La capacidad de detener de manera indefinida a personas sin un juicio o
que la cárcel de Guantánamo siga abierta son ejemplos, para la autora
estadounidense Naomi Wolf, de que "Estados Unidos tiene aspectos
dictatoriales".
Aunque la escritora se resiste a considerar dictador a Barack Obama porque "sería demasiado simplista", asegura que sus políticas "han creado realidades peores que la administración de (George) Bush", durante la que ella escribió "The End of America".
En ese libro, que tuvo su equivalente en forma de documental, Wolf analizaba en diez pasos cómo una democracia se podía convertir en un estado totalitario.
"Las democracias se pueden ir cerrando sobre sí mismas, lentamente, y es difícil parar cuando han comenzado", afirmó Wolf en declaraciones a Efe durante su participación en el Festival Literario de Madeira, que se celebra esta semana en el archipiélago atlántico portugués.
La autora pone como ejemplo de ese proceso la ley norteamericana de Defensa Nacional de 2012 (NDAA, por sus siglas en inglés) con la que se podría mantener en arresto indefinido a personas sospechosas de colaborar en actos contra el país.
Wolf, quien junto a otros intelectuales como Noam Chomsky, apoyó la demanda contra esa ley interpuesta por el periodista del New York Times Christopher Hedges, cree que "aunque Obama quiera actuar y cerrar Guantánamo, ya no tiene el poder para hacerlo".
"Los millones de dólares son los que están realmente a cargo del proceso legislativo", sentencia la estadounidense en referencia a los intereses de la industria de defensa y el presupuesto para construir un nuevo edificio en la cárcel de Guantánamo.
Además de la "crisis democrática" que ve en su país, Wolf se muestra preocupada por la que percibe en Europa, por la "falta de representatividad" y signos como la represión de los manifestantes, que "no están asustando suficientemente a la gente".
Los peligros que advierte Wolf en las sociedades democráticas son la razón de que intente dar "poder" a la población en cada libro que escribe o desentrañar la "intriga" que esconde el afán de mentir.
"Me interesa saber por qué alguien desea que otros piensen algo que podría no ser verdad" afirma la autora, cuya intención es dar información, contar "lo que la gente merece saber para hacer una buena elección".
Ese objetivo ya le acompañaba hace más de veinte años cuando escribió "El mito de la belleza", con el que se convirtió en una de las voces más conocidas de la tercera ola del feminismo y cuyo contenido confiesa que hubiese cambiado ahora.
Hay cosas que han mejorado, como la conciencia de manipulación de las imágenes, señala.
Las adolescentes que aparecen en los catálogos de las grandes marcas de ropa interior "son mujeres retocadas por ordenador" y, además, hay una mayor libertad para establecer "cuál es la definición de belleza de cada mujer".
También se lamenta de haber pronosticado al final de su libro un gran crecimiento del número de hombres con problemas de imagen.
"Era un gran mercado conseguir que los hombres estuvieran tan preocupados y nerviosos por su apariencia como las mujeres", a lo que ha ayudado el aumento, por un acceso sencillo, de la pornografía, que ha creado prototipos de lo "sexualmente aceptable".
Sin embargo, Wolf no rechaza el llamado "porno para mamás" y obras como la trilogía de E. L. James. iniciada con "Cincuenta sombras de Grey", siempre que sirva para "tomar en serio la sexualidad femenina, la curiosidad y su placer".
Wolf, puntualiza que ella no ha leído ninguno de los tres títulos porque, como revela su último libro, "Vagina: A New Biography", la neurociencia ha establecido que hay una conexión entre el cerebro y el órgano femenino por la cual el erotismo y la pornografía "generan a corto plazo excitación, pero después pueden desensibilizar".
Funchal (Portugal) EFE
Tomado de http://www.lahora.com.ec
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