El chavismo ha
mostrado otra vez su potente músculo revolucionario con el fulminante izquierdazo
propinado al plan golpista activado por Washington después de la elección
presidencial. Así lo evidencia el parón dado por el presidente Nicolás Maduro al
intento de Capriles
Radonsky de realizar una marcha
opositora al centro de Caracas, con la que –denunció- pretendía repetir el
sangriento expediente golpista del 11 de abril de 2002, a la vez que lo
responsabilizó por los muertos y heridos causados con el llamado a sus
partidarios a “descargar la arrechera” en la calles. De igual modo, la rápida actuación
de la fiscalía que ha abierto 161 investigaciones a los grupos de choque
fascistas protagonistas de esos crímenes y del asalto o quema de instalaciones
emblemáticas de los programas sociales bolivarianos. Ha sido atronador el
silencio de los medios de derecha sobre la violencia fascista.
En
todo caso, la contrarrevolución tuvo que meter la cola entre las patas muy
pocos días después de su pretensión de incendiar el país con apoyo de una feroz
campaña internacional de esos mismos medios. En una Caracas en calma, Maduro,
con pleno respaldo de Unasur
a su trasparente victoria electoral y arropado en un mar de pueblo, tomó
posesión como presidente constitucional con la presencia de 17 jefes de Estado
y gobierno y delegaciones de 61 países.
Antes
y después de ese acto el presidente ha adoptado importantes medidas para
solucionar problemas que afectan a la población, como la declaración de
emergencia eléctrica y la entrega a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de la
seguridad del sistema eléctrico. Se acabó la impunidad de los sabotajes al
vital servicio, causantes de los molestos y costosos apagones. Los órganos
competentes ya han detenido a algunos empleados de la estatal Corpoelec y
varios gerentes han sido destituidos. Además, se pondrá en marcha la Gran
Misión Eléctrica Venezuela, una iniciativa del comandante Hugo Chávez para
articular a largo plazo la plena integración de esta industria en la
construcción del socialismo bolivariano.
Esa
decisión, junto a otras recientes de Maduro ponen de relieve el vigoroso
contrataque chavista para liquidar el conato opositor poselectoral sin disparar
un tiro ni aplicar a los inconformes la brutal represión habitual en muchos
otros países. Pero más importante aún ha sido la trasformación evidente del
contrataque en contraofensiva estratégica pues para gobernar hay que poner a la
contrarrevolución a la defensiva. Maduro ha mostrado la voluntad de profundizar
la revolución con audacia y energía pero con la serenidad de quien se sabe
asistido de la razón y apoyado sólidamente por una masa combativa y
disciplinada.
“El
odio y el desprecio al pueblo generó violencia y muerte. Hace una semana
derrotamos el golpe de Estado con firmeza y el amor al pueblo”, escribió el
sucesor de Chávez en su cuenta de Twitter. El presidente renovó una parte del
consejo de ministros en el que inyectó sangre de hombre y mujeres jóvenes
probados ya en anteriores responsabilidades. Anunció que practicará un
“gobierno de calle” y en una reunión con los 20 gobernadores revolucionarios
expresó una clara voluntad de atacar errores y problemas: “Vamos a una
rectificación a fondo, retomar las tres R con fuerza: revisión, rectificación y
reimpulso. Tres R históricas lanzadas por el comandante Chávez en el año 2007.
Y las otras tres R lanzadas en el 2009, que son la repolitización, la
repolarización y la reunificación, que significan repolitizar”.
Capriles
exigió el conteo voto a voto -que no se le concedió- con el propósito de
engañar a sus seguidores y a las audiencias mediáticas y crear desestabilización
pues su equipo de campaña posee las actas igual que el chavista. Probablemente
no aceptará el resultado de la auditoría adicional de 46 por ciento de las
mesas electorales dispuesta por el Consejo Nacional Electoral(CNE) para
contribuir a la paz social ya que de antemano sabe que es imposible que cambien
los datos oficiales. Pero no podrá arrebatar la iniciativa al chavismo aunque
Estados Unidos lo apoye en solitario. Hasta Insulza se vio forzado a dar marcha
atrás a la solicitud de reconteo cuando la aplastante mayoría de miembros de la
OEA reconoció la victoria de Maduro. Este ha dado una lección de refinada
diplomacia al imperio al designar un encargado de negocios en Washington
mientras con pericia indudable lidera la contraofensiva.
Twitter:
aguerraguerra
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