El
pasado día 22 de febrero la falaz emisora Radio Martí tuvo un invitado de gala
en un programa especial conducido por Amado Gil y emitido sobre las 18:27
horas. Fue nada menos John Caulfield, Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, quien se
propuso abordar el manipulado tema de los temas migratorios.
En
sentido general, Caulfield aceptó las bondades de la medida implementada por
las autoridades cubanas, al decir “hay que reconocer que la gran mayoría de los
cubanos puede solicitar pasaporte y solicitar una visa para viajar al exterior.”
Caulfield
hizo referencias a las medidas urgentes adoptadas por la SINA para dar
respuesta al incremento de la demanda de solicitudes de visas por parte de
ciudadanos cubanos, llegando a triplicar los casos atendidos diariamente.
El
jefe de la SINA puntualizó que el proceso de otorgamiento de visas, sin embargo,
ha sido exclusivo, en tanto se les niega a aquellas personas cuya apreciación
resulta sospechosa de que utilicen este mecanismo para procurarse una salida
definitiva de Cuba, criterio que es determinado mediante las entrevistas que se
realizan a los solicitantes.
Otro
aspecto abordado por Caulfield es el relacionado con las visas múltiples que
permiten viajar a aquellas personas cuyo comportamiento migratorio ha sido
transparente o las que requieren visitar frecuentemente a Cuba por diversas
razones, tales como religiosos, artistas y otras personalidades. Estas visas
tienen una validez de cinco años. Esto se extiende a cualquier persona, sin
embargo, a cualquier ciudadano común que, por lazos familiares, tenga el deseo
de visitar con regularidad a sus familiares. Aclaró que la visa múltiple no
permite permanecer en territorio norteamericano los cinco años, sino realizar
en ese período múltiples visitas. La experiencia, según el Jefe de la SINA es
que “nuestra impresión es que la gran
mayoría de a quien damos visas de
turismo regresan a Cuba después de una visita.”
Caulfield
apuntaló el tema de las relaciones bilaterales entre EE UU y Cuba en estos
momentos, particularizando en un flujo de visitantes estable y fluido: “…los Estados
Unidos no quieren otro Mariel, no quieren otra expedición de balseros
y tampoco lo quiere el gobierno cubano, entonces es en el interés de los
Estados Unidos, de tener una manera justa y eficiente para los cubanos que
están calificados de emigrar de Cuba a
los Estados Unidos.”
Quedó
claro en la entrevista el procedimiento del Departamento de Estado para las
solicitudes de visas las que pueden realizarse por los ciudadanos llamando a
una compañía radicada en México o ser tramitada por familiares residentes en EE
UU., quienes hacen las citas para sus familiares en Cuba.
Sobre
el acuerdo de conceder 20 000 visas anuales, Caulfield dijo estar superando esa
cifra y buscando fórmulas para alcanzar esa cifra con otros casos pendientes.
Amado
Gil desembocó el tema sobre el caso de los mercenarios viajeros y un supuesto
desarrollo de “la sociedad civil” en la Isla. Caulfield, desde luego, se plegó
a la manipulación destacando lo positivo de que los mismos viajen sin trabas a
EE UU para recibir el apoyo necesario, participar en eventos y conferencias,
recibir entrenamientos y ganar un reconocimiento político. Caulfield resaltó al
respecto: “cuando alguien sale al
exterior es cuando verdaderamente pueden conversar de estos temas, entonces eso
ha sido positivo para ellos, porque ha permitido a ellos conversar entre ellos
sin la presión de la
Seguridad del Estado sobre el futuro de su país, el futuro
económico, político etc.”
Caulfield
tomó la iniciativa para cuestionar entonces la libertad de expresión en la
Isla, sugiriendo: “Claro que la sociedad
civil en Cuba, no todos están de acuerdo con todo, los que están de
acuerdo es que hay que reconocer, dar
los derechos básicos a los ciudadanos
cubanos, en eso están todos de
acuerdo, pero como debe ser el sistema de salud, el sistema de impuestos
esa (…) no hay un debate en Cuba,
no está permitido.” Clásica actitud injerencista.
Para
los papagayos de Radio Martí y el ladino Caulfield, lo mejor de dicha
entrevista fue resaltar las visitas de los mercenarios viajeros a EE UU para
que puedan expresarse en “un ambiente libre” y desarrollar ideas para propiciar
el desmantelamiento del socialismo en Cuba.
Resumiendo,
un poco de información útil y abundancia de señas provocadoras.
Percy
Francisco Alvarado Godoy
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