Kiev ha caído. Maidán celebra
la victoria. Los paramilitares se
extienden por todos los barrios de la “madre de las ciudades rusas”.
Svobodnaya pressa
Serguei Zlatov
Traducido del ruso por
Josafat S. Comín
Este viernes se levantaron
todas las limitaciones que impedían la llegada a Kiev. Gentes venidas de las
regiones occidentales y las afueras de la capital han irrumpido con gran fuerza
en una capital prostrada, para disfrutar a plenitud del aroma de la victoria.
Las mayores columnas de
vehículos están llegando de Galitzia. Los participantes de los saqueos en Lvov,
cuentan razonablemente con la posibilidad de continuar la fiesta en las colinas
de Kiev. Detallan en Maidán, como durante la noche del jueves al viernes,
entraron en la capital sin ningún obstáculo, sin ver en la carretera de Zhitomir ningún puesto de la policía de tráfico.
Lo que sí hay en las carreteras son puestos de control formados por activistas
de la “autodefensa popular”.
Ahora las barricadas
revolucionarias han cortado prácticamente todas las entradas y salidas de las
carreteras de Kiev. Puestos de vigilancia improvisados: “gente pacífica” con
bates y cadenas. Dan el alto a coches y autobuses. A los que no les gustan les
piden la documentación, los sacan del vehículo y los ponen de rodillas. Registran
los maleteros, y se quedan lo que les gusta. Mientras por la radio, suena una
voz complaciente, que recomienda “no irritar a los activistas de la carretera y
responder amablemente a sus preguntas”.
En Borispol, a las afueras
de Kiev han cortado la carretera que conduce al aeropuerto internacional: De
camino al aeropuerto hay un punto de control junto al metro “Borispolskaya”. El
otro está en Poznyaki. El motivo es evitar que el “gobierno sanguinario” se
pueda esconder en el extranjero.
En total en la carretera
de Borispol hay 5 mil milicianos. Es un lugar apetecible. Hay pasajeros ricos para
todos. El número de personas que desean abandonar Kiev se ha multiplicado como
mínimo por dos.
Después de que las carreteras
importantes estuviesen ya bajo su vigilancia, los puestos de control, han aparecido
en todas las pequeñas ciudades de la región de Kiev. Hay leña ardiendo en bidones.
En la cuneta cajas con cócteles molotov y montañas de neumáticos por si se hace
necesario contar la vía. Es una operación bien organizada, cada grupo tiene su “comandante maidanista”. La gente de los
pueblos, va a las carreteras como quien va de fiesta. Están bloqueados incluso
los pueblos más insignificantes.
“En las últimas horas se
ha apreciado un notable incremento de intromisiones ilegales de personas ajenas
al servicio de ferrocarril”- reportan en un lenguaje políticamente correcto
desde la línea férrea suroccidental. Para ser más exactos lo que pasa es que
están cortando las vías con troncos y neumáticos, y arrancando el cobre de las
comunicaciones y del suministro eléctrico.
Están entusiasmados
saqueando los vagones de mercancías y todo objeto de valor que pueda haber
dentro de un tren. Los agentes de seguridad no intervienen. La vida es más
preciada.
La mañana del 21 de
febrero en Kiev los maidanistas volvieron a abrir fuego contra las tropas del
Ministerio del Interior. Estuvieron disparando a una manzana de distancia de la
Administración del Presidente. A las 14:30 el Spetnaz del ministerio del
interior, que protegía el perímetro de la Rada, montó a toda prisa en sus
autobuses. Los agentes se fueron tan rápido que abandonaron allí sus bártulos,
cascos y demás pertrechos. Prácticamente abandonaron a su suerte la zona donde
están todas las instituciones de gobierno. Mientras, el resto de barrios de
Kiev, llevan ya un día bajo control absoluto de las brigadas de autodefensa de Maidán.
Durante toda la noche en los barrios de
Obolon, Troeschina y Jarkosvski, se han oído disparos. Grupos armados de entre
50 y 70 personas recorren los patios de los edificios al grito de: “¡Levántate
nación!”, mientras buscan a los últimos partidarios de Yanukóvich. De paso le
dan una paliza a todo aquel que no les guste. Los viandantes procuran
evitarlos. Si uno no puede esquivarlos, a sus preguntas hay que responder sin
falta en ucraniano, haciendo gala de patriotismo y fervor revolucionario.
Los “activistas” han
bloqueado con trolebuses el acuartelamiento de las tropas del Ministerio del
interior en la avenida Vozdujoflotski de Kiev. Han llevado gasolina y
neumáticos y prometen prenderles fuego.
Por la noche en la zona del metro “Bestereiskaya” grupos de “autodefensa” atacaron a los guardaespaldas de los ministros de exteriores de Francia, Polonia y Alemania. A los diplomáticos les protegían miembros de la Dirección de seguridad de Ucrania: “los confundieron por error con “titushki” se excusa el viceportavoz de la Rada, de Lvov y miembro de “Svoboda”, Ruslán Koshhulinski”. Les golpearon salvajemente y destrozaron los vehículos. Sin embargo los euroministros “no tienen queja alguna”.
Ahora mismo en la región
de Kiev, debido a los desórdenes hay cerradas 142 escuelas y 149 guarderías. Mientras
tanto, han llegado a Kiev para reforzar la seguridad de Maidán un grupo de policías
de Ucrania occidental, formado por cerca de 100 efectivos. Los autobuses con
los agentes del orden, revolucionarios, venidos de Lvov, se plantaron directamente
en la plaza Mijailovskaya. El propio Yuri Lutsenko, exministro del Interior,
recibió a sus hermanos de sangre y les dio directrices.
La mayoría de los polis de
Lvov van con uniforme, aunque también los hay de civil. En los tiempos que corren,
es algo frecuente. Lo que les diferencia es que han venido con sus pistolas
automáticas reglamentarias y anuncian abiertamente que están dispuestos a
usarlas “contra los enemigos de Ucrania”.
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