Una de las armas arrebatadas al enemigo –como aquellos fusiles que
los guerrilleros obtenían como botín de la soldadesca batistiana, antes
de internarse en la Sierra Maestra–, es Internet. Guerra de pensamiento,
en la que se impone la capacidad movilizativa y comunicacional, que
debe ganarse, parodiando a Martí, a pensamiento, con las nuevas armas de
la comunicación. Las trasnacionales de la prensa son Ejércitos del
Capital.
Las redes sociales en Internet, son las guerrillas de la
contrainformación. No importa que el poderoso enemigo siembre falsos
“guerrilleros” que le sirven, promovidos y respaldados por la
“soldadesca” trasnacional. El subcomandante Marcos supo aprovechar este
recurso desde la selva en Chiapas.
Hugo Chávez logró que su cuenta en twitter @chavezcandanga fuese una
de las más seguidas del mundo, y quizás –si consideramos que los
internautas de habla hispana son un sector menos numeroso que el
angloparlante–, comparativamente, la más seguida.
A través de ella dialogó con su pueblo de forma directa: la gente
expuso sus problemas cotidianos y el presidente de los marginados, no
dejó de responder a cada reclamo, a cada expresión de amor. Ese legado
comunicacional es retomado por el presidente encargado Nicolás Maduro ( https://twitter.com/NicolasMaduro ) en sus funciones de gobierno y en su campaña electoral.
Las cifras de seguidores crece exponencialmente, porque Maduro es
Chávez, porque Chávez es la Revolución bolivariana. Hoy seguimos a
Maduro, como seguimos a Chávez, porque seguimos y apoyamos al pueblo
venezolano en su batalla histórica, que es la de todos los pueblos
lationoamericanos.
Tomado de http://miradasencontradas.wordpress.com
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