, las fuerzas oscuras al
interior del partido heredero de la Falange franquista se reactivaron
con inusitada fuerza. Así tenemos al aún hoy senador, Andrés Zaldívar,
diciendo en el Consejo Nacional de la DC de 1970 que la colectividad
debía ser “irremediablemente opositora”.
Respecto de este personaje, Corvalán
sostiene que pese a que “los documentos desclasificados norteamericanos,
incluyendo el Informe Church, raramente proporcionan nombres,
apareciendo estos tarjados, Andrés Zaldívar figura a lo menos una vez
mencionado en un documento basado en el informe que el general Camilo
Valenzuela le da a un agente norteamericano de la estación santiaguina
de la CIA donde le indica que como producto del golpe que en octubre de
1970 él impulsaba en conjunto con Viaux sólo los ministros Zaldívar y
Figueroa se mantendrían en el nuevo gobierno. En todo caso, como es
sabido, dentro del PDC Zaldívar fue un permanente opositor a todo
acuerdo con Salvador Allende, siempre con el argumento del
‘totalitarismo’”.
Con Allende ya electo, el presidente
Nixon entra el cólera y a pocos días de los resultados de la elección,
una resolución del 8 de septiembre de 1970 del Comité 40, preparado para
definir las políticas hacia Chile, aprobó un fondo de 250 mil dólares
para que “Frei y su equipo de confianza lo utilizara”, según reza el
Informe Church.
¿Cómo se puede interpretar la constante negativa de la DC a dar una salida negociada con el gobierno de Allende?
- Hay que decir que hubo importantes
sectores del PDC que buscaron el acuerdo e incluso la colaboración con
el gobierno de Salvador Allende. Hasta el asesinato de Pérez Zújovic
eran mayoritarios, llegando incluso a aislar a los sectores más
conservadores del partido, que eran los que recibían el financiamiento
norteamericano referido en el Informe Church. A estos el asesinato de
Pérez Zujovic les vino a como anillo al dedo. Mi hipótesis es que ese
asesinato corrió por cuenta de la CIA y su objetivo deliberado consistió
en provocar un impacto emocional en la base DC suficientemente fuerte
como para alinearla con el sector conservador del partido. De allí en
adelante este, en efecto, se impuso. Como producto de ello ciertos
grupos de militantes democratacristianos más adelante renunciaron a la
colectividad y formaron la Izquierda Cristiana, otros quedaron aislados
dentro del partido (Tomic, por ejemplo). Entonces los conservadores,
con el terreno libre y con una base asustada y manipulada
psicológicamente, condujeron al PDC a la unidad con la derecha y a los
paros gremiales, finalmente en vistas a lo que he denominado como el
“golpe blando”. Si estos sectores hubiesen seguido otra conducta, como
la búsqueda del acuerdo con Salvador Allende (como lo propugnaba
Tomic), ¿crees que la CIA los habría financiado en los términos que lo
describe el Informe Church?
ALLENDE Y LA DC
Pese a la actitud adoptada por la DC,
Allende siempre apostó por mantener buenas relaciones con dicho partido y
alcanzar acuerdos. Corvalán sostiene que “lo que caracterizó a la
actitud de Allende respecto del PDC fue la constante búsqueda del
acuerdo. A tales efectos impulsó sucesivos diálogos en los que incorporó
propuestas de principio para ese partido, como eran las empresas de
trabajadores. Durante la primera parte de su gobierno Salvador Allende
se esforzó por consensuar con el PDC medidas orientadas a implantar un
socialismo con democracia y diversas áreas de la propiedad, que era lo
que teóricamente la DC también postulaba. Cuando el sector conservador
de este partido boicoteó esta opción y se plegó a la ingobernabilidad de
la derecha, Allende continuó buscando el diálogo y el acuerdo, aunque
ahora con un fin más limitado, pero no menos valioso, consistente en
salvaguardar el orden constitucional y evitar el golpe que se veía
venir. Pero el PDC tampoco se avino al acuerdo, esperanzado como estaba
en la acción de los militares, que supuestamente lo pondrían en el
poder. No está demás decir que esto se halla acreditado en diversas
investigaciones historiográficas”.
¿Cuál fue el cálculo de la DC para promover el golpe de Estado?
- Hay que reconocer que el golpe de
Estado no fue un propósito perseguido por el conjunto del PDC, sino solo
por su sector conservador, que se hallaba estrechamente vinculado a los
EE.UU. El propósito que este sector al trabajar por el golpe consistía
en reacceder al gobierno. El golpe, según sus planes, daría lugar a un
régimen militar corto que pronto llamaría a elecciones, donde se
presentaría el candidato DC, el que triunfaría accediendo así al poder.
LA DC DESPUÉS DEL GOLPE DE ESTADO
Según los informes norteamericanos, el
gobierno de dicho país siguió financiando al PDC hasta 1974. Pese a que
los fondos para operaciones clandestinas fueron cortados después del
golpe, el 24 de junio de 1974 el comité 40 aprobó 50 mil dólares para
“cumplir con compromisos políticos acordados con la DC antes del golpe”-
según reza el Informe Senado de EEUU.
A cambio el gobierno norteamericano
encomendó al PDC “apoyar a la dictadura, como la colectividad
efectivamente lo hizo al menos hasta 1976, incluso prestándole personal
técnico, como Juan Villarzú o el ministro de Educación, Prieto, entre
otros. Además organizando giras internacionales financiadas por la CIA,
según dicen los documentos norteamericanos, cuyo propósito era
justificar el golpe en el exterior. Patricio Aylwin, por su parte,
solicitó a la dictadura que le levantara el “receso político” al PDC
pero no a las otras colectividades con el fin de que este ayudara al
régimen a combatir a la clandestinizada izquierda en la base social”-
relata Corvalán.
No en vano, ya el 5 de julio de 1973,
Patricio Aylwin decía en un discurso que “la mejor garantía para el
reestablecimiento de la normalidad democrática (era) la incorporación
institucional de las FFAA al gobierno, con poderes efectivos para
realizar las rectificaciones”.
Una declaración de la DC firmada el 13
de septiembre argumenta que el golpe fue provocado “por el desastre
económico, caos institucional, violencia armada y crisis moral” que el
gobierno depuesto condujo al país. Incluso Aylwin dijo que la violencia
de la dictadura fue consecuencia de “un verdadero ejército paralelo”.
Para el blanqueamiento de la dictadura
de Pinochet en sus inicios no sólo la CIA pagó giras y discursos de la
DC chilena, también el libro de Corvalán detalla que se pagó a 2
colaboradores de la CIA para que ayudaran a escribir el llamado ‘Libro
Blanco’. “Eso es lo que dice –y con bastante detalle- el Informe Church.
Agrega que personal de la CIA contribuyó a redactar el libro Blanco del
cambio de gobierno en Chile, aparte que llevó a cabo, dentro y fuera
del país, una fuerte campaña de propaganda a favor de la dictadura.
Leyendo los documentos norteamericanos desclasificados uno puede incluso
llegar a la conclusión en orden a que la Junta Militar fue una
criatura de la CIA”- destaca el historiador.
NEOLIBERALISMO Y LA TRANSICIÓN
Si bien, a diferencia de lo reseñado
antes para los que los documentos son exactos, respecto de si en la
instauración del modelo neoliberal en Chile hubo participación de la
CIA, el libro de Corvalán sólo cita que los informes norteamericanos
señalan que hubo participación de la agencia norteamericana en el plan
económico de la Junta de Pinochet. La referencia no es directa con ‘El
ladrillo’, libro preparado por los Chicago Boys y que la Armada
comandada por José Toribio Merino se preocupó de dejar en el escritorio
de los golpistas al otro día del golpe
Pese a la ausencia de tal dato, llama la
atención que si EEUU se apoyó mayoritariamente en la DC para consumar
el golpe de Estado en Chile, la DC, y en particular Patricio Aylwin,
fueron los convocados a darle una salida ‘democrática’ al modelo
económico instalado por la dictadura de Pinochet e inspirada en la
Escuela de Economía de la Universidad de Chicago.
Corvalán reseña que “años después, luego
del inicio de las protestas nacionales en 1983, los EE.UU. volverán
acudir al PDC -particularmente a su sector conservador- esta vez para
que se constituyera en el núcleo del recambio de la dictadura, que ya
empezaba a agotarse. El resultado fue la llamada ‘transición a la
democracia’, carente del todo de espíritu nacional, norteamericana de
cabo a rabo, y cuya finalidad era darle estabilidad y legitimidad al
neoliberalismo instaurado por los uniformados, como efectivamente se
hizo. A tales efectos, una parte importante de los políticos de la ex
Unidad Popular, particularmente situados en el PS, antes frenéticamente
‘revolucionarios’, fueron cooptados y terminaron aliándose con el PDC,
dando lugar a la Concertación, legítima heredera de la dictadura. Pero
esa es ya otra historia, sobre la cual también hay investigaciones
historiográficas, que por cierto el establishment y los medios
igualmente ignoran”.
Mauricio Becerra Rebolledo
@kalidoscop
El Ciudadano
http://www.elciudadano.cl
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