martes, 9 de abril de 2013

Ulises Estrada: las memorias de un internacionalista cubano



Dámaso José Lescaille Tabares (Santiago de Cuba, 1934), es uno de los más extraordinarios combatientes internacionalistas cubanos, más conocido por su nombre de guerra de Ulises Estrada Lescaille, durante la Guerra Fría fue un verdadero azote para los servicios de inteligencia de Occidente.
Estrada se ubica en la genealogía de la familia de patricios cubanos Maceo Grajales, como bisnieto de María Baldomera Maceo y tataranieto de Mariana Grajales y Marcos Maceo.
En su natal Santiago de Cuba desde muy joven se entregó a la causa revolucionaria, al incorporarse a las filas del Movimiento 26 de Julio en la lucha clandestina contra el General Fulgencio Batista.
Desde 1960 tomó parte activa en el aplastamiento de “la Guerra sucia”, fomentada por las guerrillas aupadas y mantenidas en toda la isla por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), estuvo al lado del Comandante Manuel Piti Fajardo cuando este fue emboscado y muerto en Escambray y él mismo se encargó de capturar al asesino.
Por sus méritos en esa epopeya pasó a integrar los Organos de la Seguridad del Estado, en el Departamento Técnico del Ministerio del Interior y a las órdenes del legendario Comandante Manuel Piñeiro.
Como director general de la Dirección V, encargada del apoyo solidario de la Revolución Cubana a los Movimientos de Liberación Nacional de África y Medio Oriente, desarrolló sus funciones en lo adelante.
El internacionalismo cubano nace con Joaquín Infante, el cubano que combatió bajo la égida de Simón Bolívar y el mexicano-español Francisco Javier Mina, en la Revolución de 1810, después se extiende al dominicano Máximo Gómez, los más de mil cubanos que lucharon en las filas de los republicanos españoles y los estudiantes que defendieron a Costa Rica de la voracidad de Somoza.
Ulises recuerda con admiración el desembarco cubano del 14 de junio de 1959 en las localidades dominicanas de Constanza, Maimón y Estero Hondo, que provocaron a fin de cuentas el ajusticiamiento del dictador y asesino Rafael Leónidas Trujillo, también evoca el buque Bahía de Nipe, que en 1961 llevó armas a los guerrilleros argelinos que combatían contra el colonialismo francés y regresó a Cuba con una preciosa carga de heridos y enfermos de ese conflicto.
“Fidel –precisó Lescaille- en todo momento dirigió esos esfuerzos y lo secundaron al mayor nivel el Che Guevara y el Comandante Manuel Piñeiro”.
Estrada rememoró el trabajo de los internacionalistas y dejó bien claro que: ¡Cuba no exportó la revolución, los revolucionarios nos solicitaban la ayuda que nunca negamos y por nuestra parte asumimos la responsabilidad con el ejemplo que emanaba de la Revolución cubana”.
Acerca del trabajo con intelectuales mencionó a los franceses Regis Debray, y y Francois Masperó y al italiano Gian Giacomo Feltrinelli, “no nos acercamos a estos como aparato de inteligencia sino como políticos y revolucionarios. Por respeto nunca realizamos inteligencia con ellos”, señaló.
Evocó la primera tarea que le encomendó el Che en Colombia de ayuda a unos revolucionarios que le pidieron ayuda. “Eran jóvenes del Movimiento Obrero Estudiantil de Colombia que fracasaron y luego crearon el Ejército de Liberación Nacional (ELN)”.
Aseveró que las principales dificultades radicaban en los Partidos Comunistas que abogaban por la vía electoral frente a la opción armada que emanaba de la experiencia cubana.
Por otra parte mencionó tres acciones que se realizaron desde Bolivia a inicios de los 60, y que fueron los traslados de tres focos guerrilleros desde este país hacia Perú, comandados por Guillermo Lobatón, Héctor Béjar y Luis de la Puente Uceda.
Mencionó a la guerrilla que dirigiría el argentino Jorge Ricardo Massetti, el primer director de la agencia de noticias Prensa Latina, cuya operación monitoreó personalmente el Che Guevara, el sitio escogido fueron las selvas de Salta, colindantes con Bolivia,. El trayecto hacia estas sería a través de Argelia que se ocuparía del internacionalismo cubano en América Latina, mientras Cuba se haría cargo de los intereses de esa nación árabe en Africa.
“Los compañeros que tuvieron a su cargo por la parte cubana la exploración de esos territorios lo fueron el actual ministro del interior cubano Abelardo Colomé Ibarra y el internacionalista José María Martínez Tamayo (Embili en la selva congolesa y Ricardo, Papi o Chinchú en la guerrilla boliviana).
“El Che designó a sus hombres de confianza para aquella experiencia –subrayó Estrada- estaban los capitanes Hermes Peña y Alberto Castellanos invasores con el Che desde la Sierra Maestra hasta Santa Clara”.
Según el disertante, Castellanos, en una exploración fue prisionero del ejército, que lo condenó a prisión, “y milagrosamente pudo sostener la identidad peruana que le habíamos facilitado durante sus cuatro años de prisión argentina, gracias al pasaporte y la leyenda de un estudiante peruano que estudiaba en Cuba y se le parecía físicamente”, sostuvo el disertante.
El internacionalista cubano recordó la preparación de la guerrilla boliviana del Che, el trabajo febril de los comunistas del Beni, Inti y Coco Peredo, y Rodolfo Saldaña, y la preparación esmerada que le dieron a los agentes encubiertos Tamara Bunke Bider (Tania la guerrillera) y Renán Montero.
El balance de aquellos años lo calificó de glorioso pero doloroso, la guerrilla de Salta se perdió, murieron Massetti y el cubano Hermes Peña, los focos de los peruanos Béjart, Lobatón y De La Puente Uceda fueron aniquilados y el magnífico y sensible poeta Javier Heraud caído en combate.
Por una provocación montada por los servicios de inteligencia del imperialismo a Ulises Estrada lo expulsaron de Bolivia, y ya en Cuba fue castigado por su amigo, el capitán Carlos Chaín, segundo de Manuel Piñeiro “Barbarroja” en el viceministerio técnico.
Después pasó en su discurso a Centroamérica y la actitud partidaria de la lucha armada del comunista salvadoreño Shafick Handal, esclareció los matices entre los sandinistas nicaragüenses Daniel Ortega, Jaime Wheelock y Henry Ruiz, y destacó el apoyo de los comunistas costarricenses dirigidos por Manuel Mora Valverde.
Evocó el asalto al palacio presidencial somocista, que los sandinistas no revelaron a nadie, el encarcelamiento previo del futuro jefe del comando Edén Pastora en Panamá a pedido de las autoridades norteamericanas que preparaban el viaje de Jimmy Carter a ese país, la feliz toma del palacio y la salida en libertad de los sandinistas presos.
Sobre el Che recordó que este trató de incorporarse a la guerrilla venezolana, pero la acción recibió la negativa del partido Comunista de ese país, evocó su partida para el Congo en operación preparada por el capitán Osmany Cienfuegos, en aquel momento secretario de relaciones internacionales del Partido Comunista cubano, habló acerca del fracaso de aquella contienda, los disfraces del Guerrillero Heroico, y su negativa a regresar a Cuba por petición expresa de Fidel después de la publicación de su carta de despedida el 4 de octubre de 1965.
La permanencia del Che en Praga, fue otro momento importante en la exposición pues hacia ese país centroeuropeo debió partir por las posibilidades de permanencia incógnita en la ciudad del barrio de La Mala Strana, y la imposibilidad de hacer lo mismo con los soviéticos porque estos no aprobaban la actividad internacionalista armada de la Revolución cubana.
Estrada solía hacerle escuchar Los Beatles y Miriam Makeba al Che, el argentino rechazaba a los ingleses por “imperialistas” y prefería a Mamá Africa, pero al final le dijo “ponme a los imperialistas que me están gustando”.
A esa altura de las cosas, Ulises Estrada dijo algo muy interesante: “la idea de la guerrilla en Bolivia partió de los bolivianos, de Mario Monge y la dirigencia del partido comunista, el Che se incorporó a ese proyecto y se entrenó en Cuba, posteriormente llegaron las discrepancias con el Che porque el liderato del partido del país sudamericano pretendía dirigir desde la ciudad la lucha armada a lo que el guerrillero argentino-cubano se opuso.
Cuando se produce la muerte del Che se estaban preparando en Cuba unos guerrilleros uruguayos para que se le incorporaran, aunque el partido comunista dirigido por el inolvidable Rodney Arismendi, no consideraba al país del litoral como adecuado para ese tipo de lucha, ellos permitieron la participación en la contienda armada de luchadores del país de José Gervasio Artigas.
Estrada Lescaille mencionó la labor unitaria de Cuba en la Guyana de Jagan y Burham, con el Panamá de Torrijos y el partido comunista del istmo, y entre los sandinistas.
Recordó el impacto internacional del líder de Guinea Bissau y Cabo Verde, Amilcar Cabral, quien se convirtió en algo así como la estrella de la Conferencia Tricontinental, y la entrada como embajador en Guinea Conakry del diplomático cubano Oscar Oramas Oliva, quien fungió como traductor en las conversaciones del líder africano con Fidel Castro en la Sierra del Escambray.
Seguidamente volvió al Ministerio de Interior, la separación del Viceministerio técnico del área de Liberación comandada por Manuel Piñeiro y la posterior creación del Departamento América del Comité Central, revivió las protestas de los antiguos miembros del MININT a dejar sus uniformes verde olivo por la vestimenta formal del funcionariado, sus carnéts y merecidos grados militares.
Estrada rememoró los días luminosos y tristes del Chile de Allende, los contactos con Miguel Enríquez y Andrés Pascal Allende, dirigentes del MIR, el pedido a estos de que apoyaran al presidente y la aceptación entusiasta de estos.
Rememoró el golpe de estado, la valiente resistencia cubana en la embajada a metrallazo limpio de fusiles Kahlasnikov, el vuelo de las trazadoras y el susto del ejército chileno que pensaba le tiraban con lanzallamas, la partida del personal cubano a regañadientes del embajador soviético, la negativa de un funcionario de la aviación rusa a llevar carga cubana y la decisiva ayuda de un agente de la desaparecida KGB a los isleños.
Las Memorias de Ulises Estrada, uno de los grandes internacionalistas cubanos, y el novio de la famosa Tania la Guerrillera, conmovieron a todos los presentes en la Sala Simón Bolívar del Centro de Estudios Martianos, sede de esa jornada, ante la presencia de Armando Hart y un grupo de distinguidos miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.
Ulises Estrada había llegado a la conferencia muy delicado de salud, cojeando y casi sin el poder debido en las piernas para sentarse, como consecuencias de la diabetes que padece, a medida que fluyó su discurso la fuerza acudió a él, recordó como era o como sigue siendo. Y fue el mismo Ulises que luchó contra Batista, combatió a los alzados, o luchó en el Congo al lado del Che.

js

22 de marzo de 2012


http://www.josemarti.cu/index.php?q=node/5439
 

1 comentario:

  1. Tania, encontrándose en el campamento guerrillero de Ñancahuazú (Bolivia), le escribió una carta de amor a su amado Ulises Estrada, pero esta carta, como el resto de las cartas que otros guerrilleros escribieron a sus familiares jamás llegaron a sus destinatarios.

    La carta de Tania lo pueden encontrar en la siguiente dirección:

    http://martinezestevez.wordpress.com

    Cuando ingresen a este sitio, deben hacer click donde dice: CATEGORIAS y luego hacer click en: GUERRILLAS DEL CHE GUEVARA.

    En este blog podrán leer muchísima información inedita incluido fotografías de lo sucedido durante las guerrillas del Che Guevara en Bolivia.

    También encontrarán fotografías de esta guerrilla, en el album de fotografias del facebook de Diego Martínez Estévez

    Atte.

    ResponderEliminar

ShareThis