Foto: EPA
Los expertos
están seguros que el respectivo contrato será concertado pronto. Moscú
podrá obtener dividendos económicos y políticos.
El
gobierno de Malí pide a Rosoboronexport armas para su ejército. Este
material de guerra es necesario para combatir a los islamistas, lucha
que se lleva a cabo con la ayuda de Francia y de una serie de países
africanos. Entre otras cosas, se trata de los helicópteros de
fabricación rusa Mi-35 y Mi-17, aviones de combate y de transporte,
carros blindados de infantería BTR 80, radares antiaéreos, así como
armas portátiles y municiones. Mijaíl Jodarionok, redactor jefe de Correo Militar-Industrial, comenta la situación:
—No
es un secreto que en Malí ahora se dé una situación muy tensa. Y sigue
pendiente la cuestión de hacia qué lado se inclinará la balanza. Rusia
está absolutamente interesada en que Malí conserve su estabilidad
política e integridad territorial y que el país centroafricano no se
convierta en una presa de los islamistas. Además, Rusia tiene intereses
en países vecinos de Malí. Por eso, la cuestión del suministro de
helicópteros y carros blindados será resuelta, a mi juicio,
positivamente. Y como me parece, los acuerdos sobre estas cuestiones
pasan ya a un plano práctico.
La
lucha contra los radicales en Malí es dirigida por los militares
franceses. A pesar de esto, los expertos resaltan que París no se
opondrá que se firme un contrato sobre entregas de armamentos de
fabricación rusa. Por el contrario, Francia apreciará este paso de Rusia
como aporte a la operación internacional contra los islamistas. Es más,
este contracto permitirá a Moscú fortalecer sus nexos con África en su
conjunto. De esta suerte, la firma del contrato proporcionará a Rusia
dividendos no solo económicos sino asimismo políticos, considera Anatoli
Savatéev, colaborador científico del Instituto de Estudios Africanos:
—El
retorno a África, a mi entender, es así como hay que comprender este
hecho indispensable. Es preciso mostrar al mundo nuestra aspiración. Y
esto es imprescindible para Rusia. No me refiero a los aspectos
económicos. Esto concierne, en primer lugar, a la conciencia de Rusia.
Aquella Rusia que continúa las tradiciones de la URSS que siempre
ayudaba a los débiles, humillados y ofendidos.
Vale
la pena añadir que Moscú y Bamako cuentan ya con experiencia de
cooperación en materia del material bélico. En septiembre del año
pasado, fue concertado el contrato sobre el suministro a Malí de tres
mil fusiles automáticos Kaláshnikov y trescientas ametralladoras con
municiones por un importe de casi doce millones de dólares.
vs/as/er
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