Un par de datos divulgados en los
últimos días han puesto en evidencia que la economía de los Estados
Unidos podría aún tener que enfrentar ciertos obstáculos para mostrar el
crecimiento que analistas, inversores y gobiernos de otros países
esperaban.
El Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM, en inglés) reveló los
siguientes datos: su índice nacional de actividad fabril bajó a 51,3
puntos el mes pasado (el menor nivel desde mayo, 2013), contra 56,5
puntos en diciembre.
Después de la fuerte expansión del cuarto trimestre, esto demuestra que la expansión se ha enfriado.
Lo más preocupante en el reporte del ISM fue la caída en el índice de
nuevos pedidos futuros, que bajó a 51,2 desde 64,4 en diciembre. Esa
baja de 13,2 puntos fue el mayor declive mensual en ese desde finales de
1980.
Esto demuestra que la actividad manufacturera estadounidense se
ralentizó en enero y el panorama se ha visto igualmente impactado por
otro dato divulgado recientemente, que indicó que los gastos en
proyectos de construcción subieron levemente en diciembre.
Al tiempo, las acciones del país del Norte extendían sus pérdidas
tras la publicación de esos datos, mientras que los precios de la deuda
del Tesoro estadounidense avanzaban.
De acuerdo con un artículo de la agencia Reuters, algunos
analistas consideran que parte de la debilidad que han mostrado las
cifras estarían relacionadas con las adversidades del clima y las
heladas que afectan a una parte del país.
Las expectativas de los analistas aún están optimistas, porque la
desaceleración podría ser temporal y tendería a repuntar en los meses
venideros, cuando la temporada invernal ceda y dé paso a un clima más
benigno.
Por otra parte, los indicadores de crecimiento de empleo, producción e
inventarios también cayeron en declive en el último mes de 2013 y otro
informe, revelado esta vez por el Departamento del Comercio, informó que
los gastos en construcción ascendieron 0,1% en diciembre, contrario al
0,8% en el mes previo.
Aunque el gasto privado en construcción se incrementó 1% a su máximo
de cinco años, el desembolso en proyectos públicos de construcción cayó
2,3%, lo que se conoció como el mayor descenso en un año y reflejó el
impacto de la debilidad de los gastos de gobiernos locales y estatales.
El otro dato entregado fue el del aumento del Producto Bruto Interno
del Gobierno del cuarto trimestre. Estas cifras fueron reveladas la
semana pasada y mostraron que la inversión en proyectos residenciales
cayó por primera vez en tres años y que el gasto en infraestructura no
residencial cedió por primera vez desde el primer trimestre del año
pasado.
En conclusión, aún hay que esperar a que el crudo invierno del norte
quede atrás para dar paso a números más alentadores, que permitan
revelar de manera más precisa si Estados Unidos ya está sobre el camino
del crecimiento.
Tomado de http://www.igdigital.com
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