A cinco días del inicio de la reunión de los
Coordinadores Nacionales de los 33 países integrantes de la CELAC, Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños, ya está listo el edificio de Pabexpo,
recinto ferial del Palacio de Convenciones de La Habana, para la histórica
Cumbre en la capital cubana.
Los Coordinadores Nacionales sesionarán los días 25 y
26, los Cancilleres el lunes 27, y los Jefes de Estado y de Gobierno los
días 28 y 29 del presente mes.
Cuba, que durante los últimos doce meses ejerció la
presidencia pro tempore de la CELAC y debe entregar el mandato a Costa
Rica, espera que vengan a La Habana la mayoría de los Jefes de Estado y de
Gobierno de América Latina y el Caribe para aprobar la Declaración Política, el
Plan de Acción y unas 25 resoluciones especiales.
Y efectivamente, ya han confirmado su asistencia a la
Segunda Cumbre de la CELAC muchos de los jefes de Estado y de Gobierno del
Caribe y los presidentes de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina,
Brasil, Nicaragua y México, así como la primera mandataria costarricense,
Laura Chinchilla, quien recibirá de Raúl Castro la jefatura de la
Comunidad, aunque no podrá ella terminar su mandato porque en Costa Rica se
efectuarán elecciones generales el 2 de febrero próximo.
Cuba espera que la Cumbre consolide el proceso de
integración regional y la unidad en la diversidad de las Naciones de Nuestra
América, viejo anhelo de Simón Bolívar, José Martí, Eloy Alfaro, Benito
Juárez y otros próceres latinoamericanos y caribeños, cuyo legado estará
muy presente en este encuentro en La Habana.
El día 28 de enero, fecha de inicio de la Segunda
Cumbre, los cubanos estarán festejando el aniversario 161 del natalicio en La
Habana del prócer independentista José Martí, pero los ecuatorianos estarán
recordando el aniversario 102 del vil asesinato en Quito del general presidente
Eloy Alfaro, gran amigo del Apóstol de Cuba.
Y en la Cumbre deberá también considerarse la paradoja
de un subcontinente muy rico en recursos naturales y en talento humano, pero
con muchas desigualdades heredadas de un pasado colonial y neocolonial que ha
dejado un saldo de más de 50 millones de pobres y hambrientos, casi diez por
ciento de la población de América Latina y el Caribe.
Para Cuba, que abrió el camino hacia la segunda
independencia en Nuestra América, esta Cumbre es una verdadera recompensa
ética, política y moral, porque el pequeño país lucha desde 1959 por la defensa
de sus conquistas sociales y su independencia y soberanía nacionales, frente a
las agresiones y el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados
Unidos, cuyos gobiernos siguen sin reconocer el derecho a la igualdad soberana
de las naciones, un principio básico de la Carta de las Naciones Unidas.
De ahí la relevancia de esta Cumbre, en la cual los
protagonistas son los gobiernos latinoamericanos y caribeños, que, en
representación de sus pueblos, buscan consolidar su unidad sin la
injerencia imperial.
Por Pedro Martínez Pírez
MONCADA
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