Si una política no logra su objetivo, una
de dos: o se cambia la política o se cambia el objetivo. Durante más de
50 años, Estados Unidos buscó sofocar el comunismo y promover la
democracia en Cuba mediante las sanciones.
En noviembre del año pasado, Barack
Obama admitió el fracaso de esta vieja política. Tenemos que ser
creativos . . . para seguir actualizando nuestras políticas, aseguró en
un evento de recaudación de fondos en Miami.
El argumento intelectual para relajar
y, eventualmente, eliminar el embargo es desde luego sólido. Obama
debería ahora avanzar en eso.
El momento nunca fue más propicio para un nuevo enfoque. El cambio en Cuba ya está en marcha, aunque en forma irregular.
Desde que en 2008 reemplazó a su
hermano mayor como presidente, Raúl Castro inició una serie de reformas
económicas. Si bien apunta a un socialismo revisado, introdujo
elementos propios de una economía de mercado. Unos 450.000 cubanos son
emprendedores independientes. Su posición es precaria, y está atada a
los caprichos de un Estado totalitario, pero ya operan en forma
independiente del gobierno. Éste es un proceso muy bienvenido que
debería fomentarse.
Al mismo tiempo, del otro lado del
Estrecho de Florida, se desmorona la oposición a un levantamiento del
embargo. Este mes Alfonso Fanjul, patriarca de una dinastía azucarera
pre revolucionaria, rompió con la opinión de la élite en el exilio
diciendo que había viajado a Cuba dos veces, hablado con funcionarios y
que invertiría en la isla bajo determinadas circunstancias. Unos pocos
días después, una encuesta elaborada por el think-tank Atlantic Council
señaló que una mayoría de norteamericanos y hasta los cubanoamericanos
están a favor de normalizar las relaciones. La cooperación bilateral en
el tema de migración, medio ambiente y lucha contra las drogas ya es
buena.
Mientras tanto, la Unión Europea está
buscando un nuevo enfoque para Cuba, y todo Latinoamérica mantiene
relaciones normales. Para algunos países de la región, es una manera
barata de burlarse de los gringos. Para otros, representa un sincero
deseo de aumentar las chances de que haya un aterrizaje suave.
Esto beneficia a todos, especialmente
al vecino más cercano de Cuba, Estados Unidos. La apertura a Cuba ahora
mejoraría la posición de Norteamérica en la región mientras se acelera
la posibilidad de cambio, especialmente dados los problemas que tiene el
principal benefactor de Cuba, Venezuela.
Obama flexibilizó ciertas
restricciones al turismo y giros de dinero hacia Cuba. Debe avanzar más.
Si bien para levantar el embargo en su totalidad es necesario un acto
del Congreso, él puede recurrir a los poderes ejecutivos que tiene a su
disposición.
Se debería levantar las restricciones
de viaje a Cuba; ampliar la lista de exportaciones autorizadas
(actualmente incluye sólo alimentos y medicamentos); fomentar la
actividad comercial de emprendimientos privados; y quitar a Cuba de la
lista de estados patrocinadores del terrorismo. La Habana tuvo un papel
crucial en las conversaciones de paz de Colombia, por lo que es una
burla que Cuba siga incluida en esa lista.
La meta del nuevo enfoque es simple.
Cuantas más restricciones haya en la isla, menos tienen los cubanos y
más serviles se vuelven para el Estado. Creando un espacio económico se
crea libertad.
Al mismo tiempo, un compromiso no
implica el fin del apoyo a los derechos humanos o a la liberalización
política. Por el contrario, brinda un contexto más creíble para las
críticas.
Obama quizás sufra un revés político
cualquiera sea el nuevo enfoque. Cuba sigue siendo un tema emocional.
Pero comprometerse no es contemporizar. Al respecto,Winston Churchill
una vez dijo: La contemporización tiene su lugar en toda política. Hay
que estar seguro de aplicarla en el lugar correcto. Hay que
contemporizar al débil; desafiar al fuerte.
El nuevo enfoque acepta que
reconstruir la democracia en un país en el que la última vez que hubo
elecciones libres fue en 1948 quizás sea un proceso incierto; y que la
política debe tener su inicio en el lugar que se encuentra uno, no desde
el lugar donde uno espera llegar.
Tomado de http://www.cronista.com/financialtimes
Redacción: Aunque el enfoque presenta varias incongruencias, existe en el mismo una visión de la urgencia de desmantelas una política anacrónica hacia Cuba por parte de EE UU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario