En Colombia hay mafias de todos los calibres y sabores. Hay la mafia
delincuencial normal que esta metida en todos los negocios sucios del
modelo capitalista, es decir, la mafia que controla la prostitución, los
juegos de azar, los robos, o sea, los delitos comunes.
¿Narconovelas o realidad? Esta es la mafia que el Estado y los intereses comerciales nos quieren mostrar como la mafia visible en Colombia. |
Hay la mafia del narcotráfico, la cual nació por allá en los años 70 y
ha sumido a Colombia en una corrupción pavorosa, de la mano de la mafia
política, de la cual nos ocuparemos más adelante. Los narcotraficantes
fueron cooptados de la mafia del contrabando en la Costa Caribe -los
guajiros y todo ese cuento conque macartizan a los habitantes de esa
región- y los envíos de marihuana -Santa Marta Golden-, traían de vuelto
los dólares que corrían a manos llenas, al punto que pesaban los
dólares ya que era casi imposible contarlos.
Esa mafia de la marihuana -con todo y su historial terrorífico- fue
reemplazada por la mafia de la cocaína, cooptados del bajo mundo
delincuencial común de Medellín y Bogotá, principalmente. La historia
nos ha demostrado que los marimberos quedaron en pañales ante los hechos
delincuenciales cometidos por la mafia del narcotráfico de la cocaína.
El poder de esos individuos fue -y es- descomunal. Empezaron comprando
algunos políticos tradicionales, después algunos de los capos
narcotraficantes se involucraron directamente ellos en la “política”,
aplicando la máxima de que tan pícaros eran los políticos como los
narcotraficantes.
Lo sucedido es de ingrata recordación. Los horrores también. No hay
mafia buena. Todas son criminales. Recordemos no más la cantidad de
muertos, la voladura del avión de Avianca, el atentado al DAS, etc. A
esa violencia “natural” del narcotráfico vino a sumarsele la violencia
de los militares. A las bandas delincuenciales se dio por parte de los
militares la estructura militar para que respondieran a sus
orientaciones y cumplieran sus órdenes sin chistar. Se produjo ahí el
contubernio impúdico entre las fuerzas militares estatales -con su
fachada decente, legal-, con los nárco-paramilitares -con su
ilegalidad-, unión que le permitiría “lavar la cara de las fuerzas
militares estatales” en la comisión de miles de miles de delitos y
violaciones de los derechos humanos.
Mas los militares no pasaron esa unión incólumes. Si ya eran
corrompidos, con esa alianza se volvieron súper corrompidos. Para la
oligarquía y las clases en el poder era de lo más normal la forma
delincuencial como los militares y la policía adelantaban su labor. Todo
estaba bien mientras fuera para acabar con el enemigo del sistema
capitalista, los comunistas. Pero el monstruo se les creció. La bestia
cuando prueba sangre necesita beberla a toda hora. No importa de donde
venga, ni de que clase social. Su sed es insaciable toda vez que la
sangre es salada y le produce a su vez más sed.
Por ello, no es extraño que el general Barrero, ex comandante de las
fuerzas militares a quien “renunciaron” por lo de los “falsos positivos”
y las “chuzadas” a los propios delegados gubernamentales a la Mesa de
La Habana y hasta el mismo presidente, haya dicho a un practicante de la
orientación institucional de las ejecuciones extrajudiciales -el
coronel González- que había que hacer “una mafia” contra los jueces que
estaban investigando esos “falsos positivos” o ejecuciones
extrajudiciales.
Tampoco es extraño que el crear esa mafia implicaba naturalmente que el
juez que no accedía a las peticiones de esa mafia iba a “recibir su
merecido”, es decir, le iban a dar bala, como le daban -y le dan- a los
líderes populares que persisten en su terquedad de querer contrario otra
Colombia mejor, un Nuevo País.
Ahí esta claro el por que en Cambio Total y Anncol hemos sostenido que
el Terrorismo de Estado arrasa con los derechos humanos de hasta sus
creadores. Para hacerlo si tienen que hacer una “mafia”, pues la hacen y
san se acabó. De todas maneras queda también supremamente claro que el
estado lo manejan las mafias. Mafia de la clase política (los
Uribhitler, Benedetti, Gerlein, etC). Mafia del narcotráfico (los 300
minicarteles que manejan hoy ese negocio). Mafia de los sectores
económicos (los Sarmiento Angulo, Santodomingos y demás). Mafia de los
militares (Mindefensa Pinzón, generales que patearon, generales que aún
están en las fuerzas militares haciendo su trabajo al interior).
Escrito por Por Dominico Nadal, Cambio Total
Publicado por Blogger en CambioTotalRevista
Tomado de ANNCOL
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